Puño en Alto •  Opinión •  30/05/2022

Mi Mar, Tu Mar, Su Mar

El título del presente artículo podría entenderse como una evocación de una estrofa de un poema de un romántico poeta que hace referencia al sentimiento dispar que puede producir el mar en su bienquista cercanía o desde la nostálgica lejanía. No más lejos de la intención es hacer dicha referencia, es tan solo un artificio, una licencia cuasi literaria, utilizando la cacofonía de “Mi Mar” con “Mimar” y, sobre todo, de “Su Mar” con la de “Sumar”.

Según la RAE, el verbo mimar es hacer caricia, tratar con excesivo regalo, cariño, condescendencia a alguien y en especial a los niños; favorecer a alguien, tratarlo con mucha consideración o tratar algo o alguien con cuidado y delicadeza.

Del mismo modo, sumar es añadir, reunir en una sola varias cantidades homogéneas, también resumir, compendiar, abreviar una materia que estaba extensa y difusa.

Yolanda Díaz presenta su proceso de escucha, que denominado “Sumar” pretende, según manifiesta, es reunir sensibilidades semejantes que están difusas, compendiando sus objetivos bajo una misma marca con miramiento, sutileza necesaria y respeto en todo momento.

Se trata, según consta en los estatutos, con la plataforma registrada como “Sumar”, crear un contrato democrático con la ciudadanía en el que se propone pensar en común ese país que renueve la esperanza de los españoles, promoviendo compromiso democrático y la participación de la ciudadanía en la vida pública, fomentando y fortaleciendo la participación ciudadana y de la sociedad civil para mejorar la calidad democrática y el desarrollo humano, contribuyendo al desarrollo del pensamiento crítico, al estudio, la investigación, la reflexión y al debate sobre principales problemas sociales, económicos políticos.

Procurar el vínculo con movimientos sociales, ciudadanos y demás entidades de sociedad civil para consolidar las redes de intercambios de experiencias y saberes en el ámbito de la participación democrática, desde el respeto y no desde la condescendencia.

Todo ello sin tutela orgánica ideológica de los partidos del espacio confederal, igualmente, desde el respeto y la consideración de importancia que tienen, pero no desde la sumisión de postulados y directrices.

En definitiva, en ese mimar con cuidado y delicadeza para sumar, en ese sumar voluntades mimando nos debemos encontrar, reconocernos todos con generosidad y responsabilidad, apostando por lo que nos une y apartando las diferencias por legítimas que sean.

Tu mar, mi mar y el mar de Yolanda es suficiente amplio para caber todos y esa es la suma que debemos construir.

 

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