Laura V. Mor. •  Internacional •  21/06/2017

Conferencia del Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla: «jamás negociaremos bajo amenaza»

Cobertura especial desde Austria. Texto: Laura V. Mor con colaboración especial de Alaen Cisnero Matos (fotos), para Resumen Latinoamericano Cuba. Laura V. Mor

Conferencia del Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla: «jamás negociaremos bajo amenaza»

¿Con qué podrán amenazarnos hoy que no nos hayan amenazado antes y fracasado? preguntaba el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba Bruno Rodríguez Parrilla en la conferencia de prensa que brindara en Viena esta mañana, a fin de hacer pública la posición del gobierno cubano ante los recientes anuncios de los cambios en la política exterior de Estados Unidos hacia Cuba.

El pasado viernes 16 de junio el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado lo que dio en llamar “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional”, en medio de un discurso hostil e irrespetuoso hacia Cuba. Pero no lo hizo desde la Casa Blanca, sino desde un teatro ubicado en Miami –lugar de residencia de la mafia terrorista anticubana responsable de sucesivos atentados contra Cuba-, que paradójicamente lleva el nombre del Jefe Civil de la Brigada 2506 en la invasión imperialista a Playa Girón, Manuel Artime Buesa.

Trump, rodeado de “terroristas y politiqueros” -según los definiera el propio canciller al dar testimonio del historial con que cuentan quienes desde La Florida coreando USA, USA que avalaban, una vez más, una política anexionista y plattista (1) que continuará dañando al pueblo cubano, dio su discurso injerencista.

Entre los personajes que acompañaron a Trump se encontraba, por ejemplo, uno de los detenidos en California por intento de asesinato a Fidel Castro en 1997, un partícipe de la infiltración armada a Cuba en 1974, el financiador de la cadena de bombas que atentaron contra el sector turístico en La Habana y terroristas relacionados con el atentado al vuelo civil CU-455 de Cubana de Aviación en 1976. La tertulia musical de este “grotesco espectáculo salido de la Guerra Fría” –según palabras del Canciller cubano-, vanagloriado por el propio Trump, estuvo en manos de quien es hijo de Bonifacio Haza, asesino de Carlos Díaz y Orlando Carbajal, y partícipe del asesinato de Raúl Pujol, Frank País y su hermano de tan solo 19 años de edad. Con esa antesala, “ofensa que el Pueblo cubano no podrá olvidar”, se podía vaticinar lo que acontecería después.

Cincuenta y ocho años de agresiones, bloqueo, guerra mediática y financiamiento a la subversión marcan la historia.

Las medidas concretas que marcan un retroceso en los avances que han tenido las relaciones entre Cuba y Estados Unidos desde el reinicio de relaciones diplomáticas en 2014, según explicara Rodríguez Parrilla, prohíben las relaciones comerciales y financieras de compañías estadounidenses con empresas cubanas relacionadas con el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias; a la vez que prohíbe continuar los viajes individuales de ciudadanos estadounidenses a Cuba dentro del programa “Pueblo a Pueblo” y otorga una mayor vigilancia sobre el resto de los viajes, restringiendo las libertades civiles de los propios estadounidenses.

Bruno Rodríguez Parrilla-recordando el hecho de que Trump ha llegado a la Presidencia con el voto del Colegio Electoral y no con el voto popular- explicó cómo estas medidas afectan no sólo al gobierno cubano, sino directamente a cada sector de la sociedad civil cubana. Los daños económicos de estas regulaciones alcanzarían de ser aplicadas, no sólo a las empresas estatales, sino a las cooperativas y al cuentapropismo, sector de gran interés externo como medio para eclosionar desde el interior a la Revolución Cubana.

El canciller cubano aclaró que “es erróneo decir que (Barack) Obama hizo concesiones a Cuba”, ya que “(Obama) mantuvo el bloqueo e intentó subvertir el orden constitucional del país”; pero que a pesar de ello, la directiva presidencial firmada en octubre de 2016 reconocía la soberanía y la autodeterminación del pueblo cubano, planteando la igualdad de condiciones entre ambos Estados de cara a las rondas de negociaciones, y calificaba al bloqueo como “una política fracasada” (2). Al derogarse se marca un retroceso en el camino a la normalización de relaciones entre ambos países, que “afectará las relaciones con América Latina y dañaran la credibilidad de la política exterior estadounidense”.

Estos anuncios crean una grieta al propio interior de Estados Unidos, donde el 73% del pueblo, el 63% de los cubanos residentes y el 62% de los republicanos apoyan el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba en 1962. Considerando además que el 75% de los estadounidenses y el 69% de los cubanos residentes en Estados Unidos legitiman el mejoramiento de relaciones entre ambos países, Trump está desoyendo el sentir popular al interior de las fronteras del país que dirige, al proclamar la revisión de los programas subversivos contra Cuba, financiados desde la USAID para lograr un cambio de régimen en Cuba; que tal como afirmó el canciller “no tiene nada de creativo, es regresar a diez presidencias anteriores”.

Rodríguez Parrilla reiteró que “Cuba está dispuesta al diálogo, a la cooperación y a la negociación de los asuntos pendientes de naturaleza bilateral, de la misma manera que rehusará negociar cualquier asunto inherente a la soberanía, a la independencia, a la autodeterminación del pueblo cubano”; enfatizando que “Cuba no realizará concesiones de soberanía, ni negociará principios, ni aceptará condicionamientos”.

Los cambios que sean necesarios en Cuba los decidirá soberanamente el pueblo cubano: únicamente el pueblo cubano, como siempre lo ha hecho. No pediremos a nadie opinión ni permiso”, recalcó el Canciller, respondiendo a los dichos injerencistas del Presidente Trump que manifestó que “pronto tendremos una Cuba libre”, acusando al gobierno cubano de violaciones a los Derechos Humanos.

Rodríguez Parrilla marcó la diferencia en la forma de hacer política, dejando en claro que si bien el gobierno cubano no está de acuerdo con por ejemplo, los asesinatos y la brutalidad policial, la desigualdad de salario con las mujeres, la falta de cobertura de salud, la marginación a minorías y la represión a inmigrantes ocurridos en Estados Unidos– algo que no ocurre en Cuba-, y a pesar de las “profundas diferencias entre ambos gobiernos”, jamás intentaría inmiscuirse en asuntos internos de ese país.

El canciller cubano se mostró confiado en que “la historia, la época, obligará al gobierno de Estados Unidos a poner fin al bloqueo a Cuba”, enfatizando “como en el pasado, las medidas no cumplirán los objetivos que se proclaman”; pues desde Cuba se continuará resistiendo y avanzando en las relaciones diplomáticas en beneficio del pueblo cubano, aunque dejando en claro que “jamás negociaremos bajo amenaza”.

Cuba reiterará, por 25 años consecutivos, el reclamo por el levantamiento del bloqueo ante Naciones Unidas, recrudecido con esta “nueva” política de la administración Trump, como “una violación sistemática a los Derechos Humanos del pueblo cubano”, que provoca hace 55 años daños humanos y privaciones a todas las familias cubanas.

Foto: @CubaMINREX

Notas:

  1. Se hace referencia a la Enmienda Platt, un apéndice al proyecto de Ley de los Presupuestos del Ejército aprobado por el Congreso de Estados Unidos, e impuesto como parte del texto de la primera Constitución de la República de Cuba, elaborada por la Asamblea Constituyente de 1901, bajo la amenaza de que si no la aceptaba, Cuba seguiría ocupada militarmente.

  2. Desde su presentación por primera vez en 1992 ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el proyecto de resolución cubano recibe el apoyo casi unánime de los Estados miembros que exigen el levantamiento de las sanciones unilaterales de Estados Unidos. En la última votación, en octubre de 2016, Cuba logró 191 votos a favor y ninguno en contra, y por primera vez, con la abstención de Estados Unidos e Israel.

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/06/20/cuba-conferencia-del-canciller-bruno-rodriguez-parrilla-jamas-negociaremos-bajo-amenaza/


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