Un informe alerta de la amenaza genética que pone en riesgo la supervivencia del lobo ibérico en Asturias

El documento científico, elaborado en colaboración del Partido Animalista PACMA con la Asociación In Ecologista de Sant Cugat, denuncia la amenaza de endogamia y la fragmentación genética.
Reclaman la prohibición de la caza del lobo y la creación de planes de conservación que aseguren su viabilidad a largo plazo.
El Partido Animalista Con el Medio Ambiente (PACMA), en colaboración co la Asociación In Ecologista de Sant Cugat, ha presentado un nuevo informe que alerta sobre la delicada situación del lobo ibérico (Canis lupus signatus) en Asturias, donde su población se encuentra en riesgo debido a la deriva genética, la baja dispersión entre manadas y la alta fragmentación de su hábitat.
El estudio, titulado “El Lobo en Asturias: Informe de situación”, ha sido elaborado por el biólogo y experto en medio ambiente Dimitri Defranc, coordinador de PACMA en Sant Cugat, junto a Juanjo Corres, de la Asociación In Ecologista de Sant Cugat. El trabajo combina datos científicos, análisis de bibliografía especializada y modelos predictivos basados en Inteligencia Artificial, además de un estudio de campo en la región asturiana.
En 2023, la población asturiana de lobos se estimó en 345 individuos distribuidos en 45 manadas, con 42 familias reproductoras. Pese a una aparente expansión territorial, los análisis genéticos evidencian una baja variabilidad y una alarmante estructuración interna que comprometen seriamente la supervivencia de la especie. El informe denuncia además la ausencia de estudios sobre el Número Efectivo (Ne), indicador esencial para evaluar la salud genética de la población, lo que dificulta un análisis completo de su situación.
La afección del fuego y los tramos viales en las poblaciones de lobos
El impacto de los incendios forestales también representa una grave amenaza. Más de 17.000 hectáreas quedaron arrasadas en 2023, en gran parte fuera de la temporada habitual de riesgo, lo que afectó gravemente al hábitat del lobo y de otras especies autóctonas. A este daño se suman los devastadores incendios de 2025, cuyo balance definitivo aún no ha sido cerrado.
Otro factor que pone en riesgo a la especie según el mencionado estudio es la fragmentación del territorio a causa de grandes infraestructuras viarias, como la A-64, A-8, A-66 y AP-66, que interrumpen la conectividad ecológica y elevan la mortalidad por atropellos.
Asturias es, de hecho, la región con mayor siniestralidad proporcional de lobos en España. A ello se añaden los casos documentados de hibridación con perros asilvestrados, que no solo distorsionan las estadísticas de ataques al ganado —atribuidos con frecuencia de forma errónea al lobo—, sino que también amenazan la pureza genética de la especie.
Matar lobos: una medida sin base científica
El informe concluye que no existe ninguna justificación científica para eliminar ejemplares de la población y recomienda, aplicando la regla de conservación del 50/500, proteger y ampliar el número efectivo de lobos hasta superar los 500 individuos, único escenario que garantizaría su viabilidad genética a largo plazo.
“El lobo ibérico no es solo una especie a proteger, sino un elemento clave para el equilibrio ecológico y el patrimonio natural de la península”, ha señalado Dimitri Defranc, autor principal del informe.
Desde PACMA se insta a las autoridades competentes a prohibir la caza del lobo, desarrollar planes de conservación genética, establecer corredores biológicos seguros, crear santuarios naturales y fomentar un diálogo social que garantice la convivencia pacífica entre humanos y esta emblemática especie.