Resumiendo…
La megamáquina de la que formamos parte tiene demasiada inercia como para cambiar de rumbo. Podemos imaginar una gigantesca peonza de tamaño planetario girando violentamente. Sabemos que no podemos detenerla con la fuerza de nuestros brazos. Ignoramos qué habría de suceder dentro de esa peonza para que dejase de…
29/01/2018
