«La España republicana lucha sola, pero lucha por todos nosotros» (Ernest Hemingway, 1937): Europa Laica y la Federación Nacional del Libre Pensamiento, contra el genocidio en Palestina
En 1936, la República española, legítimamente democrática, fue abandonada por las grandes potencias ante el auge del fascismo. Fue aplastada, no solo militarmente, sino también moralmente, abandonada a su suerte frente a la alianza de las dictaduras. Este abandono abrió el camino a más de 40 años de dictadura y a la Segunda Guerra Mundial.
Hoy, el pueblo palestino plantea al mundo la misma pregunta. Sufre un aislamiento similar: ocupación, bombardeos, bloqueo, negación de derechos. La gran mayoría de los Estados miran hacia otro lado o justifican esta situación.

Comunicado de Europa Laica y la Federación Nacional del Libre Pensamiento
La asociación Europa Laica se pronuncia enérgicamente contra el genocidio en Palestina, denunciando las violaciones del derecho internacional, el uso de la violencia contra una población civil desarmada y la instrumentalización de las religiones para justificar la injusticia. laicismo.org
La Federación Nacional del Libre Pensamiento, por su parte, afirma su solidaridad con el pueblo palestino, condena las decisiones de las autoridades francesas de denegarle el asilo y recuerda que el respeto de la dignidad humana y la igualdad ante la ley no admite excepciones. fnlp.fr
Ya sea una declaración española o una intervención francesa, el impulso es el mismo: rechazar la complicidad, ampliar la conciencia, continuar la lucha por un mundo laico, justo y solidario.
Memoria histórica, laicidad y responsabilidad
En 1936, la República española, legítimamente democrática, fue abandonada por las grandes potencias ante el auge del fascismo. Fue aplastada, no solo militarmente, sino también moralmente, abandonada a su suerte frente a la alianza de las dictaduras. Este abandono abrió el camino a más de 40 años de dictadura y a la Segunda Guerra Mundial.
Hoy, el pueblo palestino plantea al mundo la misma pregunta. Sufre un aislamiento similar: ocupación, bombardeos, bloqueo, negación de derechos. La gran mayoría de los Estados miran hacia otro lado o justifican esta situación.
Aunque las dos situaciones son muy diferentes por su contexto histórico, geopolítico y cultural, las situaciones de la República Española y del pueblo palestino presentan, sin embargo, puntos en común.
Solidaridad internacional popular frente a la inercia de los Estados
En 1936, miles de voluntarios de todo el mundo se unieron a las Brigadas Internacionales para defender la República, mientras que las democracias occidentales practicaban una política de «no intervención».
Hoy en día, se observa una fuerte movilización de la sociedad civil mundial (manifestaciones, campañas BDS, redes humanitarias, flotas internacionales que navegan para romper el bloqueo), pero la mayoría de las grandes potencias siguen prestando apoyo diplomático, económico o militar a Israel, o se mantienen cautelosas para no involucrarse.
Un reto simbólico y universal
En 1936, la guerra civil española se percibía como un «anticipo» de la lucha mundial entre el fascismo y la democracia. La República se convirtió en el símbolo de una causa universal.
Hoy en día, la cuestión palestina se ha convertido, más allá de un conflicto territorial, en un símbolo mundial de la lucha contra la opresión, el colonialismo, el apartheid o la ocupación.
La escuela: pilar de la libertad, la razón y la dignidad humana
Ayer como hoy, la escuela encarna la lucha por la emancipación de los pueblos. Bajo la República Española, la creación de una escuela pública, laica e igualitaria fue uno de los logros más nobles de un régimen decidido a sacar al pueblo de la ignorancia y la tutela religiosa.
Los maestros republicanos defendían entonces una idea novedosa: instruir era liberar. Por eso, las fuerzas reaccionarias trataron de destruir esta obra, quemando escuelas, encarcelando o ejecutando a los maestros y restaurando una enseñanza sometida a la religión y
a la obediencia.
Hoy, en Palestina, la guerra y la ocupación atacan el mismo ideal.
Las escuelas son bombardeadas, transformadas en refugios improvisados o reducidas a ruinas.
Sin embargo, los profesores siguen enseñando, a veces en una tienda de campaña, a veces entre los escombros, para que los niños sigan aprendiendo a leer, a pensar, a tener esperanza.
En los pueblos y los campamentos, comités populares, asociaciones de mujeres e iniciativas comunitarias inventan cada día formas de educación popular, solidaridad y cultura compartida.
Así, como ayer en España, enseñar en Palestina es un acto de resistencia.
Frente a la destrucción, la escuela sigue siendo un espacio de vida, de pensamiento y de dignidad.
Le dice al mundo que el conocimiento y la libertad son indestructibles.
Por eso Europa Laica y la Federación Nacional del Libre Pensamiento afirman que:
- la defensa de la escuela pública, laica y gratuita es inseparable de la lucha por la justicia y la paz;
- las leyes que autorizan la financiación pública de las escuelas privadas deben ser derogadas, ya que debilitan el servicio público y contradicen el principio de laicidad;
- la comunidad internacional debe proteger el derecho a la educación del pueblo palestino, en todas las circunstancias, de conformidad con el derecho humanitario y los convenios internacionales.
Por una laicidad universal y una solidaridad sin fronteras
La laicidad no es una cuestión nacional, sino una exigencia universal.
Protege la libertad de conciencia, impide que los dogmas se impongan sobre la ley civil y garantiza la igualdad de todos ante la República. Rechaza que la religión sirva de justificación para la opresión o la guerra.
Europa Laica y la Federación Nacional del Libre Pensamiento hacen un llamamiento a una movilización laica, democrática e internacional contra todas las formas de fanatismo, apartheid y dominación económica o religiosa.
Lo decimos con las palabras de quienes lucharon antes que nosotros:
«La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque formo parte de la humanidad. Por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti».
— Ernest Hemingway, Por quién doblan las campanas.
Llamamiento final
Invitamos a las asociaciones, sindicatos, docentes, estudiantes, librepensadores y a todas las conciencias humanas a sumarse a este llamamiento.
Para que la memoria de la España republicana inspire la solidaridad con Palestina.
Para que la laicidad, la razón y la justicia guíen por fin a los pueblos y las naciones.
¡Viva la escuela laica, viva la libertad de conciencia, viva la solidaridad entre los pueblos!