Tratado de Derechos Humanos y Empresas: semana decisiva de negociaciones para un documento ambicioso y vinculante
• Las organizaciones y colectivos señalan que el borrador debe centrarse en acabar con la impunidad corporativa.
• Las organizaciones reclaman al Gobierno español un posicionamiento a favor de las comunidades.

Esta martes 15 de octubre se reanudaban las negociaciones del Tratado Vinculante de Derechos Humanos y Empresas en la sede de Naciones Unidas en Ginebra (1). La quinta ronda de negociaciones se extenderá hasta este sábado 19 para establecer un mecanismo jurídicamente vinculante que blinde los derechos humanos por encima de los intereses corporativos.
La preocupación por los crímenes y abusos de multinacionales a la población, así como en el proceso del tratado, siguen en aumento (2). Esto se evidencia con la presencia significativa de un buen número de delegados de Naciones Unidas en las negociaciones: 321 representantes de Parlamentos regionales y nacionales, así como autoridades municipales se han unido a la convocatoria.
Tan solo en 2018 más de 300 personas fueron asesinadas por defender los derechos humanos de sus comunidades por encima de intereses corporativos. En las dos últimas semanas, se ha conocido la noticia de los asesinatos de Golfried Siregar y Anastácio Matável. Activistas de Indonesia y Mozambique que trabajaban denunciando los abusos corporativos contra las comunidades y la destrucción medioambiental en sus países.
Los abusos de poder y las violaciones de derechos humanos tienen lugar en todo el mundo, y quedan silenciados, sin investigación, sin juicios, sin culpables y, por tanto, sin consecuencias. En este contexto la población no tiene la capacidad de decidir, y los abusos incrementan. Es urgente y prioritario establecer un tratado vinculante que garantice la protección de las personas que luchan a diario por el interés general defendiendo el medio ambiente y la vida.
A pesar de la urgencia, el contenido del borrador 2 del tratado no está a la altura de las circunstancias. Las organizaciones y colectivos ecologistas y sociales, entre ellas Amigos de la Tierra, muestran su descontento con el contenido del actual borrador que se discutirá a lo largo de esta semana. Señalan que el texto no refleja gran parte de las propuestas clave y preocupaciones de la sociedad civil:
1. El tratado debe centrarse en poner freno a las empresas transnacionales, tal y como indica la resolución original 26/9, con el fin de limitar la impunidad corporativa.
2. Debe establecer explícitamente la primacía de los derechos humanos sobre los tratados comerciales.
3. Debe ser vinculante, permitiendo juzgar y establecer condenas a las corporaciones y reparación a las víctimas.
4. Debe implicar a toda la cadena de producción de las empresas, y su cambio de nombre o su adquisición por parte de otra empresa no debe eximirlas de su responsabilidad.