Laura V. Mor / Resumen Latinoamericano. Corresponsalía Cuba •  Internacional •  14/08/2018

La reforma constitucional en Cuba: un proceso popular diferente

Este próximo lunes, coincidiendo con un nuevo aniversario del natalicio de Fidel, comienza la fase decisiva del proceso de reforma constitucional: la consulta popular del Proyecto de Constitución en la comunidad y en los centros de trabajo, el cual se extenderá hasta el 15 de noviembre.

La reforma constitucional en Cuba: un proceso popular diferente
 

Por estos meses los ojos del mundo se vuelven a posar sobre Cuba. La Constitución de la República, que cumple la función de ser el instrumento regulador de los mecanismos de ejercicio de poder político, expresando jurídicamente los intereses y la voluntad política del pueblo, sujeto colectivo depositario de la soberanía en Cuba, es sometida a una reforma total, mediante un proceso prolongado y bastante diferente al del resto de los países.

La reforma a la Constitución vigente –aprobada en referéndum por un 97,7 % de los votos válidos el 24 de febrero de 1976 y reformada en 1978, 1992 y 2002– actualizará las relaciones que se materializan entre la base económica y la superestructura social del país (como por ejemplo las formas de propiedad), dándoles legitimidad social a las transformaciones políticas, sociales y económicas que han tenido lugar en Cuba en los últimos diez años y que fueron contempladas en los ya debatidos popularmente Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. También buscará darle rango constitucional a los tratados internacionales suscriptos por el país en materia de igualdad y derechos.

Este próximo lunes, coincidiendo con un nuevo aniversario del natalicio de Fidel, comienza la fase decisiva del proceso de reforma constitucional: la consulta popular del Proyecto de Constitución en la comunidad y en los centros de trabajo, el cual se extenderá hasta el 15 de noviembre.

En esas reuniones -en más de 135 mil a lo largo del país- se debatirá en profundidad el proyecto emanado de la Asamblea Nacional del Poder Popular desde la propia perspectiva de los vecinos y se recogerán todas las opiniones de los ciudadanos presentes; aunque también las de aquellos cubanos que si bien residen en el exterior continúan manteniendo su residencia, quienes lo harán vía web.

El objetivo: que en este ejercicio democrático participe la mayoría de la ciudadanía y que se construya legítima y colectivamente el texto constitucional que trazará las líneas legislativas para el resto de las normas que involucran a todos los sectores de la sociedad cubana. Para ello fueron puestos a disposición ejemplares impresos en cada puesto de venta de periódicos, como también un formato digital que puede descargarse de forma gratuita desde el portal de usuario Nauta, por medio del cual los cubanos se conectan a internet en cualquier zona wi-fi de las existentes en el país.

Pero el proceso de reforma constitucional es mucho más largo…

Comienza con la creación de Comisión de diputados que representen los diferentes sectores de la sociedad para elaborar un anteproyecto que se eleva al Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y al Consejo de Estado, para luego ser presentado para su debate a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), órgano del cual emana este proyecto que será sometido a debate en las bases a partir del 13 de agosto.

En otros países para reformar la Carta Magna es necesario convocar a una Asamblea Constituyente que represente la voluntad del pueblo. En Cuba no necesariamente, pues la actual Constitución no prevé ese mecanismo y da poder constituyente (en su art. 70) a la Asamblea Nacional; por tanto es el único órgano facultado para modificar la Carta Magna; aunque se hace necesaria la ratificación del voto favorable de la mayoría de los ciudadanos con derecho electoral si las reformas se refieren a la integración y facultades de la Asamblea o del Consejo de Estado, o a derechos y deberes consagrados en la Constitución (art. 137 CN). Tal es el caso actual, donde la reforma no es parcial como en otras ocasiones sino total; puesto que modifica casi la totalidad de los artículos que la conforman.

Pero antes de ese referéndum, el pueblo debe tener derecho al ejercicio democrático de deliberar, debatir, expresar sus opiniones sobre los cambios propuestos y realizar modificaciones que crea pertinentes a un texto que no es la versión final del documento, sino precisamente un Proyecto analizado y aprobado por la Asamblea Nacional, que deberá ser revisado y avalado por los planteamientos de cada uno de los ciudadanos.

Con esas propuestas de modificaciones al proyecto recabadas en actas, será la Comisión Nacional la encargada de redactar como resultado un nuevo proyecto de Constitución, actualizado de acuerdo a las opiniones recogidas en la consulta popular.

Este nuevo proyecto modificado volverá a la Asamblea Nacional para ser discutido, y luego -a convocatoria de la Asamblea- será sometido a ratificación en un referendo popular; donde el voto –como en otras instancias electorales del país- será libre, secreto, directo y no obligatorio. Cada ciudadano habilitado para ejercer su derecho electoral, entonces, votará la aprobación de la nueva Constitución de la República votando por sí o no la totalidad del proyecto previamente discutido, tanto en la asamblea representativa como en la comunidad misma.

Una vez aprobada la nueva Carta Magna comenzará un nuevo proceso de actualización de todas las leyes del país que se verán afectadas por las modificaciones a la Constitución vigente, ya que ésta es la ley madre de la cual emanan las demás regulaciones del país.

La reforma constitucional en un sistema socialista es entonces, un proceso ampliamente diferente a lo que conocemos habitualmente; en el cual los propios conciudadanos, teniendo el derecho de opinar sobre su nueva constitución con sus criterios, ideas e inconformidades, por medio de una suma de voluntades se transforman en constituyentes, que eligen su propia Constitución Nacional.

 


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