La empresa de capital sueco EOLUS pretende instalar un parque eólico en Ayora-Cofrentes, invadiendo la Red Natura 2000 en España
Con un gigantesco parque eólico, la eléctrica sueca viene a sacar tajada del ‘territorio de sacrificio’ al que se ha condenado al Valle de Ayora-Cofrentes.

Comunicado ANAV Renovables: EOLUS quiere su parte del pastel
En esta ocasión son 28 los nuevos aerogeneradores que la empresa de capital sueco EOLUS proyecta instalar en el sacrificado territorio del Valle de Ayora-Cofrentes, concretamente en el Monte de Utilidad Pública “Las Pedrizas y Agregados”, en el término municipal de Teresa. No sería un parque eólico más: con una potencia nominal individual de 8 Mw y un diámetro de aspas de 175 metros, el tamaño de estos molinos doblaría el de la mayor parte de los que hay instalados en España. Además, el emplazamiento elegido por la empresa, en pleno Macizo del Caroche, bordea la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) denominada “Sierra Martés-Muela de Cortes” e invade de hecho la Zona de Especial Conservación (ZEC) “Muela de Cortes y el Caroche”, integradas ambas en la Red Natura 2000, red de Espacios Protegidos de la Unión Europea. Por lo visto EOLUS quiere entrar en el mercado español de renovables mostrando una versión renovada de la pretendida sensibilidad ambiental escandinava: la presencia en la zona de especies protegidas como el águila real o directamente en peligro de extinción, como el águila-azor perdicera, no parecen ser obstáculo para los promotores del proyecto, tan fuera del alcance de la concienciada opinión pública nórdica.

Ha sido de nuevo la Asociación Naturalista de Ayora y la Valle (ANAV) la que ha presentado, ante la Dirección General de Política Energética y Minas del Ministerio para la Transición Energética y el Reto Demográfico, las alegaciones contra la que entienden como enésima agresión a los demostrados valores naturales y paisajísticos de la comarca. Lo hizo el pasado 6 de julio, después de que EOLUS presentara su Documento Inicial del proyecto. ANAV suma esta nueva acción a la denuncia presentada este mismo mes ante la fiscalía contra 25 proyectos de plantas fotovoltaicas, así como, con anterioridad, la incoación de un recurso contencioso-administrativo contra una iniciativa que desregulaba la planificación urbanística local, auspiciada por los ayuntamientos de Ayora, Jarafuel y Zarra, para favorecer la instalación de este tipo de proyectos.
La comarca, designada por la administración valenciana “territorio de sacrificio” para satisfacer la demanda por parte de multinacionales y fondos buitre de grandes cantidades de terreno barato donde colocar sus lucrativas plantas energéticas al olor de la “emergencia climática”, es un terreno abonado al que EOLUS no ha querido dejar de acudir para rapiñar su parte.

Error de cálculo
Según ha detectado ANAV, para justificar la idoneidad del proyecto la firma sueca ha recurrido a un cálculo teórico de “aerogeneradores sobrantes” de las Zonas Eólicas adyacentes a la escogida por ella que sería erróneo. El Plan Eólico Valenciano divide el territorio autonómico en Zonas Eólicas, y asigna unas cabidas en aerogeneradores y potencias a instalar, siendo la Zona XI la que alberga el paraje de “Las Pedrizas”. Según argumenta la empresa, la instalación de sus 28 aerogeneradores vendría legitimada por un cálculo según el cual en las Zonas adyacentes X y XII existirían unos “sobrantes teóricos” que permitirían trasladarlos a la XI sin que resultara saturada. Pero la organización ecologista denuncia que para obtener esos “sobrantes”, EOLUS ha tomado en consideración los diámetros de las aspas “y no la sección del círculo que describen en su giro”, lo que conduce a tolerar “un número de molinos superior al que sería correcto” – de hecho, no existen “sobrantes teóricos” algunos- y con ello, a un mayor impacto sobre el valor natural de la zona elegida. La zona forestal de ubicación del proyecto, en su mayor parte, está catalogada como Monte de Utilidad Pública n.º 191, titularidad de la Generalitat Valenciana.
La Sierra del Caroche es uno de los espacios naturales menos alterados de la Comunidad Valenciana, con apenas infraestructuras que lo degraden en su interior. Su fragosidad y aislamiento, ya descritos en el siglo XVIII por el botánico Cavanilles, lo convierten en uno de los mejores refugios de flora y fauna que aún perduran, razón por la cual quedó incluida en la Red Natura 2000, red de espacios protegidos por la legislación medioambiental europea que la instalación auspiciada por EOLUS contravendría, tal y como denuncia ANAV.