Simón Antonio de Contreras y Villalba •  Opinión •  17/09/2023

Allende, Fidel, el Che: antesalas del nacionalismo del siglo XXI

…y aupar hablas minoritarias a falta de indigenismo nos prepara para una pretendida división

La revolución cubana, cuando los barbudos de la Sierra Maestra tomaron la Habana, tumbó al dictador Fulgencio Batista. Este previamente había dado un golpe de estado militar “con los sargentos” en 1933. 

Batista presidió Cuba de 1940 a 1944. En 1952 destituyó al presidente Carlos Prío Socorras y se erigió en dictador hasta la llegada de los revolucionarios en enero de 1959.

Carlos Prío en su exilio colaboró con Fidel y sus guerrilleros para deponer la dictadura de Batista. 

Aquellos barbudos “de la Sierra” tomaban la Habana el 1 de enero de 1959, para derrocar «la sanguinaria y vende/patrias tiranía de Batista», no fue hasta el día 8 cuando entra Fidel, a la Habana acompañado de Camilo Cienfuegos, el Ché y otros líderes. 

Gritaban los medios internacionales; retransmitían la causa a la democracia y la libertad de los mercados, pues los amigos del comercio encontraban francas barreras, ante los casinos y otras modas mafiosas que habían poblado Cuba y en concreto la Habana, como gran prostíbulo junto a otros “crímenes organizados” como el del alcohol, armas y los clanes con sus zonas – que de aquellas tormentas surgieron los humillados y que no cuenten cuentos de “historias oscuras”. Ello despertó en el mundo, pero fundamentalmente en las américas, un hilo de “perspectiva” de que las cosas se podían cambiar. Hasta el punto de que social/demócratas a lo Allende trataron de gobernar por la vía electoral, tratando de hacernos creer que vivimos en “un mundo feliz”. 

.  Fue una ventana a la realidad para los pueblos Hispano/americanos, sometidos desde las llamadas independencias en característicos señoríos (de los criollos) cuasi feudales en su mayoría y otros en “caras bonitas” para el mundo (Chile, Panamá, Costa Rica, Puerto Rico…”si se fijan los tildan de ricos”) que, sin necesidad de la fuerza, servían para lavar apariencias a las fechorías de la depredación del «amo del norte / EEUU» sobre el resto de las américas. Eran los del norte, los gobernantes y sus alianzas, los que emprendían los dictados de la trama del imperialismo Anglo/sajón y su doctrina extensiva del protestantismo, quienes jugaron el decisivo papel al medio y largo plazo. 

Cuba alzó ese grito; si bien es cierto que nunca dejaron de existir procesos menos y más exitosos, pero no con “pompa” de socialismo, como el caso de Guatemala. A destacar México, mundialmente más que conocido, aunque nada analizado en su justa valía (la leyenda negra se ceba en este entorno). Lo malo es que siempre quedó en un grito. 

 No fue hasta finales de 1961 cuando se le ocurre a Fidel Castro proclamarse “comunista”. Proclamaba que las teorías del socialismo podrían hacerse reales al amparo del himno humanista, con notas de la marsellesa en “la internacional”. Inmediatamente “los comerciantes” y su presidente Carlos Prío, rompen con ese incipiente proceso. 

. Cesan las ayudas y muchos regresan al exilio, al igual que el ex/presidente Prío. 

A pesar de ese pensamiento -dubitativo (por eso Cuba lo arropa) de Eduardo Galeano y su obra: “Las venas abiertas de América Latina”, es un documento inconcluso, para acercarse a el desarrollo de los acontecimientos en las américas, hasta la llamada revolución cubana, que lo fue, pero no una revolución de carácter socialista, fue eso “un grito que perpetuaron” de independencia de la metrópolis del norte y de la bota y el saqueo que ejercía sobre la isla caribeña y el sometimiento de la inmensa mayoría de su población.  ¡Yanquis/ gringos go home! – 

Qué a modo de interiorización religiosa, llegó con la imagen del que convirtieron en héroe, llegado desde la Argentina y que después de pasar por la guerrilla de Sierra Maestra y la batalla en Santa Clara, hasta algún ministerio cubano de dudosa competencia. Marchó (hay todo tipo de leyendas sobre esto) a continuar “la revolución” -con “focos”- en el resto de las américas, y es en Bolivia, donde el “Ché”; conocido por San Ernesto de la Higuera y su línea foquista, cuasi ecuménica, por lo de la animosidad, encontró él y muchos, demasiados, de los revolucionarios que le siguieron en el aventurerismo del que hacía gala y que en el post/jipismo hizo tanta mella aquella figura de cabellos largos negros, con boina atravesada, haciendo del mito un dios. Un semidios asmático que fumaba habanos, en nada comparable con los postulados científicos del materialismo, del marxismo y mucho menos del socialismo científico. 

Hablemos de Fidel, líder indiscutible de la llamada revolución cubana, que sin “gran o profunda formación marxista”; era el momento de proclamarse así: ya no socialista, a gritos de “patria o muerte”, cuanto más se alzó como comunistas. Sólo que para ser “comunista” no basta con el deseo, se precisa una formación férrea, un Estado Mayor que es el partido y, ante todo, contar con cuadros formados y forjados durante procesos largos de conocimiento y aplicando los postulados militantes de: crítica, autocrítica y disciplina revolucionaria. Precisamente por ello, hasta el evocado proceso que llamaron anti/imperialista, quedó en un simple “cambio de amo”. La reivindicación de “patria” como consigna, en pugna con el principio marxista de que “los obreros no tienen patria”, jugaba con postulados mecanicistas, de ambiguos análisis eclécticos, tales como anteponer la vida, a un concepto tan metafísico como puede ser la patria.  

Ser comunista, no es como ser de un equipo de futbol. No es un deseo o mantener una “creencia”: es convertir la vida en un acto revolucionario. De ahí la famosa frase leninista de que los comunistas son “como gotas de agua en el océano”. Y no son mayoritarios jamás. Porque los procesos marxistas se resuelven por antagonismo de clase y el liderazgo de los intereses de la clase obrera, el proletariado, que son los trabajadores no propietarios de los medios de producción y que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo. Entre ello, la alianza con el campesinado que, aunque en el mundo europeo eso tiene otras connotaciones, aún existe más de medio mundo con grandes extensiones de agricultura y agricultores/campesinado no propietario y sí sobre/explotado que, con la hoz; entrelaza el martillo de la fábrica, enarbolando el símbolo del comunismo.  Con independencia de que el trabajador entienda o asuma su interés de clase: la mayoría de las veces envuelto en un desclasamiento diluido, trabajado y amparado por los poderes para que permanezca sin reivindicarlos. Y hablamos en un contexto de desarrollo distinto al actual, con modos y formas muy diferentes en la historia y su avance. Pero el eje del fin del capitalismo y quienes lo enterrarán sigue vigente con necesidad de nuevas formas y métodos. 

Es la base social tanto de las ideologías derechistas como las del progresismo desmovilizador y sus diferentes izquierdas en la actualidad. En líneas generales son los “revisionistas de antaño” ahora aún más diluidos y trasnochados: eso sí, haciendo causa común con los centros de poder financiero de la “anglo/esfera” decadente para tratar de balcanizar y seguir fraccionando toda la hispanidad, y aún más, lo que quedó de España hoy regida por la constitución corsé de 1978.

Toda la experiencia del movimiento comunista internacional confirma la inequívoca verdad de que no se puede ser un verdadero marxista sin ser un verdadero leninista, y que uno no puede ser un consecuente leninista sin ser Stalinista. Y en el caso de Fidel, se ha atrevido hasta tratar de rebajar el valor dirigente de Stalin y de ser el Mariscal decisivo en la victoria contra el nazismo. Y es que, en definitiva, tras los llamados revolucionarios, se movía y mucho la Anglo/esfera. De hecho, el rumbo de Cuba se enmascaró en lo más desmovilizador del maoísmo como centrarse en una economía agrícola y no empujar una industrialización. Por eso tuvo que buscar “cobijo” en la URSS y posteriormente en los recursos de Venezuela.  Duda alguien del avance a primera potencia de China, desde que decidieron avanzar a la industrialización, con sus “claro/oscuros” pero es una evidencia económica. 

Es precisamente en esta “sociedad aburguesada” donde una opción de calado unificador, que hable de una hispanidad, no puede desligarse de los antagonismos de clase que genera el modo de producción capitalista, y unificar “sin contradicciones”, “sin intereses antagónicos”, “sin tener en cuenta la dialéctica marxista”. Es decir, quien es quien socialmente y cual papel debe o puede jugar en una alternativa real ante la ya en marcha “desaparición de los Estados modernos” y las nuevas concepciones que se barajan de unidad. De ahí ese auge potenciado que van tomando «los Nacionalismos» y los Indigenismos; fomentados y tratados por el Foro de Sao Paulo y la directriz cubana al respecto. No olvidemos la guinda del Castrismo en los llamados “no alineados” hombro con hombro con Tito, el señor de los Balcanes.   

Por más que nos cueste asumirlo, Europa: la antigua «cristiandad» va camino a ser territorios del islam, con todo lo que eso conlleva. Dejamos de “parir” porque la maquinaria del sistema necesitaba más brazos e incorporó a la mujer, desvertebró la concepción cultural de los pueblos, y con ellos dejó al “desnudo vulnerable” la concepción de un mundo, de un entenderlo. Si nos salimos de las concepciones que la Anglo/esfera ha impartido: «la llamada revolución industrial no fue otra cosa que el necesario proceso que necesitaba Inglaterra y su imperio para imponerse por la producción como dueños del mundo”. Pasaron de la propulsión por el agua o los vientos, a la conocida “máquina de vapor”: siempre tan ingeniosos los sajones, pero preguntémonos, ¿qué es el vapor en esos momentos? pues EL CARBÓN.    

Si se logra entender esto. Desde un prisma antropológico y político, no religioso sin más, ni cuestión de racismo, ni xenofobia; podremos acercarnos a una posible vía de supervivencia con la alianza de toda la hispanidad, junto a los “luso /parlantes” que habitan prácticamente en todo el mundo. En alianza con otros pueblos tradicionalmente amigos como los caucásicos y sobre todo “la imponente e imparable muralla China”.

Si nos fijamos en esos procesos; “son en realidad los procesos de liberación antiimperialistas que no se dieron, y si se utilizaron para someter territorios, extraer recursos y dominar naciones”. Entonces si podemos hablar de la ambigüedad del término «pueblo» y que clase tendrá la capacidad de encabezar ese posible, y que consideramos único paso posible, ante “las olas invasoras migratorias” y sobre todo: porque es el fin de los Estados Modernos y eso no es cuestión baladí.

Sólo esa “estereotipación” de los dirigentes revolucionarios, entra en clara tentativa con los postulados materialistas y, ante todo en el ámbito operativo de la propuesta marxista, que sitúa a una clase y no uno o varios dirigentes como protagonistas de los procesos. Si bien es factible, que resulta fundamental la labor individual en el colectivo humano, al menos hasta la fecha, no menos desastroso es, convertir en hacedores del potencial de clase a una o algunas personas, sobre todo por su carácter errado del proceso que se pretende de emancipación. Conviene recordar aquello de que “ni en dioses, reyes ni tribunos está el supremo salvador” y este proceder ha sido mesiánico a lo largo de los procesos históricos, confundiendo el liderazgo con el marco operativo de la acción transformadora. Error que se sigue cultivando, asumiendo y amparando. De ahí la necesidad férrea del conocimiento y la aplicación correcta de la crítica, la autocrítica y la disciplina férrea para no desviar los procesos. “Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor” – no un líder a modo de «dios y redentor»: aunque su papel dirigente sea necesario e imprescindible.  

Así podríamos ir observando el caso de Chile con Allende y la vía del socialismo por las urnas, o del conjunto de las guerrillas “foquistas-guevaristas” en las américas, hasta complementarlo, no ya con la que fue la guerrilla más importante numéricamente hablando, que fueron las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Ejército del Pueblo) y que terminaron “en la nada” y, cuya orientación y postulados se nutrían del “aventurerismo” castrista y del foquismo guevarista. Mencionar la anterior guerrilla socialdemócrata del M-19 (movimiento 19-abril: nacional/bolivarianismo) y sus acciones entre secuestros, espadas y espectáculos: “algunos de oscuros intereses”. Y sobre todo como terminaron estos “guerrillos”: prácticamente todos asesinados, muertos o exiliados. No olvidemos que, a día de hoy en 2023, ya son medio millar de exmiembros de las FARC acribillados en Colombia, al igual que hicieron con los del “eme”, agrupados en frentes democráticos. 

 Pero no sólo estas guerrillas, la aplastante mayoría fue de esta orientación, jamás disputaron por desigualdad con la otra tendencia digamos hegemónica de las guerrillas y movimientos como era el Maoísmo que, teniendo organizaciones por todo el continente, es en el Perú donde sin ninguna duda, enarbolan la bandera, a fuerza de «plomo y sangre», hasta el punto en la actualidad, su consecuencia lógica, los lleva a una rocambolesca presidencia del Perú, que se nutre de la “corriente roja” (frente de masas/electoral) y de sectores de Sendero Luminoso (agrupación armada y muy activa en acciones indiscriminadas y terroristas).

Pero no es exclusivo, Nicaragua y el Sandinismo, casi a la par de el Salvador. En Nicaragua con el socialdemócrata FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) y en el Salvador son el social/cristiano FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional), en estos casos es el cristianismo de base protagónico, lo es en todas las américas, pero aquí es más significativo por aquello de la “teología de la liberación”; como los casos de mayor relieve. El ELN (Ejército de Liberación Nacional) en Colombia también comulga. 

No podemos obviar la dominación de las Iglesias adventistas en Brasil; donde dio paso a presidentes de credos sectarios y excluyentes tanto en este país como en Bolivia. 

La tendencia marxista-leninista M-L, “hoy reactivada”: el EPL (Ejército Popular de Liberación)- exterminados sus cuadros tras la coordinadora Simón Bolívar (coordinadora conjunta con el Gobierno para el alto el fuego y desarme), que era para la paz, pero les trajo la muerte. En el caso del sandinismo nicaragüense, su actuación despiadada contra los comunistas m-l, que fueron destacado bastión en la lucha contra la tiranía de la familia Somoza, sobre todo en la ciudad de León; decisiva para el derrocamiento del ejército lacayo. La represión llevó al cierre del diario Pueblo órgano de los comunistas y sindicalistas. 

Y de ahí, hasta el aplastante triunfo del proceso bolivariano, encabezado por el comandante Hugo Rafael Chávez Frías, y el reguero de procesos sucesivos que van desde el Brasil de Lula, la Argentina, Bolivia, Ecuador… y por último el “retoma” de socialismo por la vía electoral (cuasi como fantasmagórico eurocomunismo) que se practica en el Chile post Pinochetista, y como decíamos, con restos -vivos- del maoísmo en el Perú.

Pues todo este camino, duro, combativo, y hasta simbólico;  «camino a la nada», puesto que no cuenta con estrategia revolucionaria de cambio, ni hoja de ruta capaz de hacer aplicable la ciencia del socialismo científico, y si un proceso (en general son todos muy similares) de utopías a “gritos” donde parece ser, que los postulados guevaristas de “crear las condiciones aunque no existan” toman vida en el continuo griterío que ya no se distingue bien que es lo que se grita; pues la presencia laborada del troskismo y sus mil ramas diversas, muchos a lo “montoneros”,  a la par que con los agentes infiltrados en las minoritarias organizaciones comunistas, sindicales o de clase, las dividen y/o exterminan, como fue en Venezuela con los CLP (Comités de Luchas Populares: agrupados ante el semanario ¿Qué hacer? – Frente amplio de Bandera Roja) y las dos o tres Banderas Rojas (Bandera Roja surge como defensores de la línea marxista-leninista y el maoísmo, ante variantes revisionistas), que acabaron aliadas con las tendencias más conservadoras. Anteriormente sostuvieron alianzas y continuos contactos con el MB 2000 de Hugo Chávez, hasta incluso en la espectacular fuga de revolucionarios presos del Cuartel de San Carlos (penitenciaria política en Venezuela) Las posturas altermundistas, del siglo XXI y ni sé sabe ni cuantas similares, no pueden ser bandera, porque no tiene hoja de ruta certera ni punto al que llegar y por dónde.

Eso sí, al igual que fervientes religiosos,  operan con miles y miles de mártires, represaliados y exilios… a la espera “de un mundo prometido”, con otros nombres pero credos sin más sostén que un “acto de fe”. 

Mientras tanto las condiciones de penosidad de los pueblos afloran de manera destacada en todos los reportes de los medios de información mundial, no porque antes no los hubiera o hubiese, al contrario; los había y tanto más crueles.  Lo que resulta imperdonable, pero lógico al carecer de «guía y de posiciones de clase», es que, en la actualidad, no sólo permanezca, sino que se incremente. Que aún a tantos años de procesos, las castas de oligarcas (herederas del criollismo des/vertebrador anti hispano a modo de la aristocracia mantuana) sigan a sus anchas. Ostentando gran parte de los poderes, y el detrimento de las economías de esos Estados. Cuando no, el crecimiento de una especie de casta afortunada, que se alía con el poder (lo que son en si los “progres”… que hacen suya la tautología del mercachifle) y hacen ostentación de poderío económico: a modo de lo que en Europa se conoce como los nuevos ricos y,  mientras, las economías estancadas, los avances NOTABLES de los primeros años de los procesos, no ya estancados sino vilipendiados y sumidos en un retroceso sin precedentes; puesto que nunca hubo avances tan importantes y significativos, como esos primeros años de los llamados procesos.

Es a lo que podemos llamar el “círculo de penalidades o del padecer”, es decir, nada nuevo. Esta concepción de sin salida, de “pescadilla que se muerde la cola”, arrastra a estos procesos en su profunda concepción anglosajona; preñada del luteranismo como marco existencial enraizado. Aquellos de que “el trabajo os hará libres” o bien “la libertad está en tu pensamiento”. Inspiración suprema de los campos de concentración y exterminio. 

Por otro lado, es llevar adelante procesos y que, de liberación, revolucionarios; para terminar nuevamente “dormidos en los brazos del capitalismo”.  Eso sí, antes pasando por años y años de exilio económico el que pudo escapar. Retrocesos en las conquistas sociales, edificios sin pintar, automóviles cuasi medievales… o como en el caso de la que han convertido en un estado fallido que es Venezuela, con una de las reservas de petróleo más grandes del mundo, entre otros miles de recursos naturales, en un país en el que “no hay gasolina”. 

Ya nadie duda de los Estados fallidos como Ecuador, sometido por el narcotráfico, o de una Bolivia “indigenista” para mantener los canales de producción de coca. Se incorpora a “la liga” uno de los Estados más demonizados como es el caso de Colombia. 

Que el bloqueo es una acción criminal no cabe la menor duda. Pero debemos permitirnos pensar que se utiliza igual como amparo del no avance. Porque presumir de cultura, y más en el eclecticismo militante, amparando en Cuba a todo el espectro de la progresía acomodada. No mencionemos sus trovadores, altavoces en el mundo de una realidad irreal de una sociedad “no perfecta” en el que ellos no suelen vivir, y los que tratan de hacer sonar instrumentos allí, carecen de cuerdas en guitarras por no seguir el cantar. 

 Porque es cierto que exportan esperanza y medios cuando el mundo los necesita. No menos cierto es que también cobran los servicios. Y es justo, pero creo que más justo es y debe ser intentar comprender y llamar a las cosas por su nombre y analizar realidades sin las pasiones vividas. 
Bueno sería empezar ya a distinguir “la viga en el ojo” y darnos cuenta que las pasiones necesitan justificaciones. 

Si el famoso lema de que miles de niños al día mueren y pasan hambre en el mundo: ¡ninguno es cubano!  – no vale ese justo hecho y parecer, para justificar el no avance y el estancamiento de los procesos, de los Estados y de las revoluciones. Apoyar logros es como se suele decir: “tratar de curar un cáncer con aspirinas”. Los logros parciales son para avanzar y no para estar “pavoneando de ellos”.  

Aunque no lo percibamos, ese digamos conformismo con mínimos avances es un producto heredado de las religiones que llevamos en nuestro acervo cultural. 

Que los progres son agentes del capital y son “la falsa moneda de ser un progresista consecuente” y que el socialismo no se logra “a gritos”. 

Se logra, si es lo que se pretende, y las condiciones de desarrollo lo permiten; por ciencia, estudio y por acabar con el poder real sin crear en paralelo otro que lo sustituya al amparo de los mercados. Hacernos creer lo contrario, nos pasaría como en nuestro Estado, pensar que vamos a un socialismo, anteponiendo los movimientos parciales reivindicativos por encima del interés de las mayorías trabajadoras y, mientras tanto es notable el avance en todos los terrenos, de esos nuevos y no tan nuevos “progres” que, sin entrar en detalles, saltan del barrio obrero a zonas de “poderosos económicos”. Es como ver a los profesores de la enseñanza pública, enviar a sus hijos y descendientes a colegios privados con vías a universidades elitistas y, encima se llaman progresistas estos “progres”. 

En realidad, el verdadero poder ha creado en estos su infantería de primera línea de combate, situándolos en la gestión pública, la enseñanza y educación, los medios de información y sin duda, en el entramado judicial.  No en vano, el aristócrata Montesquieu dejo una estela ambigua pero certera. Sus compinches como Rosseau, nos dejaron la herencia del pacto, de esclavo, siervo y a ser un asalariado; somos Emilios. Al menos los cuentos de Freud nos pueden entretener. 

No volveremos por lógicas circunstancias de a/culturización a un nuevo siglo de oro. No sabemos si todo el daño infringido a la humanidad por medio de la “destrucción” de la hispanidad pueda ser reparable. 

Pero si podemos estar seguros, que contamos con la herramienta infalible del idioma, de ahí ese resurgir en defensa de lenguas inútiles que respaldan los centros de poder. No olvidemos que podemos ser unos 600 millones de español parlantes y si añadimos a los portugueses nos acercamos a los mil millones. Ante todo; que contamos con la obra escrita más importante e irrepetible de la humanidad que es EL QUIJOTE, y que cada párrafo nos da cachetones contra el idealismo y nos pellizca con fuerza para volver a poner los pies en la tierra. De eso se trata, de volver a conquistar nuestra tierra que es la humanidad. Y si no es así, la nefasta convocatoria y antisocial de “muerte” vencerá sobre “la patria”. 

Si pequeños logros o metas no sirven a la causa de un gran objetivo como es la transformación social. Esos logros, a los que los progres y reaccionarios llaman “avances”, y que justifican con el social chovinismo del “todo suma”. Se quedan no sólo en la nada, sino que son los específicos núcleos del “círculo de penalidades o padecer” caminito a la nada y vuelta a empezar. 

Capitalismo con gritos de socialismo contradice toda la historia de luchas por el avance de la humanidad. 

Los logros parciales se justifican como escuela de acumulación de fuerzas para una transformación real y no para justificar lo injustificable en cuanto a poder avanzar con certeza y al menos aspirar a la justicia social. De lo contrario, los progres lo reconvierten en moneda de cambio que se arropan para situarse como lo que son y han sido “los capataces de los oligarcas” sin otra meta que su situación personal y familiar. 

Pd. “Algunos para vender su libro” … que también. y no es malo vender, más si se ha trabajado para contribuir al avance social, pero cada cosa en su lugar; estructura y atrae.  y más hoy, tan necesitados de asumir un marco operativo de avance para lograr metas camino a objetivos. 

Una tarde de verano buscando la brisa en Guara-

Pozán de Vero

Simón Antonio de Contreras y Villalba

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