Redacción •  Cultura •  29/09/2022

Quinto número de ‘La Brecha’, “Emergencia ecológica. Efectos, causas y ardides”, sobre las consecuencias del cambio climático y el reto al que la humanidad se enfrenta

El decrecimiento es la solución alternativa que cobra fuerza para frenar la acción capitalista en nuestros entornos vitales y naturales.

Quinto número de ‘La Brecha’, “Emergencia ecológica. Efectos, causas y ardides”, sobre las consecuencias del cambio climático y el reto al que la humanidad se enfrenta

Desde la Secretaría de Formación de la CGT se ha presentado el nuevo número de ‘La Brecha’ –publicación económica y sociolaboral con estudios sectoriales, análisis de coyuntura y temas relacionados con la acción sindical-, dedicada a la emergencia ecológica. En este boletín, correspondiente al mes de septiembre de 2022, se aborda dicha cuestión a través del análisis realizado por el sociólogo Tariq Baig Vila.

Según el análisis realizado por este autor, las altas temperaturas globales registradas que han sido las más altas de los últimos años, los numerosos incendios ocurridos, la sequía, etc., son desajustes medioambientales derivados, sin lugar a dudas, de la acción del hombre. El gremio científico, en este sentido, ya ha advertido de las consecuencias que el capitalismo tiene sobre la realidad medioambiental, sobre todo por el crecimiento perpetuo y el desarrollo basado principalmente en los combustibles fósiles. Por ello, y aunque ante la necesidad y la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque la acción para reducirlos se realizara inmediata y rápidamente, el objetivo de impedir el aumento de la temperatura a 1.5 grados o 2 grados sería inalcanzable.

Ante este panorama, y cada vez con mayor fuerza, cobra sentido la propuesta de solución basada en el decrecimiento, aunque ahora el conflicto estaría entre decrecer voluntariamente o no. De hacerlo de manera forzosa se correría el riesgo de estar en una crisis por la escasez, y esto conllevaría al ecofascismo. De lo contrario, optar por decrecer de manera reflexiva y voluntaria nos llevaría como sociedad a plantear pactos sociales de futuro alejados de las dinámicas del sistema capitalista, pasando por la realización o adopción de cambios  en la concepción del trabajo como la producción de aquello que necesitamos realmente, la reducción de la jornada laboral, el reparto del trabajo y, por lo tanto, de la riqueza, el paso de sectores esenciales para la reproducción de la vida o la relocalización del trabajo entre otros.


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