“Le deseo buena salud. El asesino es el que acusa a los demás de ser un asesino”, así ha respondido el líder ruso a una pregunta formulada sobre las injurias en su contra por parte de su homólogo estadounidense, según informa este jueves la agencia rusa de noticias Interfax.

En sus apreciaciones, Putin ha precisado que los seres humanos tienden a describir a los demás como en realidad son ellos mismos, subrayando que “Estados Unidos cree que somos como ellos, pero nosotros tenemos genes diferentes”.

En cuanto a las tumultuosas relaciones entre Washington y Moscú, el presidente ruso ha dejado claro que el país sigue apostando por mejorar los lazos de cooperación con EE.UU., rotos desde la era del expresidente norteamericano Barack Obama, siempre y cuando ambas partes se beneficien de estos nexos.

Moscú, abierta a cualquier tipo de cooperación

Moscú se muestra abierto a toda clase de cooperación que pueda darse con Washington, “pero de manera que nos beneficie a ambos y tenga siempre en cuenta los intereses de Rusia, ya que los líderes estadounidenses están decididos a moldear las relaciones con Rusia, de acuerdo con sus intereses”, ha remachado, para luego subrayar que, desde el Kremlin se está trabajando con la Casa Blanca sobre la base del respeto a los intereses nacionales de la nación euroasiática.

Biden: Putin es un “asesino”

El miércoles, Biden tachó de “asesino” a Putin en una entrevista concedida a una cadena local estadounidense en la que también advirtió que el líder ruso “pagará un precio” por la supuesta intromisión en las elecciones presidenciales de 2020.

Nada más conocerse del contenido de tales agravios lanzados contra Putin, el Kremlin rechazó las acusaciones de Biden, catalogándolas de “infundadas”. Por su parte, la Cancillería rusa informó que había llamado a su embajador, Anatoli Antonov, de regreso a Moscú, capital rusa, para revisar el futuro de las relaciones entre ambos países.

Los comentarios de Biden, sin ir más lejos, presagian una nueva escalada de tensión Washington-Moscú, cuyas relaciones se encuentran en su punto más bajo desde que la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) diera paso a la Federación Rusa en los años 90.

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