Redacción •  Actualidad •  01/12/2025

PACMA señala a la caza y las macrogranjas como facilitadores de la expansión del virus de la peste porcina africana

  • El reciente foco detectado en jabalíes silvestres en Cataluña subraya los riesgos vinculados a la caza, la gestión cinegética y la ganadería.
  • El Partido reclama una revisión urgente del modelo ganadero y cinegético para evitar nuevas crisis.
PACMA señala a la caza y las macrogranjas como facilitadores de la expansión del virus de la peste porcina africana

Madrid, 1 de diciembre de 2025 – El Partido Animalista PACMA ha señalado este lunes al sector de la caza y la ganadería como «facilitadores» de la expansión del virus que vuelve a atacar España después de 30 años erradicado: la peste porcina africana.

Tras la confirmación de un brote detectado en jabalíes silvestres en Cataluña, la formación política insiste en que la reaparición del virus debe servir como advertencia ante un modelo de gestión ganadera y cinegética que facilita la propagación de enfermedades de alto riesgo.

Según PACMA, determinadas prácticas habituales en el sector cinegético pueden contribuir a la difusión del virus: la manipulación de restos de caza, el movimiento de animales entre fincas y la interacción constante entre fauna silvestre y espacios humanizados incrementan significativamente el riesgo sanitario.

A ello se suma la alimentación suplementaria y otras prácticas que provocan una proliferación artificial de jabalíes, aumentando la densidad poblacional cazable y generando un escenario propicio para la transmisión de virus. La formación política animalista subraya que la “sobrepoblación” de jabalíes no es un fenómeno natural, sino en gran parte una consecuencia directa del propio modelo cinegético.

La responsabilidad de las macrogranjas

Del mismo modo, PACMA destaca la enorme vulnerabilidad del sistema de ganadería intensiva, donde la concentración de miles de animales en espacios reducidos, junto con los continuos movimientos de cerdos entre explotaciones, genera una situación ideal para la expansión de enfermedades.

El transporte, la falta de controles eficaces, la gestión inadecuada de residuos y el posible contacto con fauna silvestre convierten a la industria porcina en un punto crítico que requiere cambios urgentes en bioseguridad. Para la formación, este nuevo brote pone de manifiesto la fragilidad estructural de un modelo que prioriza la producción masiva por encima de la salud.

Ante esta situación, PACMA reclama a las administraciones una revisión profunda del modelo actual. La formación considera imprescindible endurecer las medidas de bioseguridad en las explotaciones porcinas, con controles rigurosos y verificables tanto en las granjas como en el transporte y movimiento de animales. También pide limitar y supervisar estrictamente las prácticas cinegéticas que concentran y manipulan fauna silvestre, ya que incrementan la probabilidad de nuevos focos.

Desde el Partido Animalista concluyen señalando que el brote de peste porcina africana no debe ser interpretado como un incidente inevitable, sino como la consecuencia de un sistema desequilibrado y carente de garantías reales.


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