Donald Trump sobre la tortura: el submarino “me gusta mucho”
Donald Trump se manifestó como un ferviente partidario de las torturas por submarino, que fueran prohibidas por el ejército en 2006 y también para la CIA en ocasión de la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.
Donald Trump, en carrera hacia las elecciones de noviembre, no pierde ocasión para azuzar los miedos y mostrarse como un convencido racista, xenófobo y archirreaccionario.
Asegura haber sido de los primeros en oponerse a la invasión de Irak impulsada por George W. Bush en 2003, pero sin embargo no tiene empacho en manifestarse como un ferviente defensor de las torturas a prisioneros. Las mismas fueron impulsadas y aprobadas por el entonces presidente Bush contra quienes se consideraban sospechosos de terrorismo.
El candidato republicano defendió -tras el atentado en el aeropuerto de Estambul– el uso de la técnica denominada waterboarding (
“¿Qué pensáis del waterboarding?”, preguntó Trump a los asistentes a un acto la noche del martes en Ohio. “Me gusta mucho. No creo que sea suficientemente duro”, dijo.
Pero eso no fue lo peor: las afirmaciones del candidato fueron realizadas entre vítores y aplausos del público.
“Vivimos en tiempos medievales. Tenemos que pararlo, tenemos que ser fuertes. Tenemos que luchar tan brutalmente y violentamente porque nos enfrentamos a gente violenta, gente brutal”, dijo sobre el ISIS. “Tenemos leyes que dicen: ‘No puedes hacer eso’. Sus leyes dicen que puedes hacer lo que quieras y que cuanto más brutal seas, mejor. Así que no podemos hacer waterboarding, que no es la cosa más bonita pero es cacahuetes comparado con muchas alternativas”. Trump lamentó que EE UU no pueda simular el ahogamiento de sospechosos de terrorismo para tratar de extraerles información, pero el ISIS pueda decapitar a sus detenidos o ahogarlos en celdas.
En las elecciones de 2012, la mayoría de los precandidatos republicanos a la presidencia también alababan el waterboarding o submarino.
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