Redacción •  Internacional •  24/03/2023

Historias de personas migrantes a su paso por Bulgaria, mientras la Unión Europea quiere enviar millones de euros a este país para mantener el control fronterizo

  • No Name Kitchen recoge testimonios en primera persona de cuatro personas migrantes sobre su paso por Bulgaria y tenéis un resumen de los asuntos más representativos de la situación en este país.
Historias de personas migrantes a su paso por Bulgaria, mientras la Unión Europea quiere enviar millones de euros a este país para mantener el control fronterizo

24 de Marzo de 2023. Europa. Los días 23 y 24 de marzo de 2023, el Consejo Europeo está reunido tomando decisiones sobre diversos asuntos, entre otros la gestión de las fronteras de la Unión Europea. A comienzos de esta semana se filtró una carta que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, envió a los Estados miembros, entre ellos España, anunciando el plan de enviar 600 millones de euros más a países fronterizos, siendo Bulgaria y Turquía los que recibirían una primera partida del dinero.

Esta noticia es desoladora, si tenemos en cuenta que desde el año 2017, cuando No Name Kitchen comenzó a trabajar en los Balcanes, miles de personas migrantes han descrito su paso por Bulgaria como un lugar de terror: palizas recibidas por parte de la policía búlgara para evitar que entrasen o transitasen por el país; y denegación de sus derechos cuando deciden pedir asilo.

Bulgaria es un país de la Unión Europea desde el año 2007. Y lo que aquí compartimos es una información que llevamos denunciado públicamente desde 2017, por lo que los miembros del Parlamento Europeo y los países de la Unión Europea saben que esto sucede. Solo miran hacia otro lado y ahora pretenden enviar millones de euros para mantener a las personas alejadas de las fronteras, aunque eso se traduzca en tortura, ilegalidades y sufrimiento.

Compartimos testimonios de personas sobre su paso por Bulgaria:

  • “Me desnudaron (la policía búlgara), estaba todo nevado. Solo me dejaron los calzoncillos y el calzado. Me dejaron así en la frontera con Turquía y me obligaron a volver. Tuve que caminar kilómetros sobre la nieve hasta encontrar un lugar donde cobijarme”. Shakir, originario de Afganistán. Tenía 16 años cuando nos contó esta historia.
  • “La policía búlgara nos atacó con un perro, que mordió a mi amigo en las piernas, las manos y la cabeza. Luego nos quitaron toda la ropa, también a las mujeres que estaban con nosotros, y nos enviaron de vuelta a Turquía. Con los golpes, incluso rompieron los huesos de algunas personas, en las piernas o en los brazos. Esas personas no pudieron continuar su camino durante meses”.
  • “La policía búlgara son como los traficantes de personas, si pagamos mucho dinero a un traficante, él habla con la policía búlgara y luego pueden trasladarnos a la frontera serbia en coche sin problemas”.
  • “La policía me encontró caminando por un pueblo cerca de Sofía y me encerraron en un campo de detención. Casi no nos daban comida, no teníamos derecho de pedir asilo, no sabíamos cuando íbamos a salir de ahí, estuve casi tres meses encerrado. Sin móvil para avisar a mi familia porque me lo quitaron”. Mansur, originario de Afganistán. Tenía 19 años cuando nos contó esta historia.

DENEGACIÓN DEL DERECHO DE ASILO

Además de las historias que nos cuentan personas que conocemos a diario en Serbia (personas cuando logran escapar de Bulgaria y llegan a Serbia como siguiente destino), No Name Kitchen ha visitado Bulgaria y ha hablado con diferentes organizaciones y personas que conocen de cerca la situación.

Varios son los aspectos a destacar de lo que hemos aprendido:

  • Las condiciones en los campos oficiales de recepción de personas migrantes son “terribles”. Personas que conocen de cerca la situación explican que no hay asistencia médica y destacan la falta de higiene: es común la sarna en las camas habilitadas que se traspasa de unas personas a otras…
  • Devoluciones a Turquía desde los campos oficiales. Personas que hemos entrevistado dicen que se conocen muchos casos de personas que han sido devueltas de forma ilegal y arbitraria a Turquía cuando estaban alojadas en un campo oficial después de pedir asilo y durante el avance de este proceso. Por ley, en la Unión Europea, cuando una persona pide asilo, es obligatorio analizar esta petición. Es ilegal devolver a las personas a terceros países en caliente.
  • Procesos de asilo que no reciben respuesta alguna dejando a la persona desprotegida durante años.
  • Presión policial y criminalización a las personas en Bulgaria que intentan ayudar a las personas migrantes, aunque sea por dar comida.
  • Muchos testimonios recogidos de personas que hablan de violencia de la policía búlgara, de robo de su ropa, dinero y teléfonos (de hecho, No Name Kitchen está presente en Serbia y es muy común que la gente nos diga que no tienen teléfono porque la policía se lo robó en Bulgaria, país previo a Serbia en el camino).

El pasado mes de febrero se encontró un camión con el cuerpo de 18 personas muertas, asfixiadas, dentro. La gente se juega la vida porque no hay vías seguras para pedir asilo. Y cuando piden asilo en un país europeo como es Bulgaria, este derecho se les niega. En diciembre se hizo público un vídeo de un policía de este país disparando a una persona de Siria.

Con todas estas evidencias sobre la mesa, la Unión Europea calla y mantiene el envío de dinero al gobierno de Sofía.

Sobre No Name Kitchen

No Name Kitchen nació en el invierno de 2017 en Belgrado cuando un grupo de personas voluntarias comenzaron a cocinar junto a las miles de personas que permanecían atrapadas tras el cierre del borde hungaro. Desde entonces, NNK apoya a quienes sufren la falta de rutas migratorias seguras y legales, recogiendo testimonios y denunciando el sistemático uso de violencia institucional en las fronteras.


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