Juan Rivera •  Opinión •  19/07/2019

La culpa siempre es de Pablo Iglesias (y por supuesto, de Unidas Podemos)

La culpa siempre es de Pablo Iglesias (y por supuesto, de Unidas Podemos)

Cuentan las crónicas clásicas que Marco Porcio Catón “El Viejo”, alarmado por lo que podía suponer para Roma una Cartago próspera, promovía entre sus compatriotas la Tercera Guerra Púnica (149-146 a.C.) rematando sus intervenciones públicas – dentro y fuera del Senado, aunque  no viniera a cuento – con la contundente soflama “Ceterum censeo Carthaginem esse delendam” (“Por lo demás opino que Cartago debe ser destruida”).

Más de 2200 años después los voceros del Sistema repiten machaconamente en el altavoz de los medios de difusión el estribillo,esta vez adaptado a los tiempos, “Unidas Podemos delenda est” ( “Unidas Podemos debe ser destruida”).   

Aunque para despistar juren y perjuren que el cañón de la recortada solo apunta al de la coleta los incrédulos pueden pegar el oído cuando hablan jerifaltes de la CEOE y burócratas del aparato Psoe(z) y sacar sus propias conclusiones.

Porque aunque Gabinete Caligari le echase la culpa al cha-cha-chá, para la Oligarquía económica que desparrama sus peones por todo el Sistema Político transversal (un cordón umbilical nada imaginario traspasa a los aplicados chicos de Vox sosteniendo trifachitos y enhebra a Ciudadanos y PP hasta tocar al pilar del Borbonismo, el PSOE) la culpa de los males de España la tiene no la aplicación inmisericorde del capitalismo salvaje con sus secuelas de corrupción, abusos, chanchullos, pérdidas de derechos, leyes retrógradas como la Mordaza, sino Gargamel, el maligno y estúpido brujo de los pitufos, que en la política hispana responde al nombre de Pablo Iglesias.

Después de Julio Anguita es el dirigente al que le han pinchado más alfileres para convertirlo en muñeco de vudú y, de camino, en una caricatura.

Porque fue el “perroflautapodemita” quien impidió en 2016 el pacto de investidura entre Sánchez y Rivera, “Iglesias es culpable”.

Porque Unidas Podemos tiene la osadía de recordarle al Psoe que para gobernar como mayoría absoluta le faltan 53 diputados -123 no lo son- o que un gobierno de coalición implica lo que la palabra sugiere “unirse con otras personas para algún fin” y no un trágala para tus posibles aliados, “Iglesias es culpable”.

También es culpable de sacar a la luz el ridículo veto a personas (¿imagináis lo que dirían quienes lo justifican si desde UP se planteará dar los votos al PSOE con la condición de que en el gobierno no esté Sánchez?) o denunciar el constante ninguneo y falta de respeto a más de tres millones de votantes.

Y por supuesto por no fiarse al pensar que el papel resiste todos los acuerdos programáticos, pero se convierte en mojado cuando la garantía de cumplirlos no pasa de una etérea declaración de buenas intenciones llevadas por el viento y desear ejecutarlos sin seguir un guión limitado a decirle al Psoe “Si, señorita Escarlata, lo que guste señorita Escarlata”.

El guirigay de estos días sigue la lógica de la ceremonia de confusión que tan bien le ha funcionado a Sánchez en su carrera. Esa que mantiene un discurso rojo izquierdista en la oposición para, una vez alcanzado el Gobierno, desempolvar el traje de prohombre del Régimen marca de la casa.

Tras agitar el “que viene el lobo de la ultraderecha” -todo un clásico pero que engancha al incauto como la bolita del trilero- ahora tocan “responsabilidad, sentido del Estado, bien supremo de la nación, altura de miras…” y demás palabras capaces de ocultar las líneas rojas que en España el verdadero poder no autoriza a cruzar.

La sonrisa del antiguo estudiante del (privado) Real Centro Universitario María Cristina del Escorial, doctor en Economía de la (privada) universidad Camilo José Cela, ligada al grupo San Estanislao de Kostka, esconde a un frío jugador de póker que desprecia el dicho “es de bien nacidos ser agradecidos”.

Al de la flor en el culo que le permitió resucitar tras ser defenestrado por el aparato de su partido, no le gusta que nadie le recuerde el papel que jugó en su ascenso a la jefatura del gobierno: otro emperador Claudio al que el pretoriano muñidor de la moción de censura contra su pariente del Bipartidismo Calígula/Rajoy, sacó de detrás de las cortinas donde se escondía y le puso en bandeja un cargo que no esperaba. ¡De eso si es culpable Pablo Iglesias!

Podía haber estado más guapo quedándose quieto, dejando a la podredumbre que se llevaba por delante al PP arrastrar también a un Psoe de capa caída y débil liderazgo. Pero al profesor de la Complutense le cegó el “¡Si se puede!” y la creencia de estar ante un partido que también quería un gobierno de progreso.

¡Craso error! Suele pasar cuando no se tiene presente la historia del Sistema borbónico asentado tras el Franquismo y olvidar que al Psoe, pilar esencial del entramado, le encanta jugar a caballo de Atila siempre dispuesto a no dejar crecer la hierba a su Izquierda porque una Izquierda fuerte hace patente su impostura.

Iglesias si es culpable de no acordarse de un dato esencial: cuando al Psoe le dan a elegir siempre opta por Barrabás, nunca por Jesús. Por eso en 1993  “Puerta Giratoria” González  en lugar de los 18 escaños de la IU de Julio que garantizaban  mayoría suficiente, se hizo pareja de hecho de la CiU del «molt» honrado Jordi Pujol. En esa tesitura no valían vetos, pues el elegido tenía la categoría de «uno de los nuestros» y el beneplácito del mundo financiero.

Iglesias también tiene culpa de creer que desarrollando la teoría de las dos orillas (la posición te la asigna la actuación política real, no las soflamas o palabras hueras) Sánchez llegaría a ubicarse en la misma de Unidas Podemos. Éste conoce de sobra y de siempre el lugar asignado en el juego.

Hoy se ha visto confirmado un órdago que mezcla vetos a líderes con amenaza de nuevas elecciones. En el desafío, lo mejor es sostener la mirada y decir “En ellas nos vemos. Juguemos todos a la ruleta rusa porque a estas alturas no vamos a entonar el «tengo mis principios pero si no le gustan al Poder los cambio por otros».

Menos preocuparse. Como le gusta decir a mi amigo Rafa Robles, no podemos estar en la cárcel y encima asustados. Si la apuesta no es de su agrado el Sistema sacará de la manga un remake de “Casablanca” en el que al capitán Louis Renault / Sánchez, una vez vetado Rick Blaine/ Iglesias… siempre le quedará el mayor Strasser.

* Colectivo Prometeo.

Fuente: https://colectivoprometeo.blogspot.com/2019/07/la-culpa-siempre-es-de-pablo-iglesias-y.html


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