La huelga de alquileres consigue las primeras victorias en Banyoles (Gerona), y su seguimiento se multiplica
- Inquilinas de nuevos bloques se preparan para sumarse a la huelga y hacen un llamado a un gran acto el 29N en L’Hospitalet de Llobregat.

La huelga de alquileres ya ha ganado en Banyoles. En este municipio, 47 viviendas protegidas del bloque propiedad de Inmocriteria —la inmobiliaria de la Fundación La Caixa— serán adquiridas por el Incasòl antes de finalizar el mes, tal como anunció ayer este órgano y aprobó el pasado jueves su Consejo de Administración. De este modo, estas viviendas quedarán blindadas como públicas y protegidas para siempre.
Forman parte de las más de 1.700 viviendas de protección oficial que la Obra Social La Caixa construyó con dinero público y que, después, traspasó a la empresa Inmocriteria. Pasados veinte años, el régimen de alquiler protegido de estos pisos expiraba y La Caixa empezó a expulsar a los vecinos para poder vender y privatizar las viviendas. Además, durante estos años los inquilinos han sufrido cláusulas abusivas, falta de mantenimiento y precios inflados por encima de los límites de la vivienda protegida. Todo ello les llevó en 2020 a organizarse con el Sindicat de Llogateres y, posteriormente, a llevar a la empresa a los tribunales en dos ocasiones. Son procesos por las cláusulas abusivas y por el IBI cobrado indebidamente, que actualmente siguen abiertos en los juzgados.
El pasado jueves el Incasòl también apruebó la compra de dos promociones más de la Fundación La Caixa ubicadas en Mollet del Vallès (34 viviendas) y en Lleida (98 viviendas). El traspaso de estas viviendas protegidas en proceso de descalificación hacia el parque público de vivienda es la principal demanda de la huelga de alquileres contra la Fundación La Caixa, en marcha desde el pasado 1 de abril por 68 familias, a la que pronto se sumarán nuevas familias.
La huelga se multiplica y continúa hasta que todos los bloques en huelga pasen al parque público
Desde que se intensificó la lucha de las inquilinas de La Caixa a inicios de 2024, ya se ha conseguido que más de 600 viviendas pasen a ser públicas y protegidas para siempre. Pero aún quedan más de un millar de pisos en distintos municipios del país en riesgo de privatización y de expulsión de las familias que los habitan.
En abril comenzó una huelga de alquileres que se ha sostenido durante 8 meses por 68 familias de Banyoles, Sentmenat, Sitges y Palau-solità i Plegamans. Hasta ahora, han retenido más de 250.000 euros en alquileres. Se trata de la huelga de alquileres más importante de los últimos años y ya ha logrado una primera conquista tangible.
Esta huelga sigue en marcha hasta alcanzar los objetivos propuestos: que las viviendas pasen a ser públicas, se retiren las demandas de desahucio, se renueven los contratos sin cláusulas abusivas y se garantice un buen mantenimiento de los edificios. De hecho, se multiplicará en las próximas semanas.
En Lleida, las inquilinas decidieron hace unas semanas sumarse a la huelga de alquileres. Llevan meses organizándose de la mano del Sindicat de Llogateres y de la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca de Lleida, gracias a un convenio de doble afiliación firmado en el marco de la Confederació Sindical d’Habitatge de Catalunya.
Durante las últimas semanas se han organizado brigadas para llamar a la puerta de más de 300 familias que viven en viviendas de protección oficial de La Caixa en otros municipios, y se han celebrado asambleas en bloques de Barcelona, Mataró, L’Hospitalet y Terrassa. Estos vecinos se están preparando para incorporarse a la huelga de alquileres en las próximas semanas.
El apoyo a la huelga de alquileres tiene una cita el 29 de noviembre en L’Hospitalet de Llobregat
También se multiplican las acciones de solidaridad con la huelga de alquileres. El sábado 29 de noviembre se celebrará un gran acto de apoyo en L’Hospitalet de Llobregat, frente a dos de los bloques, donde el rapero Baya Baye ya ha confirmado su participación.
Esta victoria demuestra que la huelga de alquileres sirve y que la organización inquilina es la única garantía para defender el derecho a la vivienda. Por eso la lucha continúa expandiéndose y durante las próximas semanas anunciaremos nuevas movilizaciones y actos públicos. El Sindicat de Llogateres hace un llamamiento a solidarizarse con las huelguistas, llenar la caja de resistencia y sumarse al sindicato. Cuando las inquilinas nos plantamos, ganamos.
