Ramiro Gómez •  Opinión •  15/10/2019

Un ejercicio hipotético sobre la oposición venezolana en un contexto latinoamericano

Un ejercicio hipotético sobre la oposición venezolana en un contexto latinoamericano

Yo considero , el Síndrome Adámico de la Política, es una categoría de análisis tomada del origen teológico de la humanidad, dónde la culpa de la causa del pecado original es del otro, de la tentación, del árbol que produjo la manzana, o de la serpiente que incita, es decir, la culpa de la acción del pecado es del otro. Y también que, es traspolado a la política, la misma está siendo llevada por los actores políticos de derecha por el síndrome Adámico, como es caso del traidor Lenin Moreno que no asume la responsabilidad de las medidas neoliberales que ha tomado en contra de los intereses de las mayorías populares de su país y a favor del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial; el infeliz, Lenin Moreno, prefiere decir que el Presidente Nicolás Maduro y el Ex Presidente Correa son los culpables de las revueltas y refriegas, pues bueno, cuando las consecuencias son negativas otros tienen la culpa.

Lo mismo ocurre con el sub presidente de Colombia, y con el ya casi depuesto Presidente de Perú, según ellos Maduro y los venezolanos residenciados o no en esos países, son los culpables de sus malas políticas, pues los otros son los culpables de la incapacidad e ineptitud de Duque y Vizcarra.

Ni hablar del impresentable títere, autonombrado, el diputado Rastrojo que se llama Juan Guaidó, quien después de posar con consentimiento y satisfacción al lado de los cabecillas de la banda criminal Los Rastrojos, banda heredera de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), dedicada al narcotráfico y el contrabando, dice, Guaidó, no estar al tanto de todo esto. La manifestación del Síndrome Adámico en el diputado Rastrojo se muestra en el típico yo no fuismo o la culpa es de Teté, del que no esté.

Así van en una extensa cadena que llega hasta los más minúsculos dirigentes de la derecha, hasta los que ocupan un carguito por designación o elección popular, por ejemplo, Smolansky, Ocariz y demás hierbas aromáticas parecidas o iguales. Esta clase de personajillos se la pasan echando la culpa de su incapacidad, ineficiencia e ineptitud en la gestión a los otros, los otros tienen la culpa de que ellos nunca trabajaron por la comunidad que alguna vez los eligió, ellos nunca cumplieron con la responsabilidad para la que fueron electos, pues la responsabilidad es de otros. También son típicas las zancadillas, las puñaladas traperas; o la maledicencia y los corillos para desprestigiar, preferiblemente a los ausentes, en reuniones públicas y privadas, o en radio, prensa y TV; en los arrabales también valen las patadas, los puños y los mordiscos. Todo lo anterior se justifica, porque hay que echar la culpa a otro, a quien sea, así sea al gato se le echa la culpa.

El síndrome la culpa es de los otros, distorsiona la realidad en el otro de forma negativa, inclusive puede inducir a sentir odio, antipatía, temor, desprecio, rabia por el otro, por cualquier razón, por la nacionalidad, por el origen étnico, por el estatus social, por la religión, por la edad, o por simple revanchismo político.

Ahora, la pregunta qué podemos hacernos es ¿por qué los personajes de la derecha padecen obsesivamente el Síndrome Adámico en la política?

  • porque necesitan ocultar su incapacidad e ineficiencia y con ese fin responsabilizan a otros;
  • porque necesitan desviar el foco de atención y distraer a los incautos e incautas, muchas veces ofendiendo la inteligencia del común trasladan la culpa al otro;
  • porque necesitan deslindarse de sus responsabilidades y de las consecuencias de sus acciones, utilizando un discurso vilmente manipulador y cínico les echan la culpa a los otros.

Todo lo que significa que es una manera cobarde de planchar la arruga.  Así es como los cobardes empezando por el traidor Lenin Moreno, seguido del narco paraco Sub Presidente de Colombia Iván Duque, del títere Vizcarra, y de Juanito Alimaña el diputado de los Rastrojo y demás secuaces, le echan la culpa de sus rollos al Presidente Nicolás Maduro y a los venezolanos.

* Ramiro Gómez es un comunicador alternativo latinoamericano experto en temas como el Medio Oriente, la revolución cubana, Nicaragua, Colombia, la revolución Bolivariana, la Unión Soviética y la Guerra Civil española.


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