Carlos de Urabá •  Opinión •  23/01/2017

Donald Trump 2017-2025; Donald Trump Jr. 2025-2033

Donald Trump 2017-2025; Donald Trump Jr. 2025-2033
Es el pronóstico de los más avezados analistas del White Power
 
Suena muy duro decirlo pero envejeceremos con la dinastía Trump. En otras palabras el niño que nazca hoy llegará a la adolescencia bajo su hégira.
 
Ya lo dijo Donald a los periodistas en la última rueda de prensa del pasado miércoles día 11 de enero: “tendremos ¡8 años! por delante para seguir conversando” y no fue un lapsus como muchos se pensaban sino que lo traicionó subconsciente. Trump en estos instantes tras haber alcanzado la más alta cumbre en su carrera tiene que colmar aún más su egocentrismo y megalomanía. Y nada mejor que con otro mandato para rematar la faena. Él  no se va a conformar a cuatro años y con toda seguridad se lanzará a la reelección siguiendo la senda trazada por Reagan, Clinton, Bush y Obama.
 
Trump ha llegado para quedarse. Todo empresario hace sus planes a corto, mediano y largo plazo.  Y desde luego que el nuevo presidente es muy ambicioso y todo apunta a que se presentará a la reelección en el 2021. Un segundo período para hacer América todavía más grande y más poderosa. Porque él no va a ser menos que Obama (hijo de un inmigrante africano) que estuvo 8 años en la Casa Blanca. En cuanto tome posesión del cargo podremos afirmar sin temor a equivocarnos que se inicia la próxima campaña presidencial. Ya veremos cómo se presenta el panorama pero si consigue ganarse la confianza de la clase media el Partido Republicano no le va a dar la espalda.  El reto es multiplicar exponencialmente el número de votantes aplicando una política socio-económica  neoliberal que  favorezca a los white o anglos (sin olvidar a muchos no anglos que increíblemente le votaron). No puede decepcionar a su electorado que le confiere un alto índice de popularidad. Debe tener mucho cuidado pues ya sabemos que del amor al odio solo hay un paso.  La clave es devolverles la confianza a aquellos sectores de la población americana que han visto mermado considerablemente su poder adquisitivo. Donald y su equipo  aplicarán una severa política Neoliberal como la única solución posible a los problemas socio-económicos que afligen al imperio. Estimular el consumismo capitalista es uno de los desafíos más urgentes.  No es posible que los inmigrantes latinos, afros, asiáticos o árabes compitan de tú a tú  con los dueños y señores de la nación más grande del mundo.  Porque Donald con certeza va a desempeñar el papel de empresario-presidente colmando de bendiciones a los ciudadanos con un eterno Black Friday que los embuche de ofertas y rebajas.
 
“América para los Americanos” (blancos, arios o anglos) como pregonaba la doctrina Monroe. Para lograrlo se ha rodeado de los asesores y consejeros más radicales de la derecha y la ultraderecha, el sionismo, las sectas evangélicas y los halcones militaristas.  Su misión es garantizar el éxito de una empresa llamada EE.UU y a fe que está dispuesto a cumplir con su glorioso objetivo.
 
El 20 de enero Trump será coronado como el emperador del mundo. O mejor dicho, el  gran faraón de una novísima dinastía egipcia.  Tras pasar ocho años en la Casa Blanca  (que resignados damos por hecho) con toda probabilidad (Dios white mediante) le cederá el cetro a su hijo Donald Trump Jr.  Acuérdense de lo que pasó con papá Bush y su hijito George. Según los planes que han trazado sus asesores con precisión matemática Donald Jr. se postulará a la campaña presidencial del 2024 (ya dan por hecho que ganará las primarias por el Partido Republicano) El primogénito de 38 años que se graduó en la universidad de Pensilvania y cuya fortuna se estima en unos 150.000.000 de dólares, está decidido a demostrar que es capaz de superar con creces a su padre. Aunque estas profecías suenen muy descabelladas no podemos desestimarlas pues a lo largo de la historia de la humanidad se han producido hechos más inexplicables e incomprensibles. El mundo va a sufrir tales cambios  que tenemos que prepararnos para lo peor.
 
Por el momento Donald Jr. -que desempeñó un gran protagonismo en la campaña presidencial de su padre- se responsabilizará del buen funcionamiento de sus empresas. No obstante tendrá voz y voto en la toma de decisiones del equipo de gobierno. Porque la táctica es irlo fogueando en las más altas esferas de la política norteamericana donde tendrá que enfrentarse a cara a cara con la oposición Demócrata y la implacable opinión pública -tanto Americana como mundial- Una dura prueba en la que deberá demostrar todo su talento y valía.  Por delante le quedan varios años para adquirir la experiencia necesaria que le permita presentarse como candidato del Partido Republicano (o de uno nuevo que ellos inventen) a las elecciones del año 2025. Si obtiene la victoria para nada va a conformarse con cuatro años en el poder pues él no va a ser menos que Clinton, Bush, Obama y su padre.
 
“Donald Trump Jr. for president” es la consigna lanzada por algunos fanáticos que ya lo proclaman como el nuevo J.F  Kennedy. Es un buen orador, atractivo y simpático.  ¿Qué más se puede pedir? El muchacho tiene carisma y arrojo que son los  ingredientes básicos para que  crezca su popularidad en el show del circo mediático (TV, Internet, Twitter, WhatsApp, Televisiones, radios, revistas, prensa escrita, cine)  En todo caso el príncipe heredero tiene 8 años por delante para foguearse en busca de la nominación que lo conducirá inevitablemente a la Casa Blanca. Los votos de los compromisarios ya los tiene comprometidos gracias a la lámpara maravillosa que maneja su padre.
 
Donald Trump Jr. está casado con Vanesa Kay Haydon -de origen danés y judío (el lobby sionista está de plácemes) – Desde luego que esta es la lápida del proceso de paz entre israelíes y palestinos.  La pareja  tiene cinco hijos: Chloe, Kai, Donald III, Tristán, y Spencer (que cumplen al pie de la letra esa imagen dulce y tierna de niños Walt Disney)
 
Donald Trump se ha ganado la fama de buscapleitos y de camorrista; un provocador profesional dedicado a pronunciar discursos sucios y despreciables. A pesar de toda  la antipatía que despierta  lo más seguro es que cuando visite oficialmente los países del Tercer Mundo (Asia, Oriente Medio, América Latina o África)  será recibido con todos los honores por las autoridades. Lo agasajarán con flores, sonrisas, venias, y  genuflexiones. Le rendirán un sentido homenaje a tan sinigual estadista imponiéndole medallas y los más distinguidos galardones. ¡welcome emperador del mundo! ¡Welcome, todopoderoso Donald Trump! Todos te amamos. Hay que tratarlo con un respeto extremo  pues de lo contrario es capaz de dejar el país en la bancarrota.  Por arte de magia se olvidarán de todas esas afrentas que ha proferido durante su campaña dirigidas contra las razas inferiores (plaga de terroristas y delincuentes) Es la hora de la diplomacia y los gestos de buena voluntad hacia el presidente de la primera potencia mundial. -Lo que usted mande mi amo. 
 
La dinastía Trump la conforman tres hermanos: Freddy, que murió de alcoholismo, Robert, Elizabeth y Maryanne,  5 hijos -fruto de las relaciones con sus  tres esposas: Ivana, Marla Maples y Melania-  el primogénito es Donald Trump Jr. vicepresidente ejecutivo de la organización Trump y su sucesor, Ivanka Trump (el arma secreta) vicepresidenta ejecutiva de Desarrollo y Adquisiciones de la Organización Trump. También, como si fuera poco, modelo, empresaria y actriz (es una de sus consejeras más cercanas) casada con el judío ortodoxo Jared Kushner (recientemente nombrado por Trump asesor especial de la Casa Blanca-  (¡en asuntos del Oriente Medio!) Obligada por los preceptos  de la Torá, Ivanka tuvo que convertirse al judaísmo. Tienen tres hijos: Arabella, Theodore y Joseph. Sigue en la lista Eric Trump, co-director ejecutivo de la organización Trump y casado con Lara Yunaska. Eric es un apasionado del mundo de la construcción y le encanta diseñar edificios altos y portentosos. A parte de ser el dueño de Trump Winery -que es el viñedo más extenso de Virginia, su otra hija es Tiffany Trump, modelo y cantante de moda y que por su excéntrico comportamiento es considerada un poco la oveja negra de la familia. Y por último el niño Barron -hijo que tuvo con la sex symbol, escort VIP y nueva primera dama Melanija Knavs- (mejor conocida como Melania Trump) Barron adora las corbatas y jugar al golf como su padre. No nos debe causar ninguna sorpresa que de mayor quiera ser también presidente de los Estados Unidos. ¿Quizás allá por el año 2050? 
 
La dinastía Trump será la verdadera protagonista de estos ocho años de gobierno. ¿Ocho años? Perdón, hay que sumarle los otros 8 años de Donald Jr. Así que tenemos que aplicar la fórmula 4X4= 16. Seguramente que tales previsiones a muchos les va a provocar un ataque de nervios o una crisis de angustia existencial pero no queda más remedio que resignarnos ante la cruel realidad.
 
 
Carlos de Urabá 2017

Opinión /