Redacción •  Cultura •  16/06/2022

La compañía teatral Yeses, que forman las reclusas del Centro Penitenciario Madrid I Mujeres de Alcalá de Henares, interpreta Descalzas en el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid. Clásicos en Alcalá

El próximo 19 de junio, a las 19:30h, llega al Corral de Alcalá la obra Descalzas, dentro del Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid. Clásicos en Alcalá.

La compañía teatral Yeses, que forman las reclusas del Centro Penitenciario Madrid I Mujeres de Alcalá de Henares, interpreta Descalzas en el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid. Clásicos en Alcalá

La obra, un texto de Julieta Soria con dirección de Elena Cánovas, la interpreta Teatro Yeses, una compañía nacida en la antigua cárcel de mujeres de Madrid, Yeserías (en 1985), que pasó luego a la prisión de Carabanchel Mujeres y, en la actualidad, se ubica en el en el Centro Penitenciario de Madrid I Mujeres en Alcalá de Henares. Desde el primer momento de su existencia, en la compañía se intentó hacer algo más que un mero taller carcelario, se trataba de inagurar una experiencia nueva que tuviese continuidad y coherencia en sus planteamientos, que debían de ser lo más parecido posible a los habituales del mundo libre. A partir de entonces se han desarrollado alrededor de 40 montajes teatrales, cuya complejidad técnica y artística ha ido en aumento paulatinamente.

Sobre Descalzas

La obra se sitúa en la plenitud del siglo XVI. De boca en boca andaba el nombre de una mujer noble, inteligentísima, fantasiosa, utópica, varonil, tenaz, santa, que por el amor de Dios luchaba con los hombres; que sobre jamugas y carromatos, bajo el ardiente sol del verano o a merced del cierzo helado, enferma, sin comida, recorría incansable ambas Castillas y Andalucía con su hábito pardo y capa blanca para instaurar monasterios de su Reforma. Esa mujer era Teresa de Cepeda y Ahumada.

En la plenitud del siglo XVI, de boca en boca andaba el nombre de una mujer noble, inteligentísima, fantasiosa, utópica, varonil, tenaz, santa, que por el amor de Dios luchaba con los hombres. Que sobre jamugas y carromatos, bajo el ardiente sol del verano o a merced del cierzo helado, enferma, sin comida, recorría incansable ambas Castillas y Andalucía con su hábito pardo y capa blanca para instaurar monasterios de su Reforma. Esa mujer era Teresa de Cepeda y Ahumada.

Convento de la Encarnación, 1578. La vida transcurre tranquila para la Madre Teresa y sus hermanas descalzas. La llegada, primero, de un inquisidor al convento, alarmado por el contenido de El libro de la vida de Teresa, y después del hermano Juan de Yepes, fugado de la prisión a la que lo han condenado los hermanos calzados, vendrán a romper la paz del convento. Las hermanas ofrecen su protección al hermano poeta para lo cual tendrán que enfrentarse al Jerónimo Tostado, visitador de la Orden de los carmelitas calzados, quien, convencido de que las monjas ocultan al fugitivo, inicia una investigación en el convento que podría ser la sentencia definitiva para Juan, Teresa y sus proyectos reformistas.

Poesía, humor y música se conjugan en esta obra que trata de ser un acercamiento a nuestros escritores místicos del siglo XVI y a la belleza humana y divina de su poesía, a la vida de los conventos, como pequeñas utopías en medio de la difícil sociedad del siglo XVI y, concretamente, un homenaje a la figura de Santa Teresa, una mujer de una altura personal e intelectual pocas veces alcanzada, que decidió vivir como quería y dio la oportunidad a otras mujeres de hacerlo.


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