Majadahonda acata la ley… a su manera
Por fin. El Ayuntamiento de Majadahonda nos ha informado de que va a acatar una ley. No una cualquiera, sino la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Y lo hace con el entusiasmo del que cumple con desgana y porque no le queda más remedio.
Después de tres años de demoras y silencios, el equipo de gobierno del PP nos ha enviado una misiva a todas la ciudadanía majariega diciéndonos que se ve forzado a aplicar la tasa de recogida de basuras en cumplimiento de una ley “impulsada por el Gobierno de España”. Una tasa cuya existencia conocen desde abril de 2022 y que ni es arbitraria, ni fruto del capricho ideológico del malvado gobierno de coalición. Es simplemente una exigencia legal, derivada de decisiones vinculantes adoptadas en la UE, con el beneplácito del Partido Popular. ¿A qué viene entonces ocultar ese pequeño detalle?
Tal como ha ocurrido con la implantación falaz y tardía de las Zonas de Bajas Emisiones, al PP se le atraganta todo lo que contribuya a proteger la salud medioambiental del planeta, por más evidencias que haya de la emergencia climática que estamos sufriendo.
Pero el colmo del esperpento no está solo en la tardanza a la hora de acatar esta ley. Está en el envoltorio: una extensa carta para justificarse. Hasta seis párrafos para exponernos, en tono casi de víctima, que no les queda otra, que se han resistido como gato panza arriba apurando los plazos al máximo. Y mientras tanto, ni rastro de campañas de reducción de residuos, ni compostaje comunitario, ni incentivos para la economía circular, ni educación ambiental en colegios o barrios. Nada que explique un poquito, al menos, el sentido de la tasa, que nos haga conscientes de que aplicar el principio de “quien contamina paga” es beneficioso para toda la población. De eso nada. Solo tasa. Y papel. Mucho papel.
Por suerte, sabemos que otro modelo de gestionar la recogida de residuos es posible. Ayuntamientos como el de Rivas Vaciamadrid (sí, uno gobernado por Izquierda Unida), además de aplicar la ley desde el primer momento, han venido acompañando su implantación con campañas de sensibilización, planes de reducción de residuos y programas educativos en colaboración con vecinos, colegios y comercios.
Velar por que se cumpla la ley de residuos no debería ser una molestia, sino una oportunidad. Una oportunidad para impulsar la sostenibilidad, cuidar nuestros recursos naturales y fomentar el compromiso ciudadano. Pero para eso hay que hacer algo más que limitarse a formular vanas excusas .
Majadahonda se apunta al cumplimiento legal… cuando ya no le queda más remedio. Pero la sostenibilidad exige algo más que obediencia a regañadientes: exige voluntad política para adoptar medidas que la hagan posible.
Y de eso, parece que vamos justitos.
*Elsa Campano Escudero.
Coordinadora IU Majadahonda.