Palestina es la causa de la humanidad
La resistencia palestina por la sobrevivencia, es hoy, sin lugar a dudas, la causa de la humanidad. Las atroces imágenes de infantes palestinos asesinados por los bombardeos o por las tropas sionistas de ocupación neocolonial en el territorio de la Franja de Gaza y más regiones de Palestina, ya no sólo han dado la vuelta al mundo, sino que han dejado muy claro el nivel inhumano alcanzado por el imperialismo estadounidense, el gobierno sionista de Israel, los gobiernos aliados europeos del genocidio, y por los sectores, organizaciones, partidos y grupos ultraconservadores y neofascistas que guardan silencio o aplauden frente a la evidencia del mayor crimen de lesa humanidad del siglo XXI.
En estos días, en el marco del cumplimiento de 77 años de la Nazba (catástrofe), iniciada el 15 de mayo de 1948, hecho histórico que indica el comienzo de la campaña genocida orquestada por el sionismo y el imperialismo británico y estadounidense contra Palestina, ya que fue cuando los palestinos vivieron el primer desplazamiento con fuerza de sus territorios y las primeras acciones de ocupación militar, se realizó una jornada mundial con la participación de miles de personas en muchas naciones, observándose que las expresiones de apoyo a Palestina se multiplican (aunque no se puede negar que sigue habiendo una mayoría de sectores apáticos o que prefieren cerrar los ojos ante el genocidio). Estas movilizaciones de miles de personas en muchos países, como la acontecida, en La Haya, Países Bajos, donde más de 1oo mil ciudadanos salieron a exigir un alto inmediato a los ataques en Gaza y otras partes de Palestina, son el aliciente para la esperanza, para no perder el ánimo ante el terrorífico avance del neofascismo, cuya esencia se mira en las posturas políticas que mantienen los partidos y grupos de derecha, pues las expresiones de odio, de inhumanidad, de beligerancia, de colonialismo descarado, no son casuales referencias a un pasado ya conocido por la humanidad, sino que son el resurgimiento y empoderamiento de expresiones políticas sumamente peligrosas y que deben ser combatidas sin temor, pues el paso del tiempo únicamente alimenta la complicidad y la rearticulación de movimientos antihumanos.
El apoyo a Palestina está generando un despertar de miles de personas ante sus gobiernos que callan por temor, complicidad y/o conveniencia. En el caso de los Estados Unidos e Israel, amplios sectores de la población se han manifestado desde el 7 de octubre de 2023, cuando el genocidio se recrudeció, contra la invasión y el exterminio, las juventudes estadounidenses han organizado movilizaciones y protestas en universidades y parques centrales de ciudades importantes, y sectores populares y de trabajadores israelíes, judíos o no, han reforzado su rechazo al gobierno de Benjamín Netanyahu, contra quien ya protestaban desde antes. Pero en ambas naciones, la represión, la persecución y criminalización de los participantes se ha incrementado, al grado en que hoy Donald Trump arresta y amenaza a quienes se expresen a favor de la causa palestina, y ni que decir de Netayanhu, quien intenta mantenerse en el poder en Israel, a través de la fuerza y brutalidad ya demostrada. Y esas son dos de las naciones que hoy guían y representan a Occidente, mientras que los gobiernos de la Unión Europea siguen atados de manos por las amenazas económicas y militares del imperialismo y por la infiltración en sus administraciones de políticos sionistas descarados que, apoyados por los grupos ultraconservadores y neofascistas locales, no permiten un cambio de postura ante el genocidio. Aunque, como ya se dijo, la conciencia de los pueblos se manifiesta, pues en países como España, Italia, Francia, Holanda y otros más, importantes sectores de la población salen a las calles a gritar a favor de Palestina.
Entre tanto, y como parte su guerra de exterminio, el genocida gobierno sionista de Israel impide la llegada constante de ayuda humanitaria a las zonas de Palestina con mayor concentración de población, donde escasean alimentos, medicinas y agua. Los hospitales y clínicas de salud están casi por completo fuera de servicio por los bombardeos dirigidos expresamente a negar el derecho a la salud y el derecho a la atención médica en condiciones de guerra, lo cual está estipulado en los tratados internacionales, y su negación por parte del sionismo es sólo una prueba más de que no estamos ante una guerra convencional, sino ante un genocidio de muchas décadas y completamente planificado.
Las organizaciones internacionales que deben velar por el bien de la humanidad, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tienen suficientes pruebas del genocidio y de los crímenes de lesa humanidad que hoy se cometen, y entonces, ¿por qué el genocidio sigue su curso y no son detenidos Israel y los Estados Unidos? Muchas evidencias existen, como, por ejemplo, el reconocimiento cínico del gobierno de Netayanhu de sus planes de colonización de los territorios de Palestina y el descaro de Trump apoyando este proyecto de muerte, ya no sólo con armas y subvención económica, sino también a través de las redes sociales donde difunde videos de burla en los que hace creer -sólo a los ingenuos o cínicos- que la destrucción de Palestina es por la “modernización y el desarrollo”, aunque esas acciones no están planeadas para el bien de los palestinos, pues ha Palestina le tienen destinado el exterminio.
El genocidio avanza, se recrudece, la muerte de infantes, de mujeres, ancianos y de hombres en resistencia se incrementa. Las tropas sionistas de ocupación avanzan, se posicionan a través del despojo de territorios, mientras el imperialismo se ríe y continúa alimentando el dolor humano con más millones de dólares y armas. Y ante toda esta barbarie, como desde el primer día, los pueblos del mundo no podemos callar, no podemos silenciar la verdad, no podemos quedarnos quietos; la voz de la humanidad debe escucharse contra el genocidio y por un alto inmediato. La causa palestina hoy es, y siempre será, la causa de la humanidad.
¡PALESTINA SERÁ LIBRE!