Francisco González Tejera •  Opinión •  14/07/2019

Carta desde el corazón a mi padre Diego

Querido viejo,
De nuevo humillan la memoria de nuestra familia, la comisión de la Universidad de LPGC ha sido más de lo mismo, dicen en su informe que a tu padre y al resto de compañeros los sacaron de allí para tirarlos a un vertedero de huesos, que tal vez echaron más cadáveres encima tras su asesinato en marzo del 37. Todo hipótesis vergonzosas, posibilidades que nos siguen haciendo mucho daño, sin ninguna fiabilidad y un tufillo a falsedad que intoxica el ambiente.
Del informe preliminar presentado en Navidad tras el sondeo en la fosa no quedó nada, las perspectivas de excavación quedaron se convirtieron en agua de borrajas, solo oscuridad y una «curiosa» similitud con los postulados de los falangistas que han puesto todo tipo de trabas a la exhumación.
Está claro que esta España, esta Canarias sigue viciada de fascismo, no te has perdido mucho al no estar ya con nosotros desde octubre pasado, estamos muy tocados pero no hundidos, resulta patético que las personas que luchamos por la memoria sin cobrar un céntimo, invirtiendo nuestro tiempo, ganándonos el odio de los fascistas que ostentan cargos públicos, tengamos que estar mendigando un poquito de verdad, de dignidad, de reparación, de justicia. 
No queda nada de los valores republicanos por los que murió tu padre Pancho acribillado a balazos y tantos otros, ahora de la izquierda a la derecha solo queda un penetrante olor a cal viva, insensibilidad, odio de clase, ridiculización de quienes luchamos sin pedir nada a cambio, dejándonos la piel y la salud por recuperar unos huesos destrozados por la tortura y los disparos de fusil.
Desde este triste lugar del universo te mandamos todo ese amor que siempre nos entregaste.
¡Hasta siempre!
 
Foto de Carlos Reyes Lima de Diego junto a su nieta, su esposa y el camarada Domingo Valencia.

 


Opinión /