Redacción •  Rubén Ojeda / Wikimedia •  Actualidad •  22/12/2018

Ecologistas en Acción denuncia que el Plan de Actuación sobre Humedales de la Comunidad de Madrid es insuficiente y llega con dos décadas de retraso

La Consejería de Medio Ambiente ha sometido a información pública el Plan de Actuación sobre Humedales Catalogados. Este documento pretende establecer objetivos y medidas de conservación para los 23 humedales incluidos en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad de Madrid. A juicio de los colectivos ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo supone una oportunidad perdida, ya que podría haber servido para establecer medidas para el resto de humedales. Por otro lado, la regulación de usos es insuficiente para garantizar la conservación de los mismos. Para la mayor parte de humedales, este plan debería haberse elaborado en 1991.

Ecologistas en Acción denuncia que el Plan de Actuación sobre Humedales de la Comunidad de Madrid es insuficiente y llega con dos décadas de retraso

El Plan de Actuación sobre Humedales Catalogados resulta una oportunidad perdida. Para los colectivos ecologistas madrileños, limitar el plan de actuaciones a los 23 humedales catalogados es un planteamiento que no atiende a las necesidades de conservación de estos ecosistemas.

El actual catálogo fue elaborado en 1991 y se amplió en 2004. Se trata pues de un listado completamente desfasado y que no incluye numerosos humedales con valores suficientes para estar catalogados y, por tanto, gozar de las garantías de protección y de las actuaciones preferentes de este plan. En este sentido, es urgente que se cataloguen humedales como la Laguna de Meco o las lagunas del Porcal (Rivas-Vaciamadrid) con unos valores ornitológicos excepcionales a nivel regional.

Igualmente, otros muchos humedales no catalogados de la región presentan episodios de degradación y amenazas que harían necesario su inclusión en el listado regional. En este sentido, se deberían incluir el conjunto de humedales en el entorno de la Esperilla, en Arganda del Rey. Otros humedales, ligados a medios de turberas, de gran fragilidad, deberían aumentar su representación en el Catálogo regional.

Por otro lado, hay que destacar que varios de los humedales catalogados presentan episodios de degradación que han hecho que pierdan los valores ambientales por los cuales, en su día, fueron catalogados. El Plan de Actuaciones llega, pues, tarde. De haberse elaborado cuando correspondía legalmente se hubieran podido preservar en mejores condiciones muchos de ellos. Por ejemplo, las lagunas de Las Madres (Arganda), la laguna del Campillo (Rivas) o las lagunas del Picón de los Conejos y El Soto (Velilla de San Antonio) han sufrido un importante retroceso en cuanto a las poblaciones de aves que tenían hace unas décadas. El uso público incontrolado ha propiciado esta situación.

Tan solo 7 de los humedales catalogados cuentan con Plan de Actuación (Carrizal de Villamejor, Soto del Lugar, Laguna de Casasola, Laguna de San Galindo, Lagunas de las Esteras, Lagunas de Belvis, Lagunas de Castrejón). Estos planes fueron elaborados en 2004. Si atendemos a los plazos establecidos en la Ley de Protección de Humedales (Ley 7/1990), cada 4 años deberían revisarse estos planes. Pero el resto de los humedales no han contado nunca con plan de actuación. Es decir, la mayor parte de los humedales deberían haber contado con su Plan desde 1991 y para los 7 con plan aprobado, este deberían haberse revisado en 2008.

Regulación de usos insuficiente

Los humedales catalogados gozan de una franja de protección de 50 metros en las que el suelo está clasificado como no urbanizable. Además no puede realizarse ninguna actividad que pueda afectar a su estado natural, ecológico o paisajístico si no cuentan con autorización de la Consejería de Medio Ambiente. Esta salvedad es utilizada en la Plan de Actuación para permitir muchas de las actividades que están suponiendo una amenaza a buena parte de los humedales catalogados.

Es decir, actividades como el uso público masivo, la actividad agrícola y ganadera, el uso de fitosanitarios, la eliminación y quema de vegetación o la caza van a poder seguir siendo posibles en las riberas de los humedales siempre que la Consejería de Medio Ambiente lo considere apropiado. Por desgracia, en los últimos años se ha podido comprobar como muchas de estas actividades han degradado la riqueza natural y el estado de varios de los humedales.

En definitiva, para los colectivos ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo, el texto presentado no supone ninguna garantía para la conservación de los humedales catalogados, llega tarde y frena la inclusión de humedales degradados o amenazados. Estos colectivos han presentado alegaciones al Plan de Actuación en la que solicita la inclusión y protección preventiva de los humedales de Meco, El Porcal y la Esperilla, entre otros.


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