Guillermo Caviasca •  Opinión •  03/12/2018

Sobre marchas y contramarchas. G 20, caos social y orden político

Sobre marchas y contramarchas. G 20, caos social y orden político

Señala Clausewitz al inicio de su gran obra “De la guerra” que “la fuerza, es decir, la fuerza física constituye así el medio; imponer nuestra voluntad al enemigo es nuestro objetivo” y que “la guerra constituye un acto de fuerza para obligar al enemigo a acatar nuestra volutad”.
Y Max Weber define el poder como “la probabilidad de imponer nuestra propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa volutad”.
Esta última es una profundización y ampliacion de la definición militar de Clausewitz hacia cualquier relación social, o sea hacia la política en sentido amplio.
Todos debemos saber que para Clausewitz (y para nosotros) la guerra es sólo una forma de desarrollo de los conflictos políticos.
Esto significa que no hay un universo “no político” de la lucha violenta, sino que es una herramienta más de la política. Porque la guerra es “la continuación de la política por otros medios”. Y que aunque el militar prusiano sólo se refiera a conflictos nacionales, la guerra, o mas bien la lucha en general, violenta o no, es tanto entre naciones como al interior de las mismas, o la combinación de ambos ecenarios.
Pero como señala Clausewitz (y no solo él) el mejor general es el que impone su voluntad sin violencia. O sea que triunfa sin disparar un tiro, digamos en criollo. O sea el que impone los fines sobre el adversario sin guerra, con diplomacia, economía etc. o con sólo la amenaza de ella. Pero el general prusiano nos advierte que no seamos ingenuos y que estas últimas hipótesis son ideales, que nadie permite generalmente que le impongan la voluntad del otro sin pelear.

Bueno toda esta introducción para decir que Clausewitz no estuvo en Argentina el viernes 30 (obvio) porque hubiera tomado nota como el gobierno impuso su voluntad a las organizaciones políticas opositoras de una forma total.
Logró desmovilizar generando una marcha módica y folklórica de izquierda. Estableció el recorrido más inofensivo, generó una calma pocas veces vista en los ultimos tiempos, y logró que las mismas organizaciones y sobre todo los organizadores se “autorreprimieran”, firmaran documentos donde implícitamente aceptaban que cualquiera que saliera del “corralito” estaba en condiciones de ser reprimido, etc.
O sea la imposición de la voluntad por parte del ministerio de seguridad fue total, sin combate.
Así el gobierno coronó una victoria que trabajó desde hace tiempo, que era evidente que estaba trabajando y que la oposición compró y asumió en forma casi cómplice o ingenua en muchos casos.
El gobienro logró demostrar que a pesar de que hay una situación económica deplorable y una situación social ya muy grave; la situación política parece bajo control, al menos está en condiciones de controlar a la oposición o mantenerla dentro de los carriles “normales y aceptados”. Inclusive a la oposicion más dura.


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