Redacción •  Actualidad •  05/08/2025

Lanzan un manifiesto para favorecer la unidad de las izquierdas andaluzas y defender la Andalucía de Blas Infante

  • Políticos, sindicalistas, juristas, periodistas, artistas, profesionales… se unen y promueven un manifiesto abierto a más adhesiones.
Lanzan un manifiesto para favorecer la unidad de las izquierdas andaluzas y defender la Andalucía de Blas Infante

El alcalde de Marinaleda, Sergio Gómez, encabeza el listado de personas firmantes, seguido de rostros conocidos, como la dramaturga Pilar Távora; el antropólogo y tertuliano Javier Aroca; los juristas Joaquín Urías y Javier Pérez Royo; el periodista y escritor, Fonsi Loaiza; el cantante de Reincidentes, Fernando Madina o el cantaor Juan Pinilla, que acompañan a figuras de la sociedad civil y de los movimientos sociales y de solidaridad.

El manifiesto tras repasar la realidad andaluza concluye que las políticas que Moreno Bonilla desarrolla vienen a atacar lo público, favoreciendo a las élites y perjudicando a la mayoría social andaluza. Unas políticas que “constituyen un lastre enorme para que Andalucía pueda ocupar el lugar que merece” y censura al gobierno andaluz: “Un gobierno que cada vez más se sumerge en la corrupción y en el expolio de lo público y que solo mira por los intereses del 1%”.

El manifiesto recuerda las movilizaciones en defensa de los servicios públicos, en solidaridad con Palestina y contra el rearme y la guerra y plantea que “no habrá cambio en Andalucía si las mismas manos que juntas mantienen las pancartas en decenas de manifestaciones multitudinarias de estos años, no se juntan para construir y reforzar un proyecto electoral pensado desde, con y para Andalucía”.

“Un proyecto valiente”, continúa el texto, “que hable con el lenguaje del pueblo y que no calle ante los poderosos. Un proyecto de paz que le saque la tarjeta roja al gobierno del rearme y la guerra, que sueñe con una Andalucía sin bases, fuera de bloques militaristas, que sólo traen ruina y destrucción a nuestro pueblo”.

Por ello, “es la hora de acordar lo importante y dejar a un lado lo secundario y no defraudar las esperanzas de cambio de cientos de miles de personas sencillas. La unidad no es un fetiche, es una necesidad del pueblo”.

El manifiesto termina emplazando al conjunto de las fuerzas vivas a un gran compromiso unitario desde la defensa de 10 pilares: La lucha contra el rearme y el régimen de guerra; la defensa de los servicios públicos; por el derecho a la vivienda; por la igualdad real desde un enfoque feminista; la defensa del medio ambiente; por el empleo decente y contra la precariedad; contra la pobreza y la exclusión social; la defensa de un medio rural vivo; la lucha contra la corrupción, y finalmente, la profundización del autogobierno.

Manifiesto y primeros firmantes

LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA PARA DEFENDER LA ANDALUCÍA DE BLAS INFANTE

La unidad no es un eslogan, es una necesidad del pueblo

La última encuesta del CIS andaluz identifica el desempleo, la sanidad y la vivienda como los principales problemas de los andaluces y andaluzas. A pesar del supuesto milagro económico que nos venden a diario, 643.222 personas quieren trabajar en Andalucía y no pueden hacerlo.

Y las personas que trabajan, en muchos casos se ven enfrentadas al azote de la precariedad. Los salarios son un 12% más bajos que la media estatal. Algo que afecta y mucho a nuestra juventud: las personas menores de 25 años en Andalucía cobran un 17,66% menos que la media estatal y sólo 13 de cada 100 jóvenes andaluces han podido emanciparse. La brecha de género profundiza la desigualdad: un hombre cobra de media 4500 euros más que una mujer. Para equipararse a los hombres una mujer debería trabajar 96 días más al año para ganar lo mismo que recibe de media un trabajador en nuestra tierra. Y para más inri, la siniestralidad laboral está disparada, cada tres días muere una persona en el tajo.

En este contexto, es normal que el empleo sea considerado un problema por el 43% de la población andaluza. La falta de un empleo decente y un salario digno es, en muchos casos, la precondición de la pobreza y la exclusión social. Nunca se nos debería olvidar que 3,2 millones de andaluces y andaluzas, el 37,5 % de la población está en riesgo de pobreza, 11 puntos por encima de la media estatal y que 10 de los 15 barrios más empobrecidos del Estado español se sitúan en Andalucía.

Si a esta situación se le añade la catástrofe sanitaria que vivimos y la especulación que impide de facto el derecho a una vivienda, tendremos un cuadro bastante acertado de la Andalucía actual, una tierra golpeada desde hace años por el neoliberalismo más depredador.

La antaño considerada como la estrella de la autonomía andaluza, nuestra sanidad pública, está sometida a políticas de desmantelamiento. La consecuencia es dramática: más de un millón de personas se encuentran esperando ser atendidas en los centros sanitarios andaluces y el gasto de la Junta de Andalucía en la sanidad pública es el más bajo de España. El desenlace es obvio, desde 2023, Andalucía figura como el peor sistema sanitario público del Estado español.

La dependencia, considerada el cuarto pilar del estado del bienestar, no es que hace aguas como la sanidad, directamente está destrozada. La espera media para recibir la atención a la dependencia en la comunidad andaluza se sitúa en 592 días, es decir, 256 días más que el promedio estatal, casi nueve meses más. 5751 personas murieron el año pasado mientras estaban en la lista de espera, 83.686 desde el año 2017.

A todo esto se suma la crisis de la vivienda. En Andalucía, se producen 12 desahucios diarios, dos terceras partes por impagos ante los alquileres abusivos, mientras un 14% de las viviendas andaluzas se encuentran vacías de forma permanente. Fondos buitres y bancos de inversión han puesto su mirada en la vivienda como activos financieros con los que especular. El precio de la vivienda en Andalucía ha subido en los últimos 10 años un 160% en la vivienda nueva y un 135% en la de segunda mano.

Y un último apunte referido a la educación. Desde que gobierna Moreno Bonilla se han suprimido 2402 plazas públicas, las ratios legales no se cumplen en 150 colegios andaluces, las becas se han recortado, las vacantes de docentes no se cubren y los precios de comedores y actividades extraescolares se han incrementado.

Cómo vemos, el panorama de nuestra Andalucía en cuanto al acceso a los servicios públicos y a los derechos sociales que van asociados a los mismos, es desolador. Pero esto no es consecuencia de un fenómeno natural o un designio divino, este es el resultado de políticas concretas que pone en marcha un gobierno determinado. Si los servicios públicos están siendo desmantelados -con consecuencias nefastas para los derechos sociales de nuestro pueblo- es debido a que se derivan fondos públicos necesarios para su mantenimiento y fortalecimiento a la iniciativa privada en una lógica de creación de nichos de negocio para los amiguetes del PP y de Moreno Bonilla.

Si Andalucía está infrafinanciada es porque el gobierno del PP en Andalucía aprueba rebajas fiscales a los millonarios y fortunas andaluzas del orden de 1000 millones de euros mientras que Moreno Bonilla, contradiciendo sus propias palabras de hace un año, se niega a aplicar la quita de la deuda andaluza, por simples cálculos electorales al servicio de Feijóo y regates cortos de orden partidista.

Si en Andalucía nuestra juventud no puede acceder a la vivienda es porque desde el gobierno andaluz se impulsan políticas especulativas al servicio de los grandes tenedores de viviendas. Porque se potencia la vivienda turística en vez de una regulación democrática del alquiler.

Si nuestro medio rural se está despoblando es porque se están potenciando unas políticas de abandono de las infraestructuras necesarias para fijar la población: falta de red de cercanías, carreteras en mal estado, falta de profesorado, deterioro en los centros de salud, un mar de placas solares que deja improductiva la tierra, destruyendo empleo y posibilidades para nuestros pueblos y comarcas. A lo que se añade las tareas históricas y nunca planteadas de una reforma agraria integral que acabe con el acaparamiento de tierras (no sólo por los terratenientes de toda la vida, sino ahora por fondos buitres), democratice la estructura de propiedad y promueva la función social de la tierra y su industrialización, así como un subsidio agrario para los jornaleros y jornaleras que no se tengan que humillar con el requisito de las peonadas (la puesta en marcha de la Ley Jornalera).

Las políticas que deciden los gobiernos no son neutrales. Vienen a favorecer o perjudicar a sectores sociales bien definidos. Las políticas que Moreno Bonilla lleva desarrollando desde hace seis años en Andalucía no difieren en el fondo con las empleadas por Ayuso en Madrid. Con semblante sonriente, vienen a atacar lo público, favoreciendo a las élites y perjudicando a la mayoría social andaluza.

Detrás de las frías cifras del desempleo, de las listas de espera en la sanidad y de la pobreza, hay miles de familias, con aspiraciones frustradas, cuyos esfuerzos se han visto truncados por esas políticas. Unas políticas que constituyen un lastre enorme para que Andalucía pueda ocupar el lugar que merece, para que el pueblo andaluz sea capaz de expresar, con la determinación y la creatividad que le caracteriza, todos sus talentos y todas sus capacidades.

Frente a los obstáculos y a las injusticias, siempre ha habido personas de nuestra tierra que no se han resignado, que no se han quedado con los brazos cruzados. En cada lugar, en cada esquina de nuestra amada Andalucía ha habido un pueblo digno que ha señalado con firmeza el mal gobierno que sufrimos y ha exigido que Andalucía deje de ser el cortijo de unos pocos.

Estamos cansadas de sufrir décadas de depredación por parte de los poderes económicos y financieros. Estamos cansadas de tener gobiernos autonómicos que actúan más como agente comerciales de grandes empresas y de fondos especulativos que como instituciones al servicio del pueblo andaluz.

Nuestra manera de entender Andalucía pasa por cumplir con el espíritu del 4 de Diciembre, con el pueblo andaluz siendo protagonista y actor central su destino. Una vez más, el camino lo marcará la gente organizada por fuera de los palacios del poder.

Una vez más el camino lo marca la ciudadanía andaluza que en estos años no ha parado de salir a la calle para reivindicar trabajo y salarios dignos, para defender nuestra sanidad y educación, para proteger nuestro patrimonio natural, para decir alto y claro que no puede haber gente sin casa y casa sin gente, para reivindicar claramente que otra Andalucía es posible, necesaria y deseable.

Es a lomo de estas movilizaciones de la sociedad civil en la calle donde se construye la alternativa al actual gobierno antisocial y reaccionario de la Junta de Andalucía de Moreno Bonilla y del PP. Un PP que solo gobierna para garantizar negocios y beneficios a empresas privadas afines. Un gobierno que cada vez más se sumerge en la corrupción y en el expolio de lo público y que solo mira por los intereses del 1%.

Estos movimientos nos indican el camino y nos recuerdan que solos no podemos, que necesitamos, ahora más que nunca, la puesta en común de nuestra trayectoria, de nuestra capacidad militante, de nuestro músculo organizativo, para ponerlo al servicio de la ciudadanía andaluza.

No habrá justicia, igualdad y bienestar para todas y todos los andaluces con un gobierno de la derecha. No habrá alternativa a la Junta de Moreno Bonilla sin una propuesta política de izquierda transformadora, unitaria, plural, andalucista, ecologista, feminista y con aspiración de gobierno. No habrá cambio en Andalucía si las mismas manos que juntas mantienen las pancartas en decenas de manifestaciones multitudinarias de estos años, no se juntan para construir y reforzar un proyecto electoral pensado desde, con y para Andalucía.

Un proyecto valiente que hable con el lenguaje del pueblo y que no calle ante los poderosos. Un proyecto de paz que le saque la tarjeta roja al gobierno del rearme y la guerra, que sueñe con una Andalucía sin bases, fuera de bloques militaristas, que sólo traen ruina y destrucción a nuestro pueblo.

Es la hora de aparcar los puntos y comas que nos dividen, es la hora de acordar lo importante y dejar a un lado lo secundario. Es primordial no defraudar las esperanzas de cambio de cientos de miles de personas sencillas que miran a la izquierda con la ilusión de cambiar de una vez las cosas y mejorar sus vidas. Tenemos la obligación política, desde el compromiso militante radical, de establecer puentes de entendimiento y lograr que el pueblo marche de nuevo por las grandes avenidas de la historia. La unidad no es fetiche, es una necesidad del pueblo.

Por ello nos atrevemos a emplazar al conjunto de las fuerzas vivas a un gran compromiso unitario desde la defensa de estos 10 pilares, que deben ser auténticas revoluciones para el cambio político y social:

1º La lucha contra el rearme y el régimen de guerra, desde una radical defensa de la paz y la resolución pacífica de conflictos. Ni un euro para el rearme y la guerra. Queremos una Andalucía libre de bases y fuera de cualquier bloque militarista. Desde Andalucía, tierra de paz, solidaridad y acogida, defendemos el fin del colonialismo y de la ocupación de Palestina y el Sáhara.

2º La defensa de los servicios públicos como garantes de los derechos sociales y del estado del bienestar. Queremos una sanidad y educación, de carácter universal, de calidad y con la dotación presupuestaria necesaria. Una atención a la dependencia eficaz, acabando con las listas de espera y agilizando los trámites.

3º La lucha por el derecho a la vivienda y contra la especulación. Es necesario remover los obstáculos legales y mercantiles que impiden de facto el derecho a la vivienda y la subida abusiva de alquileres.

4º La lucha por la igualdad real desde un enfoque feminista. Andalucía presenta unas cifras de desigualdad de género terribles y es la comunidad donde más fuerte actúa la violencia machista. Frente a la extrema derecha negacionista, necesitamos impedir que se den pasos atrás, reforzando las políticas feministas

5º La defensa del medio ambiente y nuestro patrimonio natural. Andalucía está especialmente en peligro por la amenaza del cambio climático. Son necesarias políticas de transición ecológica que fomenten un urbanismo sostenible y un cambio de modelo productivo hacia una economía circular.

6º La lucha por el empleo decente y contra la precariedad. Seguimos en Andalucía con brechas históricas en empleo. Necesitamos un cambio de modelo productivo que garantice estabilidad laboral y mejoras salariales.

7º La lucha contra la pobreza y la exclusión social. Es necesario dotarnos de una estrategia sostenible en el tiempo de erradicación de la pobreza en Andalucía, con mejores servicios y ayudas sociales y una dotación suficiente.

8º La defensa de un medio rural vivo. Precios justos para el campo, condiciones laborales dignas, puesta en marcha de la Ley Jornalera, reforma agraria integral, políticas contra la despoblación.

9º La lucha contra la corrupción. La corrupción es sistémica y alcanza a todas las esferas institucionales desde la monarquía hasta las municipales. Transparencia radical, persecución de las corruptelas.

10º La profundización del autogobierno. El estatuto andaluz no se ha desarrollado plenamente y sus potencialidades están mermadas. Aún así, el estatuto es insuficiente y necesitamos superar el marco autonómico para avanzar hacia la soberanía.

Primeros firmantes

(por orden de llegada)

  1. Sergio Gómez, alcalde de Marinaleda y portavoz nacional de la CUT
  2. Pilar Távora, directora y productora de cine, teatro y televisión.
  3. Javier Aroca, licenciado en derecho y antropología en la Universidad de Sevilla, diplomado en árabe y tertuliano en radio y TV.
  4. María José Lera, profesora en la Universidad de Sevilla y responsable del área internacional de la CUT.
  5. Oscar Reina, portavoz nacional del SAT.
  6. Rosario Granado, activista social e integrante de la Plataforma de Solidaridad con Palestina de Sevilla.
  7. Joaquín Pablo Urías, catedrático de derecho constitucional.
  8. Libertad Benítez, profesora y exparlamentaria de Podemos.
  9. Christopher Miguel Rivas Reina, coordinador nacional de Andalucía Por Sí.
  10. Nuria Roig Miret, portavoz de la Marea Blanca del área sanitaria de Osuna.
  11. Francisco Sierra, diputado de Sumar por la provincia de Sevilla.
  12. Sofía Vázquez Pérez, empleada pública, militante del SAT y responsable de comunicación de la CUT.
  13. Fernando Pereita, arquitecto y responsable de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla.
  14. Ana Jiménez López, Secretaria de Sociedad Civil de Podemos Andalucía.
  15. Rafael Aguilera, alcalde de Alcalá del Valle por Izquierda Unida.
  16. María Ángeles García Ramírez, concejala y portavoz de Con Podemos Tomares Podemos-IU y secretaria de círculos de Podemos Andalucía.
  17. Sebastián Martín Recio, médico y miembro de Marea Blanca.
  18. Elena Díaz, enfermera del SAS, sindicalista en CCOO y militante de República Andaluza.
  19. Javier García, secretario de comunicación de Podemos Andalucía.
  20. Encarnación Martínez, abogada y responsable de feminismos de la CUT.
  21. Fernando Madina, bajista y cantante del grupo Reincidentes.
  22. María Encarnación Merelo Jerez, secretaria de feminismos y LGTBIQA+ de Podemos Andalucía.
  23. José Antonio Barroso, exalcalde de Puerto Real, exparlamentario andaluz de IU y activista internacional por la paz.
  24. Inmaculada Cordero, técnica superior en integración social y militante del SAT.
  25. Javier García Fernández, historiador y militante del SAT y de República Andaluza.
  26. Dolores Montávez, responsable de Podemos en la provincia de Jaén.
  27. Juan Pinilla, cantaor flamenco, escritor, traductor y columnista.
  28. Salka Mahfoud, secretaria general de la LEJSEE (Liga de Estudiantes y Jóvenes Saharauis en España).
  29. Javier Pérez Royo, catedrático de derecho constitucional.
  30. María Isabel Gómez, exalcaldesa de Ganemos en El Coronil y portavoz del grupo de concejales de Podemos en el Ayuntamiento.
  31. Ramón Galán, alcalde de Trebujena por IU y diputado provincial en la diputación de Cádiz.
  32. Noelia Herrera, concejala de Podemos en Jódar.
  33. Juan Valencia. Activista de memoria democrática y republicana.
  34. María Isabel González, exdiputada de la diputación de Málaga y militante de Podemos.
  35. José Juan Ramos Álvarez, periodista, militante de Andalucía Por Sí y andalucista.
  36. Inmaculada Morillo, profesora de filología hispánica y miembro de la comisión de garantía de Podemos Andalucía.
  37. Antonio Martínez, médico y secretario de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla.
  38. Mercedes Domínguez, responsable de migraciones del SAT.
  39. Manuel Gerena, poeta y cantaor flamenco.
  40. Alba Rodríguez Nogales, doctora en farmacología por la Universidad de Granada.
  41. Diego Cañamero, jornalero y activista social.
  42. Estíbaliz Núñez Sánchez, actriz, autora y directora de Teatro Antropológico Andaluz.
  43. Fonsi Loaiza, periodista y escritor.

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