Desde hace unos días el candidato de Izquierda Unida a la alcaldía de Sevilla está imputado. Es algo de lo que hubo una noticia, en el Diario de Sevillacon el siguiente titular: “Torrijos es imputado por su “activa participación” en la venta de Mercasevilla“. La activa participación en la venta de Mercasevilla. Feo asunto. Desde el primer momento empezaron a llover las peticiones de dimisión. Todos llovíamos esas peticiones. No sé con cuánta gente habré comentado que era inaceptable que no dimitiera. En Izquierda Unida tenemos clarísimo que en la lucha contra la corrupción hay que ser implacables y que no podemos estar en el mismo saco, siquiera por apariencia, que el PP, el PSOE, CiU, Coalición Canaria… Eso es lo que nos están diciendo en Twitter, en Facebook, en Menéame.

En el momento actual el auto de imputación no ha llegado a manos de Torrijos. Pero sí que ha salido del juzgado y ha llegado antes a otras personas que pudieran sacar rendimiento político y mediático del asunto que al propio acusado. Nada nuevo, no pasa nada. De esas manos va a otras manos y de otras manos me llega a mí. Lo abro, lo leo, no lo entiendo. Leo el auto y no sé cuáles son los hechos de los que se le acusa a Torrijos. Leo el auto y no sé siquiera por qué delito o delitos está imputado Torrijos: podría ser por malversación, por asesinato, por robo, por insultos a la corona. No es cuestión de ser lego en la materia. Leído el auto por abogados ajenos a la causa nadie entiende nada. O sí.

A mí me gustaría pedir la dimisión de Torrijos, más que nada porque veo el daño público que está sufriendo IU puesta en el mismo saco que los partidos que amparan a mentirosos y corruptos. Todos dicen que lo suyo no es lo mismo, que hay una persecución política. Da igual cuán convencidos que estemos de que esto no es lo mismo, de que la única explicación coherente a un auto que imputa por algún delito imposible de conocer en base a algunos hechos que no se cuentan a un mes y medio de las elecciones tenga que ver con el conocido perfil político de la jueza. Da igual, porque todo el mundo va a entender que hacemos lo que todo el mundo. Tirar balones fuera.

Éste es el auto: os lo podéis bajar en PDF pinchando aquí. Són sólo seis páginas. Os pido que lo leáis y que me digáis qué argumentos se le pueden dar a Torrijos para pedir su dimisión. Prometo usarlos si alguien los encuentra en el auto.

Veréis que los antecedentes de hecho son sólo tres:

1.- Que el juzgado lleva dos años investigando el caso (dos años en los que Torrijos ha declarado muchas veces como testigo sin que nadie encontrara elemento alguno para imputarle nada),

2.- Que el Partido Andalucista ha solicitado que vuelva a comparecer Torrijos como testigo (no como imputado).

3.- Que un procurador y la Gerencia de Urbanismo han presentado sendos escritos (de cuyo contenido no se dice nada: pueden ser cartas de amor como pruebas de que Torrijos ha robado más que nadie).

Esos son los tres antecedentes de hecho. De ahí pasa a los antecedentes de derecho, que consisten en que se imputa a Torrijos (¿qué se le imputa? imposible saberlo leyendo el auto) y que por tanto no procede que vaya como testigo. Ni siquiera se le cita en calidad de imputado (algo relativamente frecuente para que pueda ir con abogado y procurador) sino que se dice que como ahora es imputado no puede ir como testigo, pero no hace falta que vaya.

Hay un argumento clave para pedir la dimisión: la imagen de IU. Ha calado que si alguien es imputado tiene que apartarse. Sin embargo no siempre ha sido así: todos hemos hecho piña con un juez imputado (y procesado) por un delito tan grave como es la prevaricación. Era tan evidente que se trataba de una persecución política que no cabía duda de que había que defender a Garzón aunque estuviera imputado. Ayer, en la presentación del código ético de IU Manuel Fuentes, el alcalde de Seseña que se ha enfrentado al Pocero y ha sido denunciado por ello innumerables veces, comentó que él ha estado imputado dentro de la persecución que el Pocero ha emprendido contra él con sorprendente buena acogida de un juzgado concreto (y nunca de las instancias superiores).

Hay veces, como las señaladas, en la que lo democrático es defender al imputado. Según he ido conociendo los hechos tengo claro que éste es el caso, por mucho que sepa que para Izquierda Unida sería un alivio e incluso una lección que Torrijos renunciase a ser candidato. Sé que no más de una decena de personas se leerá el auto que he enlazado y que en términos comunicativos (que es la parte de IU de la que me toca preocuparnos) el caso es brutalmente destructivo si no hay dimisión.

En el Diario de Sevilla dice que el auto le acusa de haber participado activamente, generando un titular demoledor que han repetido todos los medios antes de que nadie leyera el auto. Lo que no dice en qué, cuándo, en qué reunión u órgano participó activamente que haga que se le impute a él y no a todos los miembros de tal órgano. ¿La pertenencia a un órgano sin más se considera delito? Es lo único que se podría deducir del auto… si fueran imputados también los de otro partido tan beneficiado en el caso.

Quienes conocen el caso de la venta de terrenos de Mercasevilla tampoco se explican de qué se le puede acusar. No se conoce un sólo trámite dado por una decisión de Torrijos. La propuesta de contratación que según la jueza es delictiva se hizo por una mesa de contratación del concurso en la que Torrijos no estaba ni se le esperaba a partir de un pliego de condiciones aprobado en una Comisión Ejecutiva de Mercasevilla, por el Consejo de Administración y por la Junta General de Accionistas. Posteriormente es aprobado por el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla. La contratación es decidida por el Consejo de Administración de Mercasevilla.

Es imposible saber de qué se acusa a Torrijos, de qué hechos, por qué delito… Y sin embargo la imagen es demoledora. Un asesor de imagen recomendaría que Torrijos dimitiera y el año que viene, archivada su imputación como sin duda sucederá al primer recurso que se presente (pasadas las municipales, claro) vuelva a primera línea como héroe de la limpieza ética y estética presentándose como cabeza de lista de IU en Sevilla en las próximas autonómicas o generales. Un asesor ético, en cambio, tendría serias dudas: por feo que quede, por injustamente triturada que quede la imagen de IU, cuanto más se conoce el caso más injusto parece lo que le están haciendo a Torrijos.

Que es un lío, no lo niego. Que no es tan evidente como quería reflejar el titular del Diario de Sevilla, tampoco lo puede negar nadie.

Tomado de: http://blogs.tercerainformacion.es/...