Asociación de Mujeres “María de Padilla” Toledo •  Opinión •  04/11/2019

Por una justicia que proteja a las víctimas

El martes, 5 de noviembre, el Consejo de la Mujer de Toledo organiza la Concentración en memoria de las víctimas de violencia de género. Cada primer martes de mes le toca leer a una entidad, mañana será la Asociación de Mujeres “María de Padilla”.

Este año, desde la Asociación de Mujeres “María de Padilla”, queremos hablar de las mujeres víctimas de violencia de género que conforman esta Asociación y de sus hijos e hijas, que también son víctimas.

La mayoría de ellas no han presentado denuncia por miedo. Sí, por miedo. El hecho de que estas mujeres se sientan más seguras tratando de salir de puntillas de esta situación, en vez de recurrir a la justicia que es quien tendría que defenderlas, debería hacer reflexionar a las administraciones y a la propia justicia.

Su miedo es un miedo fundado. Cuando una Asociación prestigiosa como la Asociación de Abogadas Themis considera imprescindible que antes de poner una denuncia recurran a pedir ayuda psicológica para poder enfrentarse a lo que supone un juicio por Violencia de Género, da una idea de la situación. 

Desde la Asociación exigimos el cumplimento de la ley 1/2004 de 28 de diciembre en la que se fija que: “En cada partido judicial habrá uno o más Juzgados de Violencia sobre la Mujer, con sede en la capital de aquél y jurisdicción en todo su ámbito territorial”. La situación en Castilla la Mancha es la siguiente: solo existe un Juzgado de Violencia de Género en Albacete, de tal manera que en Toledo se resuelven estas denuncias por los juzgados de lo penal y los de familia, en función de la gravedad y de si hay o no menores. Esto supone que los procesos se dilaten, con el agravante de que, en la mayor parte de los casos, la formación en perspectiva de género no existe o es insuficiente. A pesar de que la mayoría de las mujeres que pasan por esta situación no denuncian, el volumen de casos que se ven en los juzgados de Toledo es de 40 de cada 100, por lo que entendemos que, al margen de cumplir la ley, estaría más que justificada la implantación de un Juzgado de Violencia de Género en Toledo.

Una consecuencia inmediata de todo ello (tanto de la falta de valor y preparación para denunciar como de la ineficacia de la justicia), es la desprotección de sus hijos e hijas. Al carecer de denuncia para que se les preste el apoyo psicológico, que como victimas necesitan, es precisa la autorización del maltratador. Esa situación supone que este servicio, en muchas ocasiones, sea utilizado por el maltratador como elemento de presión y chantaje. Por otro lado, como consecuencia de ello, las medidas de protección no se ponen en marcha y a los hijos e hijas se les obliga a cumplir con los regímenes de visitas, a pesar de que en la mayoría de los casos han presenciado situaciones de violencia y no quieren ir con sus padres.

Otra circunstancia muy común es la amenaza de que les quitarán a sus hijos o de que pedirán la custodia compartida, ya que, al dirimirse estos pleitos en los juzgados de familia, el maltratador pone en juego todos los elementos de la separación o divorcio como herramientas de chantaje: regímenes de visitas, custodias, pensiones…. 

En los casos en los que no se tienen hijos o estos son mayores, las mujeres renuncian a todo para terminar cuanto antes el proceso, lo que supone que tengan que empezar desde cero, sin recursos. Por otro lado, cuando las mujeres tienen hijos menores se enfrentan a la terrible situación de que estos sean utilizados por el maltratador para continuar con la tortura hacia ellas, sintiéndose muy desprotegidas, aún más cuando los recursos no llegan. Habría que establecer algunos protocolos en los propios juzgados para que se detectaran estas situaciones, al igual que habría que establecer recursos de protección que se activaran ante la sospecha de la existencia de malos tratos.

La batalla judicial en cualquier separación no amistosa es dura, pero si hay una situación de violencia se convierte en una guerra en la que las mujeres llegan hundidas y a lo primero que se exponen es a los cuestionamientos tanto de su entorno como de la justicia.

Este año el número de asesinatos machistas en España es de 88, de ellos, 3 son menores asesinados por sus padres, y han quedado huérfanos 37 menores de edad.

Desde la Asociación de Mujeres “María de Padilla” exigimos de los poderes públicos:

  • La implantación de un Juzgado de Violencia de Género en Toledo que resuelva estos casos específicos con sus particularidades.

  • Protocolos adecuados en los juzgados para detectar de oficio, en los procesos de separación o divorcio en los que no ha habido ningún tipo de denuncia, la existencia de maltrato, y se actúe en consecuencia.

  • Un servicio psicológico adecuado y complementario que prepare a las mujeres para que se atrevan a denunciar en los casos en los que estén sometidas a violencia de género.

  • Los recursos de protección adecuados para que estas mujeres y sus hijos e hijas se sientan seguros sin que se ponga en peligro su integridad y sus vidas.

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO, TOLERANCIA CERO

¡NI UNA MENOS!


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