6 de La Suiza el feo reflejo de una justicia clasista y anti obrera

Es una buena noticia que las compañeras de Las seis de La Suiza hayan sido clasificadas en tercer grado penitenciario en aplicación del artículo 72 de la LOGP y 102.4 del RP, por lo que realizarán el cumplimiento de la pena en régimen abierto. Pero no deja de ser una vergüenza que un juez sea Dios y pueda Impartir injusticias con total impunidad.

Todos los trabajadores debemos seguir exigiendo la libertad de las compañeras condenadas por hacer sindicalismo y que la justicia deje de ser cosas de ricos y empresarios multimillonarios. 

El trabajo no dignifica a nadie, lo que dignifica es el valor del trabajo, las buenas condiciones laborales y los derechos de los trabajadores, los esclavos también tenían trabajos, lo que no tenían es salarios y derechos.

Más derechos e igualdad para la clase trabajadora significa menos privilegios y abusos por parte de las oligarquías, por eso algunos no quieren que nada cambie o tratan de lo poco que tenemos se pierda y la sociedad involucione.

Menos pobreza y más justicia social dan como resultado menos inseguridad y delincuencia, también más igualdad, pero eso debe ir acompañado por menos privilegios para una minoría que no quiere renunciar a ellos, los consideran sus derechos, son clasistas y no sienten la menor empatía por el sufrimiento de la ciudadanía.

La ley no es necesariamente justicia, la ley no es normalmente justicia, las leyes se usan para defender los privilegios de las minorías, no derechos de todos, buscan el control social, no la justicia social, son simplemente una herramienta de control en manos de la clase dominante.

La justicia tiene una doble vara de medir, una para los ricos y otra para los pobres, una para la ultraderecha y otra para la izquierda, una para la violencia fascista y otra para la lucha obrera.

Dos frases reflejan esta cruda realidad:

«La justicia es como las serpientes solo muerden a los descalzos»

«El derecho civil sirve para que los ricos roben a los pobres y el derecho penal impide que los pobres roben a los ricos».