Redacción •  Actualidad •  14/05/2019

‘Lobby Planet’, una guía por el mundo del lobby en Bruselas y Madrid

  • Ecologistas en Acción, CEO (Corporate Europe Observatory) y OMAL-Paz con Dignidad han presentado una guía para conocer cómo funcionan los lobbies (grupos de cabildeo) en la UE y en España, que intentan influir en el proceso de elaboración de nomativas y leyes.
  •  El informe da cuenta de los más de 25.000 lobistas que trabajan en el barrio de las instituciones de Bruselas, y que están al servicio de grandes empresas y sus correspondientes grupos de presión. 
  •  El escándalo Dieselgate, el funcionamiento Grupo de Alto Nivel sobre la Crisis Financiera o el lobby de la industria química, tres ejemplos que el informe destaca.
‘Lobby Planet’, una guía por el mundo del lobby en Bruselas y Madrid

Se estima que hay más de 25.000 lobistas que trabajan en Bruselas. Esta es la primera conclusión de la nueva edición de ‘Lobby Planet’, una guía que permite llegar a las entrañas del barrio institucional de Bruselas. Con esta guía, Ecologistas en Acción, CEO y OMAL-Paz con Dignidad explican los métodos, con frecuencia oscuros, que utiliza el cabildeo profesional en el seno de la Unión Europea (UE): sus protagonistas, lugares de reunión y temas que les interesan.

Tras una breve introducción a la escena del lobby en Bruselas, la guía visita las sedes de algunos de los actores más destacados, de los que se aporta una pequeña descripción de sus actividades. A continuación, se destacan los siete sectores en los que se han librado las batallas más caras y controvertidas de los grupos de cabildeo en los últimos años. También se incluye en la guía un glosario que permite abrir paso en la complejidad de términos y siglas de la UE.
 
Los dos lobbies más poderosos son la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT, European Round Table of Industrialists), compuesta por los presidentes de las cerca de 50 empresas transnacionales más grandes de Europa; y BusinessEurope, la principal organización patronal del continente.
 
Aunque las ONG y los sindicatos también hacen cabildeo en Bruselas, la desproporción es abrumadora: las empresas y sus grupos de presión tienen un 60% más de lobistas con pase de acceso al Parlamento Europeo que los de la sociedad civil. La diferencia en recursos económicos es inmensa, sobre todo en temas como la regulación financiera.
 
Un estudio de CEO averiguó que el sector financiero gastaba más de 120 millones de euros anuales en acciones de lobby ante la UE, 30 veces más que las ONG y sindicatos juntos. Pero donde hay una diferencia radical es en los fines: mientras unos defienden el interés público, los otros pelean por su beneficio privado.
 
Las estimaciones más conservadoras apuntan a que el gasto en estrategias de lobby dirigidas a la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea y las sedes en Bruselas de los Gobiernos nacionales supera los 1.500 millones de euros cada año. El foco principal es la Comisión Europa, que es la única que tiene iniciativa legislativa.
 
Con esos recursos no es de extrañar que en 2017, más de uno de cada tres excomisarios que dejaron su cargo en la Comisión Europea en 2014, haya accedido a un puesto en el sector privado. Algo posible mediante el fenómeno de ‘las puertas giratorias’, que en muchos casos implicaba labores de lobby.
 
El mayor escándalo hasta la fecha es el caso del antiguo presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. Este exmandatario pasó a formar parte de la plantilla de Goldman Sachs, el banco de inversiones que jugó un papel central en la crisis financiera en 2008, y que continúa combatiendo ferozmente todo intento por endurecer las normas en el ámbito financiero.
 
Ejemplos sonados
 
Un escándalo reciente que muestra el poder del lobby empresarial es el Dieselgate, que dejó al descubierto un sistema de legislación laxo y demasiado complaciente con la autorregulación de la industria automovilística.
 
Otro caso es el del Grupo de Alto Nivel sobre la Crisis Financiera que se concibió como un grupo de expertos establecido por la Comisión y el Consejo a consecuencia de la crisis económica del 2008. De sus ocho miembros, cuatro tenían estrechas conexiones con gigantes financieros como Goldman Sachs, BNP Paribas, Citibank y la malograda Lehman Brothers.
 
 
Asimismo, el Grupo de Alto Nivel se reservó un asiento para el representante de una consultoría que tenía algunos de los bancos más importantes en su cartera de clientes, y otro al exdirector de la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido, responsable de llevar a varias entidades bancarias británicas al borde del colapso. En 2009, el grupo propuso sus reformas bancarias que, como era de esperar, no despeinaron lo más mínimo al sector.
 
Un tercer ejemplo es el lobby de la industria química, que está consiguiendo con éxito poner muchas trabas en el proceso de regulación de los disruptores endocrinos (EDC).
 
‘Lobby Planet’ en Madrid
 
En el partido Madrid-Barcelona de la última temporada se sentaron en la zona VIP personajes como Florentino Pérez, presidente del equipo local y de la constructora ACS; José María Aznar, expresidente del Gobierno, consejero de News Corporation y asesor de Endesa, Barrick Gold y KPMG; Carlos Espinosa de los Monteros, alto comisionado para la Marca España y consejero de Inditex; Guillermo de la Dehesa, vicepresidente del consejo de administración del Banco Santander y exsecretario de Estado de Economía con el Gobierno de Felipe González. Y también los presidentes de Endesa, Sacyr, Mapfre y Deloitte, compartiendo asiento con directores de periódicos y exministros del PP y PSOE.
 
Este ejemplo sirve como presentación de un recorrido por los principales centros de lobby españoles situados en Madrid. Un recorrido que recapitula las principales empresas, asociaciones empresariales, consultorías de lobby y despachos de abogados, instituciones públicas, think thanks, escuelas de negocios y espacios de encuentro, como el palco del Santiago Bernabeu.
 
La publicación de ‘Lobby Planet’ por Ecologistas en Acción, Corporate Europe Observatory y OMAL-Paz con Dignidad tiene el objeto de visibilizar a las grandes empresas y lobbies empresariales como actores con capacidad de redirigir las políticas públicas hacia sus intereses, gane quien gane las elecciones. Por eso, consideran fundamental el escrutinio público del mundo de los lobbies a través de esta herramienta y otras propuestas que se contemplan en ella.
 

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