Hedelberto López Blanch •  Opinión •  05/04/2019

La alianza económica entre Irak e Irán

Lejos estaban las administraciones de los Bush (padre e hijo) de pensar que después de destruir e invadir a Irak para sacar del poder a Saddam Hussein, apoderarse del petróleo, de las riquezas de ese país y tratar de controlar la región del Medio Oriente, años después Bagdad firmaría una alianza comercial y de seguridad con el enemigo más odiado de la Casa Blanca: Irán.

Recordemos que Washington instó y apoyó a Hussein durante los ocho años de guerra que duró la guerra entre Irak e Irán por los temores de Estados Unidos a la recién triunfante República Islámica, tras el derrocamiento del Sha Reza Pahlevi.

La táctica utilizada fue la de acabar con gobiernos árabes que impedían el control norteamericano sobre esa importante y estratégica región, a la par que apuntalaba a su aliado Israel y cercaba con sanciones económicas y amenazas de guerra a Irán.

La administración de Donald Trump incrementó el cerco contra Irán al rechazar el acuerdo conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), firmado en julio de 2015, que estipulaba limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales con el cual Washington fue uno de sus signatarios además de Irán, Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Francia y China.

En mayo de 2018, Trump anunció la retirada de su país del PAIC al acusar a Teherán de desarrollar en secreto un programa nuclear, pese a que 12 informes consecutivos del Organismo Internacional de Energía Atómica afirmaron lo contrario.

Desde entonces recrudece el cerco económico y financiero contra la nación persa y le ha impuesto numerosas sanciones que incluyen la oposición a la compra de petróleo y productos petroquímicos y bloqueo a las transacciones de instituciones financieras con el Banco Central de Irán.

Los últimos paquetes de sanciones van destinados a tratar de llevar a cero las exportaciones de crudo y productos petroquímicos principales e impedir operaciones con puertos y empresas marítimas

Teherán mantiene fuertes relaciones económicas y comerciales con diversas naciones como Rusia, China, Turquía, India, además de que la Unión Europea ha rechazado esas medidas arbitrarias unilaterales y hasta Irak se negó a cumplir las directrices de Washington e inmediatamente firmó un convenio con Teherán para suministrarle alimentos y mercancías a cambio de petróleo.

Ahora, como aseguran varios analistas, la visita oficial que realizó a mediados de marzo el presidente de Irán, Hassán Rohaní a Irak donde fue recibido por el presidente Barham Salih, significa «una bofetada al presidente de los Estados Unidos”.

Pese a la estrategia de Estados Unidos de aislar a Irán, la realidad es que como expresa el viejo refrán, “el tiro le ha salido por la culata”

La gira de Rohaní, catalogada como histórica por su ministro de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, estuvo dirigida a reforzar los lazos entre los dos gobiernos, durante la cual se suscribieron documentos en materia de cooperación comercial, atención médica, temas energéticos, asuntos consulares y una línea de ferrocarril que uniría el suroeste de Irán con la región iraquí de Basora, rica en petróleo. A esto se suma la agilización de visados para los inversores, la cooperación en el sector de la salud y en la industria del petróleo.

Teherán ha manifestado que aumentará el volumen de comercio con la nación vecina de 13 000 dólares actuales hasta 20 000 millones para el próximo año.

Desde hace varios meses, los dos gobiernos están considerando usar el euro y la moneda iraquí, el dinar, en sus pagos y ajustes recíprocos con el fin de reducir su dependencia del dólar estadounidense en medio de las dificultades que enfrenta el país persa debido a las sanciones de Washington.

En 2018 el valor de las exportaciones de Irán al país vecino alcanzó la cifra de 9 000 millones de dólares, pese a las trabas que trató de imponerle Estados Unidos. Además de recursos energéticos, las exportaciones iraníes incluyen ganado, alimentos, productos plásticos, materiales de construcción y vehículos.

Durante la estancia de Rohaní se determinó también reanimar los acuerdos de Argel mediante el cual se podrían prevenir futuros conflictos entre las dos naciones, así como la posible reincorporación de Siria a la Liga Árabe.

El recibimiento del presidente de la nación persa resultó ampliamente destacado por los medios de difusión locales y extranjeros que cubrieron los desfiles y los diferentes encuentros sostenidos, entre los que se destacó la efectuada al ayatolá Ali al Sistani. 

Para Estados Unidos le será difícil comprender que después de 16 años de bombardear, invadir y sacar del poder a Saddam Hussein, Irak haya dado un giro de 180 grados en sus relaciones políticas y comerciales con Irán. Cada vez se debilita más el mundo unipolar.


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