«Las plantas de biometano no son circulares y la administración extremeña incumple la legislación de transparencia»
- Ecologistas en Acción de Tierra de Barros se reunió en Villafranca de los Barros a representantes de la Plataformas Salvemos la Coronada, Stop Biogás Oliva de Plasencia, así como de Ecologistas en Acción de La Manchuela de Castilla La Mancha y de Ecologistas en Acción de Extremadura para informar sobre las plantas de biogás.
- Hace un mes la Federación de Extremeña de Ecologistas en Acción presentó alegaciones a la planta de biometano de Villafranca de los Barros, aguas arriba del acuífero de Tierra de Barros al que podría infectar en caso de lluvias torrenciales dadas las pocas garantías que se presentan en el proyecto.
- En los tres proyectos extremeños: el de Villanueva de la Serena que afecta a los vecinos de La Coronada, el de Oliva de Plasencia, demasiado cerca del casco urbano y el de Villafranca de los Barros no se han cumplido las normas de transparencia siendo el caso más escandaloso el de Villanueva de la Serena, ya los perjudicados de La Coronada no pueden hacer alegaciones por desconocer el proyecto.

El grupo local de Tierra de Barros de Ecologistas en Acción se interesó por conocer el proyecto de Helga Power, situado al norte de la localidad al lado de la EDAR y muy cerca del Arroyo de Bonhabal. Hay que decir que la administración regional no está cumpliendo con la legislación de transparencia y buen Gobierno y en el caso de las plantas de biogás, sobre todo en el de La Coronada, llevan un mes sin poder hacer alegaciones porque no conocen el expediente. El artículo 5.4 de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno dice que: “ La información sujeta a las obligaciones de transparencia será publicada en las correspondientes sedes electrónicas o páginas web y de una manera clara, estructurada y comprensible para los interesados y, preferiblemente, en formatos reutilizables…” Hay una obligación para la administración de publicar los documentos sometidos a información pública y la vulneración de obligaciones de publicidad establecidas por ley conlleva la nulidad de la tramitación.
De los tres casos mencionados, en Oliva de Plasencia, las vecinas del pueblo se presentaron en el ayuntamiento para defender el derecho de los vecinos a conocer y pidieron al alcalde que se publicase la documentación de forma telemática en el bandomóvil. Pero la posibilidad de leer la documentación se encontró con otro atentado a la transparencia y es que el director general de Sostenibilidad permitió que la empresa IAM Carbon z ero presentara la mitad de los datos velados, de una forma tan exagerada que el mismo director general mandó repetir el proceso de información pública, todavía con un cuarto de la información velada. Al menos en los dos periodos el proyecto pudo ser debidamente impugnado, con una gran desconfianza por parte de las vecinas y vecinos del pueblo, porque se crea desconfianza cuando se ocultan datos, sea por responsabilidad del municipio, de la empresa o por parte de la misma administración.

En el caso de La Coronada, toda Extremadura conoce su oposición a la Planta de biogás que se proyecta en el término municipal de Villanueva de la Serena, y es que los coroneles y coronelas desde hace varios años tienen que soportar los olores del macrovertedero regional de Villanueva de la Serena sin que sus quejas hayan sido escuchadas. En el anuncio de información pública del proyecto de la empresa Heygaz Spain, SL publicado en el DOE del 3 de abril, se producía un nuevo incumplimiento de las leyes de transparencia por parte de la Administración Regional pues la Ley 27/2006, de 18 de julio, por la que se regula los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de medio ambiente, que traspone el Convenio de Aarhus, en su artículo 6.4 señala que “Las Las obligaciones relativas a la difusión de la información ambiental por medio de las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones se entenderán cumplidas creando enlaces con direcciones electrónicas a través de las cuales pueda accederse a dicha información”, también esta ley en su artículo 13.5, restringe los motivos de denegación de la información ambiental cuando la información implica emisiones al ambiente como es el caso de las plantas de biogás, no puede denegar información por confidencialidad de datos de tipo comercial e industrial ni en otros casos, quedando prácticamente como únicas razones, por relaciones internacionales, de defensa nacional y seguridad pública, de asuntos sujetos a procedimiento judicial, derechos de propiedad industrial e intelectual.
La contestación vecinal a los proyectos se basa principalmente en los malos olores que se desprenden a pesar de las promesas previas. En el caso de Villafranca de los Barros, por lo que se describe en el proyecto básico, habrá olores, es posible que contamine el acuífero de Tierra de Barros en caso de lluvias torrenciales, y no parece un proyecto en el que se hayan cuidado detalles que inspiran confianza.
No queremos dejar de contestar a IAM Carbonzero, que recientemente ha declarado en prensa que “las plantas de biometano son el (o un) paradigma de la economía circular”, pues creemos que confunde interesadamente el manejo tradicional de residuos en una granja familiar para reutilizarlos con el manejo industrial que se propone en una infraestructura para producir combustible fósil.
En este proceso industrial, se añaden insumos técnicos, industriales y químicos que sostienen artificialmente esos procesos, por ejemplo, el ácido sulfúrico se utiliza para reducir la carga de derivados del amoniaco y reducir la alcalinidad del pH en la biodigestión. Utilizar un insumo químico industrial con una huella de carbono considerable, añade un factor lineal, no circular y toxicidad al sistema.

En digestores anaerobios se usan óxidos de hierro como parte del control del ácido sulfhídrico y proteger los equipos de la corrosión. Pero el óxido de hierro no es renovable pues su uso implica una dependencia lineal, no circular, de recursos minerales. Ahí tenemos el proyecto minero de Campillo en el Geoparque Villuercas Ibores y las consecuencias del extractivismo en los territorios.
El carbón activado es utilizado para la purificación del biogás obtenido en el digestor, para convertirlo en biometano, se utiliza para filtrar ácido sulfhídrico, compuestos orgánicos volátiles y siloxanos. Pero la producción de carbón activado requiere procesos energéticamente intensivos y su capacidad de adsorción es finita, por lo que debe regenerarse o desecharse como residuo contaminante y esto nos aleja también de la circularidad.
Otros insumos técnicos que se utilizan en estas plantas son los polímeros sintéticos utilizados para deshidratar el digestato, que es el residuo sólido y líquido del biogás. Los floculantes y coagulantes para el tratamiento de aguas residuales del sistema. La energía térmica y eléctrica necesaria, sobre todo en climas fríos para mantener la temperatura. Los electrónicos, sensores, bombas, controles de automatización que suponen una dependencia de las tecnologías fósiles y materiales críticos.
No se cumplen los principios de circularidad de base que son: reducir la dependencia de insumos vírgenes, minimizar residuos y evitar externalidades.
La afirmación de que las plantas de biometano son un paradigma de la economía circular es una simplificación que no resiste tampoco un análisis sobre su eficiencia energética ni sobre su huella de carbono, pues sólo compensan una fracción muy reducida —entre un 5% y un 11%— de las emisiones del sistema ganadero.
El funcionamiento de las plantas de biogás responde más a una lógica industrial que regenerativa. Por tanto, no son un paradigma de economía circular. Habría un acercamiento a la circularidad con un uso exclusivo de residuos locales que eviten cultivos destinados a la fabricación de combustibles o su importación; integrando en el proceso de cogeneración de calor en ciclos productivos: invernaderos, calefacción en el medio rural, etc.; tratando el digestato de forma adecuada y con control de nutrientes para reincorporarlo al suelo, formando parte de un diseño agroecológico integral, con rotación de cultivos, ganadería extensiva, compostaje, respeto a la biodiversidad.
Sin embargo: las plantas de biometano están desconectadas del sistema agrario de origen y compran sustratos; no valorizan el calor; operan con cultivos dedicados o residuos de industrias intensivas: purines, lodos, restos agroindustriales; generan digestatos con posibles cargas contaminantes; y solo compensa una fracción pequeña de la huella del sistema del que depende. Y no consideremos la queja de los vecinos de que alejan este tipo de plantas de los cascos urbanos.