Redacción •  Negocios y Ocio •  12/03/2024

Comprende los cambios físicos y emocionales del embarazo

El embarazo es una de las etapas más importantes para una mujer, pero también es un período de transformación física y emocional. Mientras el cuerpo se prepara para dar a luz una nueva vida, se presentan una serie de cambios notables. Pero, además de los evidentes, también hay cambios emocionales y hormonales que afectan a la futura madre.

Comprende los cambios físicos y emocionales del embarazo

Cambios físicos del embarazo

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer pasa por una serie de transformaciones necesarias para poder albergar y nutrir al bebé en crecimiento. Los cambios físicos más comunes son estos:

  • Útero y abdomen: a medida que el bebé va creciendo, el útero se expande, trayendo como resultado que el abdomen aumente su tamaño, lo que, a su vez, puede llevar a cambios en la postura y aparición de estrías en la piel.
  • Senos: estos se vuelven más sensibles y aumentan de tamaño porque se están preparando para la lactancia. También puede haber cambios en los pezones y aparición de venas prominentes.
  • Piel: es común notar manchas oscuras en la piel, sobre todo, en el rostro y en la línea media del abdomen. Estas suelen presentarse con más frecuencia a partir de la semana 29 de embarazo, además, algunas mujeres sienten que la piel se vuelve más sensible y propensa a las estrías, lo que hace necesario el uso de cremas o aceites para hidratarla.
  • Sistema cardiovascular: la cantidad de sangre en el cuerpo aumenta con el fin de satisfacer las necesidades del bebé. Como consecuencia, puede producirse un aumento de la frecuencia cardíaca y una mayor carga en el corazón de la madre.
  • Sistema digestivo: muchas mujeres experimentan síntomas a nivel digestivo, como cambios en el apetito, náuseas al despertar, acidez estomacal y estreñimiento.

Cambios emocionales durante el embarazo

El embarazo también puede traer consigo una serie de cambios emocionales que se producen por las fluctuaciones hormonales y la ansiedad propia de una mujer que se va a convertir en madre. Esto puede ocurrir durante el embarazo:

  • Ansiedad y preocupaciones: esta etapa de la vida trae consigo ansiedad y preocupaciones relacionadas con el bienestar del bebé, el parto y la transición a la maternidad. Cuando se acerca la semana 32 de embarazo o a partir de esta, las preocupaciones aumentan, puesto que ya está más cerca la fecha del parto.
  • Cambios de humor: el humor de la mujer puede alternar entre momentos de felicidad, tristeza, ansiedad y sensibilidad emocional.
  • Cambios en la libido: algunas embarazadas llegan a experimentar un aumento o una disminución en su deseo sexual por los cambios hormonales y las molestias físicas.
  • Alteraciones del sueño: alrededor de la semana 30 de embarazo, es común que pueda ser difícil conciliar el sueño debido a las molestias físicas por el tamaño de la barriga, los movimientos del bebé, los cambios hormonales, las preocupaciones propias de esta etapa e, incluso, por la necesidad de ir al baño muchas veces a lo largo de la noche.

¿Cómo lidiar con los cambios físicos y emocionales?

Hay algunos consejos que, de forma general, las futuras madres pueden aplicar para enfrentar los cambios:

  • Comunícate con tu pareja, familia y amigos y háblales sobre tus sentimientos y preocupaciones.
  • Cuida de ti misma, descansa lo suficiente, aliméntate de forma equilibrada y realiza actividad física que sea adecuada durante el embarazo.
  • Si los cambios emocionales se vuelven abrumadores o no puedes controlarlos, es recomendable buscar apoyo de un profesional de la salud mental especializado en embarazo y maternidad.
  • Practica la meditación, la respiración profunda, el yoga prenatal y otras técnicas de relajación, para reducir el estrés y sentirte mejor.
  • Ten una actitud positiva hacia los cambios que tu cuerpo está experimentando y recuerda que son temporales.
  • Preferiblemente, usa prendas de vestir sueltas, elásticas y transpirables que te permitan moverte libremente.
  • Mantén una rutina de cuidado de la piel que incluya limpieza e hidratación regular para mantenerla saludable.
  • Presta atención a tu postura y adopta una posición erguida al caminar y sentarte.