Rafael A.Luna Murillo •  Opinión •  10/09/2018

La verdad sobre el toro de cuerda de Carcabuey

Ya llegaron las fiestas al pueblo de la Subética cordobesa;  el 25 de agosto en honor a la Virgen de la Aurora y el 9 de septiembre en honor a la Virgen del Castillo, patrona de la localidad, son anunciados los 8 “individuos bovinos”, pues les han puesto nombre para el espectáculo, que serán entregados a la atracción turística llamada Toro de Cuerda. Sus nombres: Realero, Boceadora, Durazno, Gallarda el Sábado; y Doblador, Callejera, Linares y Hojalatera el domingo. Ni así son capaces de provocar ni la más mínima compasión entre los asistentes.

La asociación toro de cuerda de Carcabuey, creada en 2005 con representantes de ambas hermandades,  en su página web dice que hay testimonios de correr toros en la comarca desde el s.XVI pero ellos mismos aseguran que no hay prueba documental alguna. También en dicha página comunican al pueblo la celebración del XIV Congreso Nacional del Toro de Cuerda celebrado en septiembre de 2017 y en un programa de micro donaciones y socios alientan al mismo a dar dinero para ello cuando la Diputación de Córdoba les otorgó dinero público para el espectáculo en cantidad suficiente.

En este espectáculo, que algunos psicólogos deberían estudiar, existen 3 tipos de actuantes: Primero está el pueblo que defiende su tradición a capa y espada pero ayudado por la excepción que el Reglamento de Espectáculos taurinos populares de la Junta de Andalucía que en su art.5.3 c) prohíbe taxativamente ” Festejos que consistan en atar o limitar el movimiento de las reses mediante la utilización de maromas, sogas o de cualquier otro elemento similar, salvo cuando ello sea necesario para llevar a cabo la recogida de aquellas a fin de dar por concluido el festejo.”Nada que temer de la Iglesia por ofrecer un espectáculo de maltrato animal a una virgen aunque las bulas papales que excomulgaban ya son tomadas por el pito un sereno por los fervientes.

Segundo, los que realmente defienden el espectáculo porque forman parte de él;  son los llamados recortadores venidos también de todos los rincones de la España taurina. Se podría decir que los hay profesionales que vienen con su camiseta con publicidad pagada que hacen fácil al resto la acción ante el morlaco y que viéndolos se atrevan a realizar el acto de idiotez de ponerse delante del que puede acabar con su vida o dejarte tetrapléjico.

Tercero, y a estos me dirijo especialmente, los visitantes que de forma circunstancial o porque les han dicho que eso hay que verlo solo acceden al espectáculo protegidos tras la barrera de seguridad, la que el Ayuntamiento ha tenido que invertir mucho más dinero para garantizar su seguridad recortándolo de otros menesteres más importantes para sus habitantes. Estos no participan como el resto, solo están de fiesta y algunos reconocen la barbaridad que se aprecia en algunos de los videos grabados sonde se advierte el cansancio del animal sometido al estrés que ha causado en ocasiones el desplome y la muerte del mismo. Estos son la causa económica por lo que se mantiene y por la que se justifica, aunque si fuera así los organizadores no necesitarían pedir dinero ni público ni privado.

Por último el Consejo de Asuntos Taurinos de Andalucía en su resumen de 2015 dice que en  Córdoba se dieron 35 festejos populares. El Reglamento solo le reconoce dos; este y la suelta de vaquillas de El Viso. Ese mismo resumen dice que el número estimado de espectadores en los festejos populares en la provincia de Córdoba en total ha sido de 15.554.

Rafael A.Luna Murillo.  Veterinario, máster en etología y simpatizante de EQUO


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