Rebeldes Indignadas; «Incendios: la ganadería es la causa principal, no la solución»
Desmontando la pirámide de bulos, desinformación y supremacismo humano.
Una nueva oleada de incendios forestales, cada vez más devastadores, asola la Península Ibérica y con ellos una ola de desinformación que se repite de forma ubicua: la causa de los incendios sería la despoblación rural y la insuficiencia de prácticas ganaderas extensivas que “limpien” el monte. Desmontamos a continuación los bulos que sostienen esta grave desinformación, que oculta una realidad exactamente opuesta y cuyo enorme calado está en el epicentro de la crisis climática: la ganadería extensiva es precisamente la principal causa de la crisis ecológico-climática, y de los incendios.

Comunicado de Rebeldes Indignadas (Rosa Mas y Jaym*/Jaime del Val)
El verano de 2025 torna a ser fatídico para los ecosistemas forestales debido, una vez más, a los gravísimos incendios, en su mayor parte, provocados, lo que, a su vez, ha vuelto a generar la dispersión por los medios de comunicación de los mantras habituales en cuanto a que los animales domesticados son clave para la prevención del fuego en los montes. Ya en un artículo anterior, titulado “Los incendios se apagan en tu plato”analizábamos, desde este colectivo, los diversos bulos que suelen propagarse al respecto y que responden a la persistente visión antropocéntrica y supremacista sobre la naturaleza y sus habitantes. No, los ecosistemas no mejoran con la acción humana; por el contrario, los ecosistemas se recuperan cuando quedan despoblados de seres humanos, particularmente, del pastoreo.
Desmontando la pirámide de bulos
1. El monte no arde porque haya maleza, sino de forma intencionada en la mayoría de los casos: según las estadísticas, más de la mitad. De estos, dos tercios son provocados en relación con prácticas agropecuarias. Los datos son abrumadores:
· Según la más reciente Estadística General de Incendios Forestales de España del Ministerio de Agricultura, de 2015, el 54% de incendios son intencionados y de estos el 70% son por “prácticas agropecuarias tradicionales”. Otro 27% de incendios son accidentales y de ellos también más de un cuarto son por prácticas agrícolas y ganaderas. En total, sumando intencionados y accidentales, al menos el 81% de incendios son provocados, con las prácticas agropecuarias como causa de aproximadamente la mitad del total, muy por delante del resto de causas. Según el proyecto España en Llamas, basado en la Estadística General de Incendios Forestales (EGIF), la mitad de la superficie quemada intencionalmente con motivos conocidos se debe a prácticas ganaderas, muy por delante del resto y el mapa de incendios deja claro que estos son mucho más habituales en las provincias con más ganadería extensiva (Noroeste y Ávila).
· En zonas con más tradición de ganadería estensiva estos porcentajes suben aun más:
· Según el Plan de prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales de 2024 del Gobierno de Asturias, el 95% de los incendios investigados en 2023 fueron exclusivamente para crear pastos de ganado. Extracto de la pag. 5: “Del total de la superficie investigada, el 99,67% corresponde a incendios por causa intencionada, un 0,32% a negligencias y causas accidentales, y en un 0,01% no se ha podido determinar la causa. En la investigación de la superficie afectada en los incendios intencionados se han distinguido un total de 5 motivaciones, entre las que destaca el grupo de “Incendios provocados por pastores y ganaderos para regenerar y favorecer el nacimiento del pasto” con un 95,02%, seguida de «Otras motivaciones» con un 4,88%. El resto de motivaciones (“Incendios causados por agricultores para eliminar matorral y residuos agrícolas que se dejan arder incontroladamente y pasan al monte”, “Incendios provocados por vandalismo” e “Incendios provocados como venganza por multas impuestas”) no alcanzan el 1%.”
· Según José Antonio García, presidente de la Asociación Profesional de Técnicos Auxiliares del Medio Natural en Cantabria, el 99% de los incendios en Cantabria “son ganaderos que queman para conseguir pastos«.
2. Esto es así ahora y desde hace milenios, es el principal motivo documentado por el que la península Ibérica se ha deforestado históricamente y en la prehistoria: sobre todo para crear pastos de ganadería. Las primeras dehesas las habrían creado los pueblos Romanos hace 2.500 años, asociadas a la trashumancia, si bien estas prácticas podrían tener raíces miles de años antes, en el Neolítico o incluso el Mesolítico, cuando surgen la agricultura y la ganadería, que es también cuando surge la deforestación.En paises como Inglaterra los Celtas alteraron profundamente el paisaje deforestando para ganadería en el periodo entre el Bronce tardío y la Edad del Hierro, y en Cantabria se atribuye la deforestación con incendios para pastos de ganado a periodos desde hace más de 5.000 años y se habría incrementado en la Edad de Bronce. En la Sierra de Urbión en Soria se documenta el mismo proceso. El proceso es ubicuo y la explotación ganadera está bien documentada en la península al menos desde hace 5.000 años. Posteriormente, numerosas fuentes atribuyen la deforestación sucedida en Castilla y León, hace unos 500 años, principalmente al Honrado Concejo de Mesta, la poderosa asociación de ganaderos que había sido creada en 1273 por Alfonso X el Sabio. Por ello es peligroso romantizar la imagen “bucólica” del campo y sus tradiciones, que casi siempre esconden una realidad violenta, fundacional de la crisis planetaria y que bajo ningún concepto se puede reivindicar.
3. Es así a nivel internacional y con catastróficos efectos planetarios, véase la Amazonia, donde la creación de pastos de ganado extensivo supone el 80% de la deforestación, sin contar los cultivos de soja, en su mayoría también para alimentar ganado, como ya analizamos en el mencionado estudio“Los incendios se apagan en tu plato”. Este gravísimo ecocidio y crimen se prevé que llevará al inminente colapso de la selva amazónica, que se convertirá en una sabana, desapareciendo el principal ecosistema y pulmón del planeta. A nivel global, según el laboratorio Global Land Analysis and Discovery (GLAD) de la Universidad de Maryland, los pastos para el ganado causan “aproximadamente cinco veces más deforestación que cualquiera de los otros productos básicos” o sea más de un 80% del total. Como veremos más abajo este el motivo por el que esta devastadora industria es la principal causa de la crisis ecológico-climática (al revés de ser una solución a la misma como algunos desinformadores afirman sin base alguna y contra toda evidencia).
4. El monte bajo de arbustos no es un problema, al contrario, es parte esencial del ecosistema. Lo que faltan son herbívoros salvajes y libres, que han sido exterminados por la ubicuidad de la ganadería, agricultura y caza. Esto debe paliarse resilvestrando masivamente la tierra, liberándola de la ganadería y devolviendo la biodiversidad a ecosistemas degradados como la dehesas.
5. También es falso que haya abandono rural tras los incendios, como ya decíamos, lo que hay es intencionalidad ligada a prácticas agropecuarias.Como bien documenta Juan Miguel de la Fuente en el artículo “No, el ecologismo no quema el monte”: “Contrariamente a lo esbozado por los medios de comunicación no especializados, la disminución de habitantes del medio rural no está ligada al aumento de la superficie perdida por el fuego. […] el fuego disminuye a lo largo de la historia, al mismo tiempo que crece la despoblación rural.” Por otro lado, la creencia de que la naturaleza ya no sabe auto-regularse sin human*s dominantes podría tacharse un delirio psicótico supremacista sin base defendible alguna.
6. De hecho los lugares con mayores incendios: noroeste peninsular o provincias como Ávila, coinciden con aquellas con más ganadería extensiva. En esta línea, también desmonta Juan Miguel de la Fuente en el mismo artículo mencionado el faso argumento de que no se pueda pastorear en la actualidad: “Basta con darse una vuelta por el monte para ver que se puede pastorear. De hecho, no solo no está prohibido, sino que recibe ayudas directas e indirectas de la Unión Europea, el Gobierno Central y las Comunidades Autónomas. Además, estamos viendo incendios forestales de grandes dimensiones en Ávila, provincia que reúne el 85% de la trashumancia de todo el país, o en Málaga, que es el territorio español con el mayor censo de cabras domésticas. De hecho, es en el noroeste ibérico -la zona más afectada por incendios de manera recurrente y de manera histórica- donde se concentra la mayor parte de la ganadería extensiva. Una vez más, los datos y estadísticas confirman esta realidad. Si miramos las causas de los incendios forestales intencionados, vemos que los relacionados directamente con el pastoreo suponen casi un 30%, solo por detrás de la quema agrícola ilegal.”
7. Como nos recuerda de la Fuente, es precisamente la actividad ganadera la que ha degradado el monte: “Al respecto, ya el Ingeniero de Montes Santiago Pérez Argemí arranca el VIII capítulo de su libro Las Hurdes, escrito en 1921, con esta contundente frase: ‘No puede ser más deplorable el aspecto que nos ofrece las montañas hurdanas. La codicia e ignorancia de los pastores han destruido la riqueza forestal, quemando los árboles dejando limpias las superficies carbonizadas […] las llamas que destruyeron las semillas han consumido las raíces que aprisionaban la tierra, han quemado el manjar de las abejas y han abierto paso al pedregal, que avanza como ola de muerte sobre la yerba destrozada’”.
8. Los incendios se agravan por el cambio climático y, como se reconoce abrumadoramente en la literatura científica, aunque se silencia en el discurso público, la principal causa de la crisis climático-ecológica es precisamente la Industria Alimentaria de Explotación Animal y sobre todo laganadería extensiva, que, no solo produce por sí sola más gases de efecto invernadero que el transporte mundial, sino que es la principal causa de deforestación y destrucción de ecosistemas terrestres y sumideros de carbono, además de emitir CO2 añadido con los propios incendios masivos.
9. Lo que es inadmisible es cómo se distorsiona la información silenciándose la que es con mucho la principal causa de incendios. Y lo más grave es que ese silenciamiento venga, no solo de la ultraderecha, o de supuestos gobiernos de izquierdas, o de la población rural, sino del propio ecologismo, aliado con el lobby ganadero, como denunciamos en el informe Oculto a Primera Vista.
10. Quienes defienden esos bulos suelen atacar a quienes los cuestionamos diciendo que no tenemos idea del campo, que somos urbanitas y teóricas: pero son precisamente esas personas quienes suelen manifestar una visión sesgada por partida doble: por su vínculo interesado con la industria, y por el supremacismo humano imperante que hace que la población compre tan fácilmente la desinformación.
¿Cual es la solución?
Tanto para frenar las olas de incendios intencionados, como para mitigar la aceleración galopante del cambio climático y la degradación global de ecosistemas, que según la mejor ciencia disponible representan la mayor crisis de la historia y una amenaza de extinción humana y de millones de especies en este siglo, el debate, actualmente distorsionado o inexistente, debería centrarse en tres cuestiones clave:
1. Dejar de silenciar a la industria más dañina y desmontar el supremacismo humano que la sostiene.
2. Promover masivamente y sin dilación la transición a dietas vegetales, y basadas en productos locales y de temporada, producidos por prácticas agrícolas de mínimo impacto, alejadas de los monocultivos y del uso de agrotóxicos.
3. Resilvestrar masivamente la tierra reintroduciendo (o bien dejando de exterminar) herbívoros libres en los ecosistemas, desocupándolos de la devastadora acción humana y su doble colonización planetaria: de suelos y mares, y de seres sintientes esclavizados.
Proteger los ecosistemas forestales pasa por liberarlos de actividades humanas, pues detrás de los incendios forestales provocados existen, habitualmente, intereses económicos. Recuperarlos implica revertir nefastas repoblaciones, hechas a medida de la industria maderera, y reintroducir las especies arbóreas vegetales adecuadas a cada espacio sin olvidar el estrato arbustivo que debe acompañarlas como parte inseparable del bosque. Respetar a los demás animales, reconociendo la consideración que merecen como seres sintientes, salva tanto a los animales domesticados como a los silvestres.
Rechazar el especismo es avanzar en justicia social y climática.
Si vives en una zona rural y has asumido la creencia generalizada de que la ganadería extensiva es la solución, te invitamos a que te cuestiones este dogma de fe supremacista sin base alguna, y a que dejes de ser un altavoz del lobby ganadero que nos lleva al abismo.
Desde Rebeldes Indignadas, exhortamos a individuos y organizaciones a sumarse a la Carta Abierta a la Grandes Organizaciones Ecologistas, en la que sumamos ya 28 entidades internacionales exigiendo al ecologismo que abandone su silenciamiento del carácter devastador de la ganadería extensiva, y a hacer suya la campaña No Escojáis la Extinción, en líneas similares. Animamos a las bases a unirse estas iniciativas y romper este negacionismo criminal por el que las grandes ONGs ecologistas y las instituciones políticas “verdes” y medios de comunicación generalistas perpetúan la desinformación promovida por los lobbies ganadero-pesquero-acuícola, ante la más potente medida que todo el mundo podría activar si lo supiera: el cambio inmediato a dietas vegetales, al que habrá de seguir un decrecimiento profundo que desmantele la sociedad explotadora-sedentaria y su expansión planetaria: o lo hacemos voluntariamente o vendrá por un colapso inminente.