Redacción •  Actualidad •  14/01/2024

Cerca de 180 localidades del Mediterráneo encendieron torres para sensibilizar sobre la situación de las personas migrantes

  • Se trataba de la octava edición de esta iniciativa que busca sensibilizar a la población sobre la dramática situación de las personas migrantes que cruzan el Mediterráneo en busca de un futuro mejor.
  • También tiene como objetivo reivindicar y poner en valor las torres, atalayas, talaiots y fortificaciones como patrimonio histórico y cultural.
Cerca de 180 localidades del Mediterráneo encendieron torres para sensibilizar sobre la situación de las personas migrantes

Ayer sábado 13 de enero de 2024. a las 13 horas y a las 18:30 horas en la Torre Santa Elena de la Azohía en Cartagena- Amnistía Internacional Murcia y Cartagena participó un año más en el encendido de torres, atalayas y talaiots del Mediterráneo, un espectáculo de fuego y humo que ha recorrido nuestras costas en defensa de los derechos humanos. Durante la acción, que este año celebra la octava edición, se han encendido cerca de 180 torres en el conjunto del Mediterráneo. Esta iniciativa, organizada por el Consejo de Mallorca, pretende sensibilizar a la población sobre la situación de las personas migrantes en el mar Mediterráneo y reivindicar el patrimonio histórico y cultural de las islas.

El mar Mediterráneo es uno de los mares a los que se lanzan, en ocasiones jugándose la vida, miles de personas en busca de un futuro mejor. Por eso, una cien localidades cercanas a la costa situadas en Baleares, así como 50 en otras comunidades de Cataluña, Aragón, País Valenciano, Andalucía, la Región de Murcia y el municipio francés de Prats de Molló, han llevado a cabo este acto de forma simultánea, para recrear la comunicación visual que tenía lugar entre torres de vigía, las cuales eran, esencialmente, un recurso de autodefensa y que ahora con esta acción se convierten en puntos de luz, en faros de acogida que muestran el camino.

La iniciativa nace en 2016 desde un grupo de profesoras y profesores del Instituto de Educación Secundaria Marratxí y la Sociedad Balear de Matemáticas SBM-EQUIS que realizaron una acción para volver a hacer posible la conexión visual entre las torres con motivo de la conmemoración del IV centenario de la muerte de Joan Baptista Binimelis.

Las peticiones de Amnistía Internacional sobre migración

En su lucha por la defensa de los derechos humanos, Amnistía Internacional recuerda que es necesario:

Adoptar y abogar en los foros multilaterales y dentro de la Unión Europea por la adopción de medidas que faciliten vías legales y seguras de acceso a España, Europa y otros destinos seguros de personas solicitantes de asilo y de protección internacional. Dichas medidas pueden incluir, entre otras, programas de reasentamiento y el patrocinio comunitario de personas refugiadas y solicitantes de asilo. Y deben prestar especial atención a las necesidades de los colectivos más vulnerables como menores, mujeres víctimas de violencia de género, víctimas de trata y personas enfermas.

A pesar del acuerdo del Pacto Europeo sobre Migración y Asilo, España tiene la obligación de cumplir con los estándares internacionales de derechos humanos y promover una acogida digna de personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas.

Las autoridades españolas deben combatir todo intento de criminalización de activistas y organizaciones de salvamento y rescate, así como cumplir con su obligación de búsqueda y salvamento de personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas en el mar para llevarles a un puerto seguro, permitiendo y facilitando que puedan solicitar protección internacional.

España debe apostar por un mecanismo de solidaridad basado en la reubicación obligatoria y por fortalecer el reasentamiento, evitando la llamada ‘solidaridad a la carta’ que sustituye la acogida por pagos a los países receptores. Es urgente promover un enfoque de la gestión de la migración que respete los derechos humanos y en el que ocupe un lugar central la protección de las vidas de las personas migrantes y refugiadas; garantizar que las políticas y las prácticas protegen, respetan y hacen efectivo el derecho a la vida de las personas refugiadas y migrantes; y rechazar públicamente los acuerdos de cooperación, las políticas y las prácticas que tengan como resultado o toleren la privación arbitraria de vidas de personas refugiadas y migrantes.


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