Eduardo Montagut Contreras •  Memoria Histórica •  01/07/2017

Homenaje a Ferrer i Guardia en la Casa del Pueblo de Madrid en 1910

Para honrar la memoria de Ferrer i Guardia en el aniversario de su ejecución, acontecida el 13 de octubre de 1909, la Conjunción Republicano-Socialista organizó un acto en la Casa del Pueblo de Madrid en el primer aniversario de este hecho que tanta repercusión tuvo dentro y fuera de España. No fue el único acto, porque se celebraron más en distintos Círculos Republicanos.

Para honrar la memoria de Ferrer i Guardia en el aniversario de su ejecución, acontecida el 13 de octubre de 1909, la Conjunción Republicano-Socialista organizó un acto en la Casa del Pueblo de Madrid en el primer aniversario de este hecho que tanta repercusión tuvo dentro y fuera de España. No fue el único acto, porque se celebraron más en distintos Círculos Republicanos.

El mitin comenzó con las palabras de Benito Pérez Galdós que, como bien sabemos, lideró la candidatura madrileña, con Pablo Iglesias, de la Conjunción Republicano-Socialista, aunque muy pronto se retiraría de las lides políticas. Galdós empleó el término de “compañeros”, tan propio del socialismo, porque expresó que se dirigía a trabajadores como él. El escritor explicó la razón por la que se habían reunido en aquel lugar, para “conmemorar la muerte de un hombre: de Ferrer, víctima de la Inquisición moderna, del fariseísmo que domina España, y el nacimiento de una idea, de la idea que encarna la protesta contra el estado caduco en que yacemos por culpa del régimen imperante”.

Galdós informó que en Europa se habían levantado monumentos, y solamente uno en España. También aludió al libro de Simarro que acababa de publicar sobre el proceso que sufrió Ferrer y la opinión europea.

Pérez Galdós terminó pidiendo al auditorio que grabase en su memoria las enseñanzas que se derivaban de lo que había ocurrido.

El siguiente orador fue Casanova, que relató los sucesos de Barcelona, acusando a la Defensa Social de ser la culpable de la ejecución de Ferrer, siendo Maura el verdugo. El Comité de Defensa Social fue una organización entre carlista, integrista y de cierto catalanismo conservador, con tintes mauristas y del catolicismo social, creada por el marqués de Comillas en 1908 con el fin de movilizar los intereses católicos catalanes frente al laicismo promovido por los liberales, pero también contra los republicanos y la izquierda, en general.

Augusto Barcia fue el siguiente orador. Como bien sabemos, Barcia fue un republicano asturiano muy activo, primero en el reformismo de Melquíades Álvarez y luego en Acción Republicana con Azaña. Fue defensor de Companys por los sucesos de 1934, y ministro de Estado en los primeros gobiernos del Frente Popular. También fue un destacado masón. Barcia habló en nombre de “La Joven España”. Su discurso se basó en la obra de Simarro, desde el punto de vista del abogado que era, para demostrar lo injusto del proceso padecido por el inspirador de la Escuela Moderna.

El concejal socialista Vicente Barrio habló de la intervención del PSOE en el movimiento a favor de Ferrer por la injusticia de su proceso y porque el Partido no quería, con su abstención, convertirse en cómplice de la vergüenza que supuso el fusilamiento del pedagogo anarquista, aunque fuera al amparo de la ley.

Giner de los Ríos, por su parte, recordó a Fermín Salvochea, uno de los personajes más destacados en la Historia del anarquismo español, haciendo un paralelismo con Ferrer i Guardia. Elogió sus ejemplos, como el del propio Pablo Iglesias.

El líder socialista cerró el acto recordando que también había que honrar la memoria de los fusilados por el Proceso de Montjuich. Aludió a la Semana Trágica, a la lucha contra la guerra, a que socialistas y republicanos habían sembrado la agitación con actos y protestas, aunque el verdadero causante del enfrentamiento había sido el gobierno de Maura por su empeño en la guerra contra la opinión nacional. Después habló de la represión desatada, que provocaría el proceso y fusilamiento de un hombre inocente como precedente del de Ferrer. Después, se deportaron “ciudadanos dignos” y se perjudicó a cuántos acusó la Defensa Social, sin analizar la verdad o no de las delaciones. Esas ignominias justificaban ese acto de protesta. Pablo Iglesias insistía en que había que seguir luchando contra la guerra, ya que Canalejas había ya hablado en las Cortes de expansión colonial en Marruecos.

Hemos consultado el número 1284 de “El Socialista”. Los interesados en el estudio de los grupos o guardias cívicas contra lo que consideraban revolución, como el citado Comité de Defensa Social, cuentan con una monografía de Eduardo González Calleja y Fernando del Rey Reguillo, titulada, La defensa armada contra la revolución (Madrid, 1995). También conviene acercarse al Diccionario Biográfico del Socialismo Español para ampliar nuestros conocimientos sobre Vicente Barrio, un personaje muy activo del socialismo, casi contemporáneo de Pablo Iglesias.

 


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