André Abeledo Fernández •  Opinión •  08/12/2025

En España no hay un gobierno socialcomunista, por desgracia

No tenemos un gobierno socialcomunista, ni de izquierdas, tampoco un gobierno de progreso, es un gobierno progre socialdemócrata.

Tendremos que trabajar más años para poder jubilarnos, la medida podría ser del PPVOX pero es del PSOE-SUMAR, comparten los amos.

La reforma laboral no se ha derogado, básicamente es la misma que hizo el gobierno de Mariano Rajoy, las partes más lesivas para los trabajadores se han dejado igual, desde las indemnizaciones por despido hasta la indefensión de los trabajadores ante despidos injustos.

Incluso el gobierno de derechas de la Unión Europea ha llamado la atención a España en ese sentido, criticando lo barato y fácil que es despedir en España y la falta de protección de los trabajadores ante los abusos y los despidos injustos. 

Continúa siendo el trabajador quien tiene que demostrar que los motivos que espone la empresa en su despido son falsos, es algo increíble que sea el despedido, el acusado, quien deba demostrar la falsedad de la acusación, cuando en la legalidad penal es el acusador quien debe dar las pruebas, un gobierno de izquierdas no permitiría semejante aberración procesal.

Los contratos, los convenios, los derechos, no se respetan en la empresa privada, si un trabajador llega tarde sistemáticamente lo despiden, pero si una empresa obliga a sus trabajadores a entrar antes y salir más tarde no ocurre nada. El contrato de trabajo parece que solo obliga al trabajador y no al que contrata, otra patatada a la justicia.

Nos prometieron más inspectores y más inspecciones de trabajo, no han hecho absolutamente nada, la inspección de trabajo sigue sin hacer su trabajo, sobre todo cuando se trata de las grandes empresas.

Los derechos sobre el papel no existen cuando no hay consecuencias para las empresas que los pisotean, la libertad sindical es una mentira, y los sindicatos mayoritarios han traicionado una y otra vez a la clase trabajadora.

Con el cuento del pacto social no hemos parado de retroceder en derechos y nuestros horarios y condiciones de trabajo son cada vez peores, no permiten conciliar la vida familiar y personal con la laboral.

La vivienda esta fuera de nuestro alcance, la alimentación es un lujo, la energía es cara, las telecomunicaciones tienen precios abusivos por encima de la mayoría de los países del llamado primer mundo, el rural sigue sin servicios básicos, tener un empleo no te garantiza dejar de ser pobre, muchos trabajadores no pueden llegar a fin de mes a pesar de trabajar sin descanso.

La ley mordaza sigue vigente, la justicia sigue siendo un lujo para ricos, la judicatura sigue en manos de la derecha, los trabajadores siguen entrando en la cárcel por defender sus derechos, mientras gente como Montoro que convirtió Hacienda en su mafia personal sigue en la calle sin consecuencias.

Lo de Hacienda somos todos sigue siendo un eslogan, el Estado lo financian los trabajadores y los multimillonarios, las multinacionales, y las grandes fortunas continúan teniendo mil formas de evadirse de pagar impuestos. Los ricos pueden tener deudas con Hacienda, pueden negociar sus deudas, pero los pobres van a pagar sus deudas aunque vivan debajo de un puente.

La solución no es tirarse al precipicio como han hecho en Argentina votando al enfermo sociópata de Javier Milei, la solución no es el PP, tampoco VOX, no son los Feijoó, Abascal, Ayuso o Mazón.

La solución es que los trabajadores recuperemos la conciencia de clase y seamos conscientes de que no nos gobiernan los nuestros, no es la izquierda, unos son menos derecha y los otros son ultraderecha y fascismo, pero la izquierda comparte trinchera con los trabajadores y combate la miseria, la pobreza, la desigualdad y los abusos, no solo gestiona el descontento.


Opinión /