Redacción •  Actualidad •  29/11/2017

Equo pregunta al Gobierno por los datos sobre contaminación por glisofato y por qué votó a favor de la prórroga de 5 años en la UE

Pregunta parlamentaria presentada por el portavoz adjunto de la comisión de Medioambiente y coportavoz de EQUO, Juantxo López de Uralde, sobre el glifosato.

Equo pregunta al Gobierno por los datos sobre contaminación por glisofato y por qué votó a favor de la prórroga de 5 años en la UE

En ella se pregunta por los altos niveles de glifosato presentes en ríos según las conclusiones de Ecologistas en Acción, en una recogida de muestras, y la persistencia del glifosato y su metabolito AMPA en el suelos, tal como recoge un estudio europeo (Persistence of glyphosate and aminomethylphosphonic acid in loess soil under different combinations of temperature, soil moisture and light/darkness) publicado en Science of the Total Environment.

EQUO defiende la prohibición del glisofato en base a siete motivos fundamentales;

1ª RAZÓN: El Glifosato podría estar perjudicando seriamente tu salud

Existe un feroz debate científico con respecto a si el glifosato es o no cancerígeno. Mientras la renovada Agencia de investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud ha concluido que el glifosato es «probablemente cancerígeno en humanos«, EFSA dice lo contrario. La clasificación del glifosato como un probable cancerígeno significaría en principio la descalificación del glifosato para su aprobación (con la posibilidad de dos pequeñas excepciones).

Las formulas basadas en el glifosato no son sólo usadas en la agricultura, sino también en jardines públicos y privados, potencialmente poniendo en riesgo tanto a grajeros como a consumidores. De acuerdo a la legislación química de la UE, los productos cancerígenos no deben ser vendidos al público general.

La última decisión respecto a la correcta clasificación del glifosato recae en La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas. Sin embargo, este proceso sólo acaba de empezar; y probablemente tardará al menos 18 meses. Renovar la licencia para el uso del glifosato antes de una resolución final constituiría asumir un importante riesgo para la salud humana.

Además, hay estudios que muestran que los herbicidas que contienen este químico actúan como sustancias que interfieren con el sistema endocrino creando el caos con nuestras hormonas, y que pueden afectar entre otros a la fertilidad. Como la sustancia no ha sido apropiadamente testada para esos efectos, la EFSA no puede descartar que pueda actuar como un disruptor del sistema endocrino. Este hecho es importante ya que las sustancias que interfieren con el sistema endocrino están descalificadas para su aprobación (con la posibilidad de dos pequeñas excepciones).

A pesar de los peligros potenciales, continuamos expuestos a este peligro químico en nuestro día a día. Los residuos se encuentran en la comida y sus niveles aumentan en nuestros cuerpos.

2ª RAZÓN: El glifosato también es una amenaza para animales y plantas

No es sólo la salud humana la que puede sufrir como resultado del uso del glifosato. De acuerdo a la regulación de los pesticidas, estos no deben tener efectos adversos en el medio ambiente (plantas y animales que no constituyan una plaga), tampoco pueden afectar a la biodiversidad. Sin embargo, como «herbicida total» el glifosato afecta a especies no solo a plantas con efectos beneficiosos sino también animales.

EFSA encontró un alto riesgo a largo plazo para los mamíferos, en especial para los mamíferos herbívoros (animales de granja tales como ovejas y vacas), así como para especies salvajes (pájaros y el topo común). Para los mamíferos los riesgos se encuentran relacionados con el uso del glifosato durante la preparación de la tierra para su cultivo y también durante las operaciones realizadas tras la siembra. Para los pequeños herbívoros los riesgos son debidos a su uso en árboles frutales. Para los pájaros estos riesgos son asociados al uso del herbicida durante los procesos previos a la cosecha tales como son la maduración y el secado de los cereales.

A pesar de esto, en lugar de restringir su aprobación como corresponde, la Comisión considera estos grandes riesgos aceptables, y deja en manos de los Estados Miembros el establecer medidas para mitigarlos. Las condiciones de uso indicadas por la Comisión en el anteproyecto de ley son vagas y no vinculantes.

Es importante el hecho de que la Comisión no respeta la decisión tomada el 18 de Febrero de 2016 por el Defensor del Pueblo que establece que » La Comisión no puede ignorar su responsabilidad para asegurar la efectiva protección para la salud humana, animal, así como la protección del medio ambiente, al aprobar una sustancia activa, cuando esto conlleve que los Estados Miembros tendrán absoluto control a la hora de plantear las medidas de seguridad para el uso de sustancias potencialmente inseguras». El defensor del Pueblo continua estableciendo que «esta situación es mucho más problemática, cuando la Comisión no verifica que se cumplan las precauciones necesarias así como las instrucciones y restricciones previstas por la Comisión en la aprobación de sustancias activas». De hecho la Comisión no tiene poder para comprobar el cumplimiento de ninguna condición establecida. En otras palabras, la Comisión no solo se desentiende con respecto a la forma de afrontar riesgos graves, si no que también renuncia a la responsabilidad de comprobar el cumplimiento de cualquier condición que ella misma haya establecido.

Además, la Agencia alemana para el Medio Ambiente ha encontrado significativos efectos adversos para la biodiversidad debidos a uso de pesticidas en general y del glifosato en particular. El glifosato no solo mata las malas hierbas, sino que también la vegetación dentro y alrededor de los campos tratados con glifosato, Estas planas son un importante recurso, pues representan comida para insectos y otros animales salvajes. La Agencia alemana para el Medio Ambiente establece que el extenso uso de «herbicidas totales» tales como el glifosato en la agricultura intensiva, representa un

peligro importante para ciertas aves, siendo su uso co-responsable en la continua disminución de su población. Mientras clarifica que el glifosato no es el único responsable, si establece que es el principal responsable, ya que es el herbicida más usado en agricultura (un tercio del total). La Agencia alemana para el Medio Ambiente demanda que el establecimiento de medidas ecológicas compensatorias (tierras en barbecho, espacios en los que se respete la biodiversidad) se convierta en una condición necesaria para la aprobación del uso de pesticidas, y que la proporción de agricultura orgánica (sin uso de pesticidas) sea significativamente aumentada.

3ª RAZÓN: Transgénicos y glifosato, dos caras de la misma moneda

De los 61 transgénicos autorizados por la UE, más de la mitad son plantas que toleran el glifosato, diseñadas para ser usadas con ese específico herbicida. Ambos son herramientas del mismo tipo de agricultura, una que es intensiva, dañina para la salud y el medio ambiente, y mala para la economía rural. Muchos casos de cáncer y deformidades físicas han sido descubiertos en personas y animales de Sudamérica, en donde grandes áreas de terreno han sido cultivadas con soja transgénica tolerante al glifosato con el fin de exportar comida para animales a Europa.

Cuando el Parlamento Europeo presento objeciones a las cuatro últimas autorizaciones para la importación de plantas transgénicas (maíz y soja), una de las razones fue su tolerancia al glifosato. Muchos Estados Miembros están en contra de la autorizaciónde los transgénicos. Dada la conexión directa entre el glifosato y los transgénicos esos Países Miembros deberían estar recelosos acerca de la aprobación del glifosato.

4ª RAZÓN: La expansión del daño

El glifosato es dañino por si solo, pero los herbicidas tales como Roundup contienen un cocktail de químicos que pueden ser más tóxicos que el propio glifosato, siendo incluso más peligrosos para agricultores y el público general. Mientras la Regulación de Pesticidas de 2009 otorga a la Comisión el poder para elaborar una lista de adyuvantes no permitidos, esta se encuentra vacía. Tras décadas de uso de Roundup y productos similares, algunos Estados Miembros se han percatado del problema y han comenzado una investigación sobre los adyuvantes usados en pesticidas, poniendo especial atención en aquellos basados en el glifosato. En base a esta controversia alrededor del glifosato la Comisión quiere ahora eliminar el uso de uno de estos adyuvantes (POE-15 amina de sebo polietoxilado) poniéndolo en la lista de adyuvantes no permitidos. Esta acción es bienvenida, pero dista mucho de ser suficiente, pareciendo más una medida destinada a desviar la atención del glifosato.

A ello se suma la propagación por EEUU y Canadá de una «súper mala hierba» resistente al glifosato, como consecuencia del uso indiscriminado de Roundup en cultivos transgénicos resistentes. Para detener la proliferación de esta «súper mala hierba», han sido autorizadas para su comercialización una variedad de plantas genéticamente alteradas para ser incluso más resistentes a los herbicidas; incluyendo algunos más tóxicos y dañinos para el medio ambiente que el glifosato. Este modelo agrario basado en el uso exagerado de herbicidas y en la creación de plantas resistentes a ellos ya no es efectivo. Tiene un impacto demasiado grande en el medio ambiente y en los agricultores que dependen de estos productos para trabajar.

El glifosato no solo se utiliza para matar malas hierbas, sino que también es usado para la desecación previa a la cosecha, para así acelerar su maduración. En otras palabras esta sustancia con conocidos y probables riesgos para la salud y el medio ambiente se utiliza antes de la cosecha para ganar tiempo. Este hecho ha sido criticado por la Agencia alemana para el Medio Ambiente, que establece que el consumo de glifosato se reduciría un 15% si se dejara de usar en la desecación. Pero en vez de prohibir esta práctica la Comisión quiere hacer exactamente lo contrario, aprobando cualquier uso del glifosato, eliminando las limitaciones que tiene como herbicida.

5º RAZÓN Falta crítica de datos

EFSA ha expresado su preocupación acerca del hecho de que 8 de los 24 solicitantes, incluyendo Monsanto, han presentado especificaciones para el glifosato que no se corresponde con la evaluación toxicológica. En otras palabras, los datos aportados por los solicitantes son de sustancias diferentes a las que quieren vender. Es seriamente preocupante que un tercio de los solicitantes hayan entregado datos irrelevantes desde el punto de vista toxicológico para defender sus solicitudes. La Comisión tratar de lidiar con este problema obligando a los Estados Miembros a garantizar la equivalencia entre la sustancia que va a ser comercializada y las muestras utilizadas en los estudios toxicológicos realizados para su aprobación. Lo cual no inspira confianza.

EFSA establece su preocupación en el hecho de que no puede descartar que el glifosato interfiera con el sistema endocrino, debido a que las evaluaciones de las propiedades para interferir el sistema endocrino no pueden finalizarse por la falta de datos.

La Comisión pretenden obligar a los solicitantes a entregar a partir del 1 de Agosto de 2016, información que corrobore la ausencia de propiedades que interfieran con el sistema endocrino que puedan causar efectos adversos en humanos. En otras palabras, a pesar de la preocupación por los estudios incompletos, la Comisión quiere garantizar la aprobación, a pesar de la falta de datos, datos que conciernen a un criterio de aprobación, pueden ser entregados después. Esto choca con la decisión del Defensor del Pueblo del 18 Febrero de 2016 que establece que la aprobación de la Comisión debe estar sujeta a datos confirmados de manera restrictiva y con particular precaución.

Juntándolo todo la EFSA tiene una lista de 22 huecos por cubrir (una lista de estudios no concluidos o terminados pero por revisar). Sin embargo la Comisión no indica seguimiento alguno en ninguno de ellos, dejando fuera asuntos clave como los métodos para la detección del glifosato en ciertas plantas, en la grasa animal y el suelo. La EFSA desconoce la fecha de entrega propuesta por los solicitantes.

6ª RAZÓN: Falta de transparencia

Existen multitud de estudios clave que están siendo ocultados a la opinión pública. De hecho algunas de las conclusiones más importantes del informe de la EFSA en relación a las propiedades cancerígenas del glifosato están basadas en esos estudios no publicados, todos los cuales fueron financiados por la propia industria. Es inaceptable que estudios sin publicar sean capaces de sobrepasar aquellos que han sido publicados. Esto desnivela las reglas del juego impidiendo el escrutinio imparcial y poniendo en cuestión la credibilidad de la evaluación de la EFSA.

Más del 80% de los expertos involucrados de la UE en la evaluación del glifosato se niegan a que sus nombres se hagan públicos, impidiendo así investigar cualquier posible conflicto de intereses.

Al mismo tiempo la industria y los científicos financiados por ella tienen acceso a los borradores de las investigaciones, mientras la EFSA así como el Estado Miembro ponente niegan el acceso a esos informes a ONG y otros interesados. El sistema sufre un serio desequilibrio en favor de las compañías de pesticidas.

Líderes científicos publicaron el 17 de Febrero de 2016 una declaración expresando su preocupación acercar de los herbicidas basados en el glifosato y el riesgo asociado a la exposición a ellos, haciendo un llamamiento a la reexaminación independiente de la toxicidad de los herbicidas basados en el glifosato.

7ª RAZÓN: ¡HAY ALTERNATIVAS!

Los agricultores orgánicos han demostrado lo mismo una y otra vez, el glifosato no es necesario para una agricultura productiva. La agricultura del futuro debe basarse en la alta biodiversidad y una gran variedad de cultivos, evitando los grandes monocultivos o el cultivo continuo en campos que permitan a las plagas crecer en el suelo y la vegetación.

El uso del glifosato está directamente relacionado con la agricultura altamente intensiva, la cual es simplemente insostenible. Existen alternativas no químicas más seguras que el glifosato, empezando por la rotación de cultivos, el arado profundo y el abono. Todos ellos maneras igual de efectivas dehacerse cargo de las malas hierbas. Por esta razón y por todas las otras explicadas más arriba la licencia para el uso del glifosato debe ser rechazada.


EQUO /  glisofato /