Redacción •  Euskal Herria •  24/04/2024

«El texto sobre Palestina que aprobará el Consejo de Gobierno de la Universidad del País Vasco es una declaración de intenciones, sin compromisos reales»

Desde la Red por Palestina del Campus de Leioa de la UPV/EHU creemos que el texto es insuficiente, define el genocidio como catástrofe humanitaria, condena el «terrorismo» y niega el carácter político del conflicto. Asimismo, reclamamos la creación de una comisión que estudie e implemente medidas concretas para que nuestra universidad rompa relaciones con empresas y entidades que colaboran directamente o indirectamente con el régimen sionista, para convertir la UPV/EHU en una universidad libre de aparheid.

«El texto sobre Palestina que aprobará el Consejo de Gobierno de la Universidad del País Vasco es una declaración de intenciones, sin compromisos reales»

Comunicado Red Universitaria por Palestina (profesorado, alumnas y trabajadoras)

Hoy, 24 de abril, el Consejo de Gobierno de la Universidad del País Vasco UPV/EHU aprobará una declaración sobre la situación de Palestina. La red Universitaria a favor de Palestina del Campus de Leioa queremos pronunciarnos al respecto. Somos conscientes de que el Consejo aprueba este texto gracias al trabajo que cientos de organizaciones y grupos están realizando en otras universidades, pueblos y ciudades, y al que nos hemos sumado recientemente. Sin embargo, queremos señalar que el texto se reduce a una declaración de intenciones que no concreta ni garantiza los medios para realizar una acción efectiva de ruptura con el estado de Israel y sus instituciones, culpable de la situación actual en Gaza y otros territorios ocupados, ni tampoco con el entramado empresarial que saca provecho o facilita el proyecto sionista. En una propuesta que tratamos de hacer llegar al Consejo de Gobierno para ser debatida y votada, propusimos la creación de una comisión abierta y vinculante para tratar este tema, medida que no ha sido aprobada y ha sido sustituida por una declaración de intenciones poco detallada y, sobre todo, que no indica quién y cómo llevará a cabo esta ruptura de relaciones y negocios con Israel.

Nuestros desacuerdos con la declaración institucional se refieren tanto al enfoque, como al marco y lenguaje utilizados. Catalogar el genocidio como “catástrofe humanitaria” o hablar de “condena al terrorismo”, nos lleva a situarnos en polos opuestos a la hora de establecer un plan de acción. No podemos negar el carácter político de lo que está sucediendo en Palestina y exigimos que se reconozca como lo que es: un genocido. Cualquier otra terminología, o hacer entender que las acciones militares de Israel son reactivas respecto a las acciones de Hamas, contribuye a blanquear las acciones del Estado sionista.

Hablar del “reconocimiento de Palestina” o de una “mayor solidaridad con el pueblo palestino” es positivo pero insuficiente. Ha habido tiempo para reconocer al estado Palestino como un estado legítimo. Ahora, otorgar un estatus simbólico a un pueblo al que se le ha destruido toda infraestructura política, económica, sanitaria y educativa, no va a solucionar la situación. El momento exige ir más allá y no reconocer a Israel como estado legítimo.

Además del reconocimiento por parte de la UPV/EHU del genocidio del pueblo palestino, y teniendo en cuenta que la universidad debería ser un espacio de transformación social, reclamamos algo más que una declaración humanitaria. Deberíamos poder exigir un compromiso político por la justicia social, aquí y en todo el mundo. Cansadas de posicionamientos ambiguos y declaraciones de intenciones, exigimos respuestas materiales. Pedimos no sólo el cese de relaciones con Israel, sino también el boicot a las empresas que lo apoyan y, sobre todo, exigimos claridad, compromiso y transparencia en el proceso.

La vía que planteamos para estudiar las dimensiones y estrategias a seguir para ello fue la creación de una comisión que incluyera a miembros del Consejo de Gobierno, juristas, especialistas, sindicatos y otras organizaciones, redes o personas individuales. Esta debería ser abierta, pública y transparente, un espacio habilitado con recursos e infraestructuras, con posibilidad de incidencia, concreta y efectiva; una comisión abierta, cuya primera e imprescindible labor es conocer y mapear las relaciones que la universidad tiene con esas empresas e instituciones.

El texto En concreto, reclamaríamos el cese de las relaciones económicas con las empresas HP y AXA Seguros, ambas recogidas en la lista elaborada por la campaña BDS. La primera aporta materiales informáticos para fines militares en Israel, entre ellos la tecnología necesaria para establecer, mediante tarjetas de identificación, un apartheid geográfico para la población palestina. La segunda, tiene más de 7 millones de dólares en tres bancos israelíes nombrados en la base de datos de la ONU de empresas involucradas en negocios con la estructura de asentamientos ilegales de Israel. Son sólo dos ejemplos de empresas a las que podemos presionar mediante nuestro boicot, para detener el genocidio en Palestina y empezar a pensarnos como una universidad libre de apartheid.

Asimismo, la comisión podría facilitar también el de algunas medidas que el texto aprobado hoy propone. Podemos, sin duda, elaborar programas de acogida para personas refugiadas, pero, según cómo lo hagamos, podemos estar contribuyendo a una despoblación que, de facto, responde a los intereses sionistas. Por eso es importante detallar quién y cómo va a tomar esas medidas, y establecer mecanismos para monitorizarlas: con quién se van a contrastar, quiénes son las contrapartes de esos programas etcétera.

No olvidemos que estamos ante una institución con una gran capacidad de acción, de la que es consciente y de la que parece no querer hacer uso ya sea por intereses económicos o sesgos ideológicos. La constitución de la comisión sería ejemplar y supondría un avance para supervisar y dar otro rumbo a nuestros lazos coloniales y militares en el oeste de Europa. Podría sentar las bases para una auditoría que ponga a examen los efectos de las injusticias que constituyen la sociedad occidental actual.

Así pues, aún pudiendo valorar de forma positiva el esfuerzo y algunos de los contenidos del texto, entendemos que someter a votación un texto que no se establezca bajo los términos que aquí se esbozan resulta insuficiente.

Asimismo, nos gustaría denunciar la presencia constante, abusiva y absolutamente innecesaria de policía y fuerzas de seguridad privada en el campus. Precisamente, ayer mismo la Ertzaintza trató de fiscalizar la concentración pidiendo el boicot a Israel que tuvo lugar en el campus de Ibaeta en Donostia e identificó a una de las asistentes. No es un hecho aislado, ni siquiera es el más grave de los últimos meses en que hemos visto cargas policiales y desalojos en los campus. Responde a una forma de actuar que parece haberse instalado en el equipo de gobierno de la UPV/EHU. Desde aquí, queremos reivindicar que la universidad es un lugar de estudio e investigación, pero también de crítica y disenso. Las actividades políticas se deberían desarrollar sin necesidad de pedir permiso ni comunicar a nadie.

Red por Palestina de la UPV/EHU

Nuestra red ha llevado a cabo una serie de acciones y movilizaciones en los últimos meses, con la intención de contibuir al clima ya presente de cuestionamiento de una idea errónea: no podemos hacer nada para detener el genocidio en Israel. Nos hemos sumado a esa gran parte de la sociedad que se está movilizando en manifestaciones, acciones y campañas. Formamos parte de una red más amplia de universidades de todo el estado español. Hemos querido traer al ámbito académico la idea que la campña internacional BDS (Boicot, Sanciones y Desinversiones) ha planteado hace tiempo: que el boicot ciudadano es una herramienta para acabar con el genocidio. Sabemos que el alcance de las acciones de una universidad como la nuestra es limitado pero importante, y puede servir para presionar a quienes realizan, apoyan o consienten el genocidio, rompiendo las relaciones con universidades de Israel, pero también dejando de contratar servicios y productos a empresas clave en el proyecto supremacista israelí.

Empezamos a reunirnos con la idea de que la mayoría de la comunidad universitaria se posicionaba contra el genocidio y quería actuar al respecto. Ya en febrero observamos como el Claustro de la universidad proponía un texto de denuncia y demanda de medidas que, a pesar de ser debatido, no pudo ser votado.

Comenzamos ahí nuestra labor “de abajo arriba”. Propusimos un modelo de moción que ha sido aprobada al menos en 10 departamentos, que suman a unas 400 personas. Hemos realizado asambleas, movilizaciones y charlas como la de Francesca Albanese, relatora de la ONU para los territorios Palestinos que presentó su informe “Anatomía de un Genocidio” y no se cansó de recordarnos que “el momento de pararlo es ahora”. En ese mismo sentido, presentamos una propuesta de texto para el Consejo de Gobierno, texto que hoy será leído pero no votado, al haber consensuado el Consejo otro texto paralelo que, como ya indicábamos, calificamos de insuficiente.


Palestina /