El NO A LA GUERRA en Venezuela debe gritarse antes de que sea tarde
No a una nueva guerra por petróleo en esta ocasión contra Venezuela, no a otra agresión imperialista Yanqui, no a las ejecuciones extrajudiciales en el Caribe, no al asesinato sin juicio ni pruebas de ciudadanos por parte de los EEUU que acusan arbitrariamente de narcotráfico a los asesinados que ya no se podrán defender.
No al uso de la fuerza por parte del Gobierno de Donald Trump para imponer su voluntad al resto de la humanidad, no a un mundo unipolar donde EEUU pretende ser el amo del mundo con derecho a barra libre.
Para Donald Trump y el gobierno de los EEUU la legalidad internacional solo les interesa cuando les beneficia, los organismos internacionales solo se respetan cuando los controlan, en el diccionario del Imperio Yanqui una dictadura es todo aquel gobierno que no defiende sus intereses y renuncia a su soberanía.
El NO A LA GUERRA llegó tarde en Iraq, porque debió empezar cuando amenazaron con invadir, nos mintieron una y otra vez para justificar la invasión y la masacre, el asesinato en Iraq de más de un millón de personas para quedarse con su petróleo, con sus reservas de oro, con sus riquezas.
La excusa de las armas de destrucción masiva que tenía Iraq era una mentira, como es una mentira la excusa de la lucha contra el narcotráfico que utiliza Donald Trump para amenazar a Venezuela y también al Caribe, como han amenazado a México.
Amenazan a cualquiera con intervenciones militares y actos terroristas de la CIA en su territorio, amenazan con magnicidios, amenazan con sanciones criminales, con bloqueos, con sabotajes, apoyan a grupos opositores que hacen llamamientos a golpes de Estado, a la violencia en las calles, a la guerra civil.
Desde EEUU y sus países satélites apoyan a una María Corina Machado vergonzosamente premio Nobel de la Paz que pide una intervención militar contra su pueblo, contra su nación, que exige sanciones contra los venezolanos, que es todo menos un ejemplo de pacifismo.
Donald Trump es un megalómano, un fascista, un racista y también el cómplice necesario de un genocidio en Palestina, y el apoyo de un criminal condenado por el tribunal internacional llamado Benjamín Netanyahu, que a su vez es también el apoyo de la oposición venezolana y de Donald Trump para la invasión a Venezuela.
Llegamos tarde a Iraq, a Libia o a Siria, hoy naciones destruidas convertidas en cementerios, en manicomios, y que han sido condenados a una eterna guerra civil.
Esos países han sido entregados al radicalismo religioso y en Siria han hecho presidente a un líder de Al Qaeda que hasta hace muy poco estaba en la lista de terroristas más buscados y hoy es recibido en la Casa Blanca por Donald Trump como símbolo de demócrata, un auténtico esperpento, hipocresía de máximo nivel de un Occidente en decadencia e involución ética y moral.
NO A LA GUERRA EN VENEZUELA
NO A LAS AGRESIONES A VENEZUELA
NO A LAS AMENAZAS A VENEZUELA
NO A LAS INGERENCIAS EN VENEZUELA
NO A LAS SANCIONES A VENEZUELA
Dejen a los pueblos vivir en paz y respeten la legalidad internacional, la fuerza y la barbarie no pueden ser ley.
