Se reúnen en la Casa Blanca Manuel López Obrador y Joe Biden
Ambos mandatarios repasaron el estado actual de la relación económica entre México y Estados Unidos y analizaron la situación de la migración en la frontera común.
La muy esperada reunión entre Joe Biden y Manuel López Obrador (AMLO), presidentes de Estados Unidos y México, respectivamente, se realizó hoy en la Casa Blanca, y ambos líderes repasaron el estado actual de su relación económica y analizaron la situación de la migración en la frontera.
AMLO propuso a su par estadounidense cinco puntos básicos de cooperación y su anfitrión respondió positivamente. También llamó a Joe Biden, a “cerrar filas” en beneficio de los pueblos de ambos países y a transformar y no mantener el conservadurismo.
Uno de los puntos medulares de su visita a Washington era, sin duda, la aprobación de la pospuesta reforma migratoria en Estados Unidos, Obrador le ofreció acceso a gasolina y gasoductos en México y le propuso una baja de aranceles e inversiones conjuntas.
En cuanto a la migración, la propuesta está basada en dos partes: otorgar visas de trabajo temporal para trabajadores migrantes, a fin de regularizar el fenómeno de flujos de movilidad irregular hacia el norte. y la aprobación de la reforma migratoria que dé certidumbre a millones de personas sin documentos que desde hace años viven y aportan para esta nación.
Ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada de Estados Unidos de obreros, técnicos y profesionales de distintas disciplinas, mexicanos y centroamericanos, con visas temporales de trabajo para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra. El propósito es contar con la fuerza de trabajo que demandará el plan propuesto, y aprobado por el Congreso, de destinar más de un billón de dólares para la construcción de obras de infraestructura.
La segunda línea en ese punto, agregó el mandatario mexicano, es lo indispensable, “lo digo de manera respetuosa, regularizar y dar certidumbre a migrantes que desde hace varios años trabajan honradamente y contribuyen al desarrollo de esta gran nación”.
Otro de los planteamientos fue duplicar la producción mexicana de gasolina para que los estadounidenses puedan comprar ese combustible a lo largo de ciudades fronterizas como apoyo a la disminución de los costos. “Hoy un galón de gasolina cuesta 4,78 dólares en Estados Unidos y en México tres dólares con 12 centavos”, dijo el presidente.
También puso a disposición de la economía de EE.UU. más de mil kilómetros de gasoductos a lo largo de la frontera con México, para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California por un volumen capaz de generar hasta 750 megawatts de energía eléctrica y abastecer a tres millones de personas.
Un punto adicional es que se eliminen aranceles a productos que aún no están considerados en el tratado comercial de América del Norte (TMEC) y “ hacer lo mismo con medidas reglamentarias y trámites tediosos en comercio de alimentos y otros bienes que aminoren los precios a los consumidores de otros países, cuidando sólo la salud y el medio ambiente”.
El último de los proyectos anunciados por López Obrador es iniciar un plan de inversión pública y privada entre los dos países para producir bienes que fortalezcan los mercados y se eviten importaciones de otras regiones o continentes, como sucede, dijo, con China, que en años recientes “es la fábrica del mundo”.
El punto de China no cayó bien en el estadounidense, que, tras la intervención del mexicano, replicó que Estados Unidos produce más alimentos que aquel país del oriente, que su nación es la de «menos inflación” en medio de la crisis y pidió paciencia para trabajar juntos en beneficio de los dos pueblos.
A la vez, agregó que es “momento de hablarnos con respeto” e invitó a López Obrador a dialogar con mayor amplitud en la sesión bilateral.
Mientras, López Obrador, lo exhortó a impulsar reformas atrevidas. “Sé que sus adversarios, los conservadores, van a pegar el grito en el cielo, pero sin un programa atrevido de desarrollo y bienestar, no será posible resolver los problemas. Frente a la crisis la salida no está en el conservadurismo, sino en la transformación. Transformar (y) no mantener el statu quo”.