Redacción •  Internacional •  21/04/2022

La crisis climática azota África y pone en riesgo millones de vidas en el Sahel y el Cuerno de África

  • Las consecuencias del cambio climático, la falta de fondos para la mitigación o para paliar los desastres y el impacto de la guerra en Ucrania ponen en jaque al continente africano.
  • Alianza por la Solidaridad-ActionAid denuncia la situación de inseguridad alimentaria extrema en países como Mauritania, Mali, Burkina Faso o Etiopía.
La crisis climática azota África y pone en riesgo millones de vidas en el Sahel y el Cuerno de África

Madrid, 21/04/2022.- La vida de millones de personas, entre ellas muchas menores de edad, está hoy en riesgo por la inseguridad alimentaria que se extiende en el continente africano debido, fundamentalmente, a los impactos cada vez más graves del cambio climático. Sequías, salinización de territorios, inundaciones y deforestación, acompañadas en algunos países por conflictos armados y el aumento de precios de los alimentos están abocando a unos 346 millones de personas (más de uno de cada cuatro africanos) a pasar hambre. Es probable que esta cifra aumente en los próximos meses ante la falta de respuesta internacional.

La crisis climática afecta desde Etiopía y Somalia, azotadas por la sequía, hasta Mauritania, Burkina Faso o Senegal; y se ve agravada por la actual situación del conflicto entre Ucrania y Rusia, dos de los países que más cereales han exportado históricamente hacia África, un comercio que ahora se ha visto interrumpido. A ello se suma la subida de los precios de los alimentos, que los hace inaccesibles en esta zona del mundo.

En el Día de la Tierra, Alianza por la Solidaridad-ActionAid hace un llamamiento para que la comunidad internacional dé respuesta a las ayudas que se han solicitado desde Naciones Unidas y que no están recibiendo la atención esperada. Ello, a pesar de la responsabilidad que tienen los países industrializados en las emisiones contaminantes que han provocado estos fenómenos climáticos extremos en el Sur global.

Asimismo, se exige la puesta en marcha de un fondo internacional de apoyo para paliar los daños de estos fenómenos climáticos extremos, que la ciencia ha certificado que están relacionados con el calentamiento global generado en los países industrializados. No solo no existe ese fondo, sino que el financiamiento de las medidas de adaptación no está llegando a los países más afectados y con menos recursos, tal como ha confirmado el informe del IPCC.

LA CRISIS CLIMÁTICA AZOTA AL CONTINENTE AFRICANO

En el caso de África Occidental, donde Alianza-ActionAid trabaja en varios países, destaca el terrible impacto de la falta de lluvias de 2021, en un contexto de conflictos armados. Desde la agencia humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), se calcula que 27 millones de personas en esta región ya están pasando hambre y otros 11 millones podrían sumarse en los próximos tres meses. De hecho, desde 2015, el número de personas que precisan ayuda para subsistir se ha cuadruplicado. 

En Mauritania, Alianza-ActionAid ha constatado cómo la falta de lluvias ha provocado la desaparición de infinidad de pozos y manantiales, por lo que su población, tradicionalmente trashumante, ha tenido que asentarse en el sur, cerca del río Senegal, donde empresas arroceras están acaparando el territorio disponible para cultivos. Además, la producción agrícola ha disminuido. A ello se suma la llegada, en los tres últimos meses, de miles de personas procedentes de Tombuctú y Segú (Mali), la mayoría son pastores peul que huyen de la violencia yihadista y de los militares malienses. Según estimaciones de OCHA, han llegado con unas 800.000 cabezas de ganado, que presionan sobre los ya escasos puntos de agua.

En Senegal, a la falta de lluvias se suma la salinización del terreno, provocada por la subida del nivel del mar en zonas costeras y el aumento de la deforestación, especialmente en la frontera con Gambia, país desde el que entran a talar árboles que acaban en China. También se está produciendo una gran deforestación en Guinea Conakry, fuente de grandes ríos como el Níger, el Senegal o el Gambia.

El coordinador de Alianza-ActionAid en la zona, Javier Larios, recuerda que “toda África Occidental depende del agua que mana desde Guinea, pero la realidad es que no solo no se está haciendo nada para paliar los daños y mitigar los impactos del cambio climático, sino que se siguen talando árboles mientras que cada vez hay que hacer pozos más profundos para subsistir”.

La situación también es terrible en África Oriental, en concreto en el Cuerno de África, donde 14 millones de personas se enfrentan a los impactos de una gravísima sequía que se prolonga tres temporadas. Por el contrario, en el sur del continente, el problema son las inundaciones: esta semana ya van 450 muertos y no se sabe aún cuántos desaparecidos en la provincia costera sudafricana de KwaZulu-Natal debido a catastróficas precipitaciones, a lo que se suman miles de millones en pérdidas de infraestructuras, hogares y tierras.

Alianza-ActionAid mantiene sus proyectos de ayuda al desarrollo en la frontera entre Gambia y Senegal, donde trabaja con agrupaciones de mujeres en el mantenimiento y mejora de sus huertas comunitarias, de forma que se aproveche al máximo el agua disponible. También trabaja en Mauritania, en las proximidades de la frontera con Senegal. “Aquí las familias sobreviven únicamente con cuscús de sorgo y estamos introduciendo la avicultura y la producción de huevos para aumentar sus proteínas, pero la situación es realmente preocupante”, asegura Javier Larios. Asimismo, ActionAid está presente en el Cuerno de África con asistencia humanitaria de emergencia.


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