El campo de golf de La Moraleja se sigue regando clandestinamente con agua potable
- Los campos de golf gozan de una impunidad y opacidad inaceptables respecto a sus consumos de agua. El Canal de Isabel II sigue sin entregar los consumos de algunos campos a pesar de la resolución del Consejo de Transparencia.

En mayo de 2004, la Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”, integrada en la Plataforma Ecologista Madrileña, presentamos denuncia contra la empresa Golf Park Entertainment de Alcobendas por extracción ilegal de agua subterránea para el riego de las praderas del campo de golf de La Moraleja. Entonces se descubrió la existencia de, al menos, un pozo clandestino y un montaje escénico con un camión cuba de “agua reciclada”.
Dos décadas después, esta urbanización, con una renta de las más altas del país, vuelve a ser noticia por la investigación que lleva a cabo la Fiscalía sobre las extracciones ilegales de agua subterránea que podría estar realizando la empresa Golf Park. La noticia hace referencia a pozos ilegales y a la pasividad del Ayuntamiento de Alcobendas ante un consumo de recursos hídricos difícil de justificar en plena crisis climática. Nada ha cambiado en este tiempo. La reciente denuncia se basa en la notable diferencia entre las necesidades hídricas de las 5,5 has de césped, 29.000 metros cúbicos anuales, y el permiso de la Confederación Hidrográfica para extraer 7.000 metros cúbicos. Parece evidente que siguen funcionando pozos ilegales, como en 2004, desde los que se suministra agua de alta calidad y sin coste.

Una actividad insostenible y opaca
Las empresas que gestionan los campos de golf suelen presumir de emplear agua reciclada, pero lo cierto es que en muchos casos emplean agua procedente de pozos ilegales, incluso de la propia red de abastecimiento del Canal de Isabel II. Y lo hacen con la complicidad de ayuntamientos y otras instituciones. El agua reciclada no suele ser aceptada por los gestores de algunas de estas instalaciones, por los problemas de malos olores y plagas de insectos que producen. Requerirían de algún tratamiento añadido, cuyo coste no quieren asumir a pesar del alto nivel económico de este mercado deportivo.
Es el caso del Canal de Isabel II que desde 2003 niega cualquier dato de consumos de agua con destino a estas praderas. En febrero de 2023, el Consejo Regional de Transparencia emitió resolución por la que emplazaba al Canal de Isabel II a facilitar datos de consumo de agua, en un plazo de cinco días, “en relación con las unidades de consumo de las instalaciones de los 29 campos de golf de la Comunidad de Madrid a que hace referencia en su solicitud el reclamante, indicando los volúmenes derivados, consumidos y facturados de aguas subterráneas, informando de esta remisión al reclamante”. La respuesta del Canal de Isabel II fue la de acudir al tribunal contencioso administrativo contra la resolución y seguir ocultando del conocimiento público datos tan relevantes y oportunos como es el volumen de agua destinada al riego de las parcelas de los campos de golf (nada nuevo, ya en 2003, la Consejería de Medio Ambiente amparaba la denegación de estos datos, desafiando incluso al Defensor del Pueblo). Desde entonces el nuevo Consejo de Transparencia, ahora dependiente directamente del Gobierno de la Presidenta Ayuso, se niega a informar sobre este expediente y a reclamar al Canal de Isabel II el respeto al derecho de acceso a información de carácter público. Es evidente que no quieren que se sepa que ocurre con el importante volumen de agua que se emplea en los campos de golf.
El aumento de las temperaturas o el descenso de lluvias parece que no va con los campos de golf
Los efectos del cambio climático y la elevación de las temperaturas está repercutiendo sobre el estado de conservación de los ríos madrileños y los humedales. Expertos e instituciones de todo tipo vienen advirtiendo de la necesidad de adecuar nuestros consumos y la gestión del agua a este nuevo escenario climatológico y poner fin a derroches y abusos en los aprovechamientos.
Estos abusos están en el origen de la desecación crónica de algunos cauces de ríos madrileños. Ríos como el tramo alto del Guadalix, el río Perales o el Lozoya (Alameda del Valle) acaban secos varios meses al año y sin vida acuática. Mientras tanto en el ambiente mesetario de la Comunidad de Madrid funcionan una treintena de campos de golf que consumen, en una estimación a la baja, 8,6 hectómetros cúbicos de agua [1], es decir, un volumen de agua que se sitúa entre lo consumido por ciudades como Parla o Alcorcón [2]. En una situación de sequía como la actual sería necesario comenzar a poner control a consumos accesorios como los campos de golf en áreas geográficas como el Centro de España.
Los colectivos que forman la Plataforma Ecologista Madrileña exigen la aplicación de las normas de transparencia y exigen al Canal de Isabel II y a la Confederación Hidrográfica que publiquen en sus portales de transparencia los consumos reales y los autorizados de cada uno de los campos de golf, así como de cualquier otra actividad que requiera de grandes volúmenes de este recurso estratégico.
[1] Cálculo realizado sobre las dotaciones establecidas en el Plan Hidrológico del Tajo 2022-2027, de 7.500 m3/ha para campos con riego común y 9.000 m3/ha para campos regados con agua reutilizada.
[2] Parla: 130.577 hab.; 6,4 hm3/año consumo de agua; Alcorcón: 170.296 hab.; 9,3 hm3/año consumo de agua.
