VV.AA. •  Opinión •  01/04/2024

Denunciamos atentado contra activista colombiano Gabriel Marrugo

Denunciamos atentado contra activista colombiano Gabriel Marrugo

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La organizaciones abajo firmantes (denunciamos el atentado que sufrió nuestro compañero, amigo y protegido Gabriel Marrugo, dirigente de la organización CAMIZBA (Asociación de Cabildos Indígenas del Bajo Atrato) este pasado 26 de marzo.

A la vez, nos alegramos porque siga con vida y que los atacantes no hayan conseguido su objetivo. Esperamos su pronta recuperación y que este hecho no le afecte en su vida. Queremos reconocer el compromiso de Gabriel durante tantos años y consciente de tantos riesgos, priorizando siempre la defensa de los derechos de las personas y de su pueblo.

Denunciamos este ataque y todas su conexiones, que sabemos van más allá al mero hecho del ataque, y se corresponden con intereses transnacionales extractivistas, casi de seguro, con vínculos en el Norte y en Europa.

Gabriel Marrugo sufrió este atentado contra su vida cuando viajaba con su escolta (Unidad Nacional de Protección de Colombia) desde Quibdó a la comunidad indígena de El 20. Fue disparado tres veces, impactando uno de los tiros en su cuerpo. A Gabriel le salvó el chaleco antibalas que llevaba, pero resultó herido de bala de pistola de 9 mm, siendo hospitalizado en Quibdó. Los disparos fueron efectuados por agentes para-militares con pasamontañas a bordo de una moto XTZ negra. La escolta repelió el ataque, pero los atacantes escaparon ilesos.

El activista forma parte de la red Guardianes del Bosque, creada en 2019 por la organización sin ánimo de lucro RESEDA Eco-Institute para apoyar a los activistas que defienden los bosques primarios del Planeta. Su trabajo se ha centrado en promover el respeto de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y la paz en las comunidades indígenas del Bajo Atrato. Además de en CAMIZBA , Gabriel ha trabajado desde el colectivo Artesanos por la Vida en Riosucio (Choco), la coordinadora de las Comunidades Étnicas del Departamento del Choco de la Asociación de Mujeres de la Victoria de San Isidro (ASOMAVIC). También es miembro del sindicato internacional INTERSIDACAD valenciano y de la organización Guardianes del Bosque, con sede en Italia.

Marrugo está afiliado al partido político MAIS. Movimiento Alternativo Indígena y Social, un partido político colombiano creado para aglutinar el proceso histórico de resistencia indígena y uno de los partidos que representa a los pueblos indígenas en el Congreso colombiano.

Marrugo ya estuvo en el estado español y en Europa como dirigente en riesgo y como parte de un proyecto de protección temporal para activistas amenazadas en 2020. Así, pese a tocarle en el difícil tiempo de la pandemia, Gabriel residió un tiempo en Valencia, pero pudo también visitar Donostia y otros lugares en Francia, Italia y Alemania. Su estancia no fue meramente de alejamiento del riesgo, sino que la aprovechó también para denunciar el estado de abandono que sufren los pueblos del Chocó, y más en concreto su pueblo, el Embera Dobidá. Esta región de Colombia se caracteriza por el abandono histórico y una falta acuciante de infraestructuras y recursos.

El pueblo Embera se ve presionado por agentes externos, para-militares y guerrilleros, que desean apropiarse de su territorio. Esa violencia entre esos agentes, también se dirige a los propios pueblos y más en concreto a sus dirigentes, para forzarles a abandonar. En concreto, una de las razones por la que estos territorios y ecosistemas son ambicionados y destruidos, es la existencia de carbón en su subsuelo. La importación de carbón desde Colombia se ha incrementado desde que estallara la guerra entre Rusia y Ucrania. La empresa alemana Glencore, se abastece de carbón de este país.

Gabriel Marrugo en la radio-televisión vasca EiTB en 2020.

El atentado contra Gabriel Marrugo no es un hecho aislado, sino como ya es de conocimiento generalizado, se enmarca dentro de una ofensiva global contra los ecosistemas y territorios, por los recursos. Más de 1700 activistas ambientales han sido asesinados en el Planeta en la última década. De ellos muchos en Colombia, donde cada año son asesinados más de 300 activistas medioambientales y de derechos humanos. Como decíamos al inicio, nos alegramos de que este no sea el caso, pero nos horroriza que eso hubiera ocurrido a Gabriel o a tantas otras activistas amenazadas que hemos conocido.

El hecho de que siga vivo, es en gran medida por las medidas introducidas en los últimos años y el reconocimiento de su trabajo fundamental. Pese a ello, pese al nuevo gobierno, está claro que Colombia, como muchos otros países está lejos de resolver la violencia que ha sufrido durante gran parte de su historia. Por ello demandamos a los organismos internacionales y a las organizaciones que sigan acompañando este proceso, y sobre todo, que sean claras a la hora de depurar responsabilidades cuando los intereses correspondan a agentes europeos o del Norte.

Como decimos, este caso no es el único de su clase, y la violencia no sólo se ceba con dirigentes. Estos días hemos sabido también del asesinato de 5 niños yupka envenedados por glifosato. Este pueblo, como el wayú, también se ve presionado por la existencia de carbón en el subsuelo de su territorio. Por otra parte, guardianes del bosque del pueblo Maje Embera Drua (en Panamá, a continuación del Chocó), ha iniciado el proceso legal contra particulares por el incendio de 5 hectáreas de bosques antiguos y granjas comunitarias.

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