Austria elige Presidente, bajo el auge de la extrema derecha
"Hay que decirle a la gente que no se trata de dos personas, sino de la orientación de nuestro país", dijo el candidato Van der Bellen, sobre lo que está en disputa este domingo en Austria.
Por tercera vez en seis meses los austríacos saldrán a votar este domingo para elegir presidente, entre un ecologista, Alexander Van der Bellen, y un ultranacionalista, Norbert Hofer, quien puede convertirse en el primer mandatario de extrema derecha del viejo continente.
“Es bastante probable que gane Norbert Hofer, el candidato de la extrema derecha”, sostiene el politólogo del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Viena, Tobias Boos, entrevistado por la emisora RFI.
Para Boos, el triunfo del republicano Donald Trump en Estados Unidos, impulsa las posibilidades del Partido de la Libertad (FPÖ por su sigla en alemán) liderado por Hofer, quien perdió las anteriores elecciones —desestimadas por el Tribunal Constitucional por irregularidades— por 30.000 votos.
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“En ese ambiente el el FPÖ polemizó bastante diciendo que en estas elecciones habían fallos, había engaño, todo para imposibilitar que gane Hofer y eso es una estrategia, una táctica que utilizó bastante este partido en los últimos meses”, añadió.
Los austríacos se debaten entre dos rumbos disímiles, representados por dos candidatos antagónicos.
«Hay que decirle a la gente que no se trata de dos personas, sino de la orientación de nuestro país. ¿Queremos levantar las viejas fronteras o queremos que Austria siga siendo un miembro importante de esta Europa común?», declaró Van der Bellen entre aplausos durante su último mitin.
Van der Bellen, reconocido defensor de la Unión Europea (UE), se mide a un euroescéptico como Hofer, quien se ha mostrado a favor de realizar un referendo sobre la permanencia en el ente.
En el cierre de campaña del FPÖ, el candidato de extrema derecha ofreció a sus seguidores un mensaje de tono patriótico y volvió a criticar la llegada de unos 130.000 refugiados al país centroeuropeo en menos de dos años.
«Y aquellos que entran no deben tener acceso a los servicios sociales. Solo después de cinco años (de residencia) se debe conceder pleno acceso a ayudas sociales», concluyó en medio de la ovación de sus seguidores.
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