Canal Red •  Vídeos •  31/01/2024

De niña adoptada en Siberia a restaurar fotos de víctimas del fascismo: Luda Merino | Caféinna

El valor de una fotografía es algo que comprenden muy bien aquellas personas que han perdido un ser querido, sobre todo cuando es el único recuerdo que les queda. En esta edición de Caféinna, Inna Afinogenova entrevista a Luda Merino, la persona que está detrás del proyecto Restaurando la Dignidad. De forma completamente altruista, Luda restaura retratos de víctimas del nazismo y el franquismo para reconfortar a sus familias y acercar sus historias a los más jóvenes. También habla sobre su propia experiencia como niña adoptada, ya que vivió tres años en un orfanato de Rusia. La disociación del dolor o el sentimiento de abandono son algunos de los traumas con los que ha aprendido a vivir.

00:00 ¿De qué va el video? 01:11 Los orígenes del proyecto Restaurando la Dignidad. 03:52 ¿Por qué es importante el color en una fotografía? ¿Qué consigue transmitir? 06:44 Sonderkommando, la historia de los presos que trabajaban en las cámaras de gas. 07:13 La restauración de imágenes de las víctimas de los campos nazis. 08:01 Las dificultades del trabajo de Luda: ¿qué color aplicar? 11:24 La fotografía de la única boda que se celebró en Auschwitz. 11:54 La historia de José Epita Mbomo: del exilio en Francia al campo de concentración de Neuengamme. 12:32 La tragedia del Cap Arcona. 14:18 ¿Por qué esta labor de restauración es importante para las familias? 17:24 La experiencia de Luda como niña adoptada en Rusia. 18:45 “Si un bebé recién nacido llora y no lo atiendes, y eso es continuado en el tiempo, deja de llorar porque siente que no sirve para nada. Y eso es lo que pasó a mí”. 20:56 La búsqueda de sus orígenes en Rusia. 26:15 “Cuando sales del orfanato no te dejan quedarte con nada, ni un pequeño juguetito que sea especial. Te separas de los cuidadores, del sitio en el que has vivido y te vas con unos extraños que son tus padres legalmente pero todavía no son para ti”. 27:40 Lo que Luda le diría a un niño adoptado: “No hay nada que haga que la gente no te quiera”.