Juan Rivera •  Opinión •  18/03/2019

5 millones no nos lo merecemos

En concreto algunos más, el 21,1% del electorado (5.049.734) que en las últimas elecciones generales de 2016 apoyamos las alianzas generadas en torno a Unidos Podemos no nos merecemos el espectáculo que estáis dando los fundadores de la formación morada. Aunque no militemos en la misma.

    Somos  tanta la cantidad de gente que en España invertimos esfuerzos, ilusiones y esperanzas para poner en marcha una alternativa al Sistema con unidad de acción y programa compartido, que desde hace una semana nos resulta difícil no sentir vergüenza ajena cuando las noticias protagonizadas por nuestros teóricos representantes son una versión cutre de la lucha libre WWE y no ideas para aportar soluciones a los problemas cotidianos. Esos que condicionan el día a día de los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país.

   Da igual que quien acuñase el “Antes morir de pie que vivir de rodillas”universalizado por Pasionaria y difundido por el Che, fuese Benito Juárez o Emiliano Zapata, pero estoy seguro que el autor en ninguna de las variantes incluyó la opción de automutilarnos para cortarnos las piernas a la altura de las rodillas. 
    Porque -como decía José San Martín- en esa perspectiva el enemigo siempre es grande. Y la tarea de vencerlo se nos antojará misión imposible.

    Desde el descreimiento dan ganas de encomendarse a los hados por si acaso. Aunque los listones  están muy altos, visto lo visto cualquier situación es susceptible de empeorar.

  Para asegurarse de que la tostada caiga siempre del lado de la mantequilla, pareciera que dimisionarios, exploradores de otras vías, fundadores de nuevas fórmulas electorales y antiguos ideólogos del asalto a los cielos que en común ya solo tienen una ajada foto de Vista Alegre, han untado al Partido por ambas caras.

    Desde fuera también y con la rabia que da saberlos de los nuestros, de la misma trinchera, es difícil comprender lo que sucede. Cuesta no preguntarles: “Iñigo, Ramón, Carolina, Carmen, Pablo…¿a qué coño  jugáis?.¿Os paráis a pensar el daño generado?

  Porque a ese Poder que tanto nos odia se lo estáis poniendo a huevo. Lo habéis convertido en espectador que grita -como en los anfiteatros de la antigua Roma- “Yugula, yugula”.

  Si esperáis comprensión o juego limpio de “La Casta” en el rifirrafe, ¡apañados vamos!. Sois mayorcitos, aunque a veces deis la impresión de estar rompiendo un juguete, para saber que los Reyes Magos no existen.
   El Sistema siempre tuvo con nosotros el pulgar hacia abajo y el espectáculo que escenificáis en la arena no es un épico combate de gladiadores, sino el cómico taurino del “Bombero torero y sus siete enanitos” .

  Habéis olvidado que entre los principios de la propaganda nazi, hoy aprendidos de memoria y aplicados a rajatabla por los dirigentes occidentales, junto al archisabido de la mentira mil veces repetida se encuentra el de lavulgarización: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida”.

  Y lo ponéis muy fácil para que hasta el demagogo más torpe haga chistes tipo“Desunidos Podemos” en programas especiales de televisión destinados a enseñar vísceras, higadillos… y el omnipresente chalet.

   Los medios de difusión nunca mostrarán los pilares ideológicos o las propuestas de cambio sino una jaula de grillos en la que antiguos amigos de pandilla deshojan el “me junto/no me junto”. Proyectando hasta la extenuación la imagen de eternos adolescentes [en el sentido etimológico clásico de “carencia o falta”] que al intentar cambiar el agua sucia arrojan también por el desagüe a un niño que acaba de cumplir cinco años.

   Pero al enemigo no le podemos reprochar que haga bien sus tareas y muestre una y otra vez los puntos flacos para que se acuchille por allí. El problema es nuestro. Por olvidar que la palanca de cambio no está en la tele ni en las redes sino en la lucha colectiva  y la movilización social.

   No se puede envejecer tan pronto y tan mal cuando en la habitación cerrada no hay un retrato de Dorian Gray que soporte el desgaste. Para que el deterioro no se note en público.  Tampoco empezar siendo forofos de “Juegos de Tronos” y terminar protagonizando un remedo de  “Los Soprano”.

  Si aún tenéis dudas de la gentuza que puebla la otra orilla, mirad a Venezuela. Contemplad la infinita desvergüenza e hipocresía de nuestros demócratas de pacotilla auspiciando golpes de estado y muertes. Siempre dispuestos a verter la sangre que haga falta de los otros para imponer su voluntad. Si han jugado estos días sin escrúpulos con el cadáver del niño Julen, ¿qué no darían por diseccionar en directo el de Podemos?

  A los que llevamos muchos decenios en el PCE la experiencia nos enseñó que cuando alguno (Carrillo, Nueva Izquierda) se separaba con la coartada de construir mayorías el beneficiado al final  era el PSOE. También que tras la debacle hay alternativas. Atravesamos el desierto en 1982 pero poco después fuimos capaces de ilusionar con Convocatoria por Andalucía, Izquierda Unida y Julio Anguita. De propina  ayudábamos a levantar en todo el Estado los Comités Anti-Otan.

   Y después de las mentiras de Aznar y el bluff de la Ceja cimentamos junto a muchos otros y otras el 15 M y las Marchas de la Dignidad.

  Queda claro: cuando arrimamos el hombro y fijamos un objetivo construimos.

      Es hora de dejarnos de “selfies” junto al precipicio en los que al “pa-ta-ta” lo sustituye  un “so-mos-gi-li-po-llas” y utilizar más la templanza y la claridad.

   Los analistas solventes pronostican que una nueva crisis económica está al caer con la fuerza del huracán por lo que nos necesitan destruidos, desarticulados y mentalmente derrotados. Para no darles el gusto se hace más necesario que nunca desterrar el impulso autodestructivo que tantas veces nos acompaña. 

  Y volver a tejer complicidades.

 Compañeros de Podemos: Escuchad más a IU, PCE, Equo, Mareas…O a vuestros dirigentes territoriales. Para no tener que repetir el eterno “No es esto, no es esto” que lastra nuestras iniciativas siempre que empezamos a ilusionar

  Tomaos un respiro y dedicadle unos minutos a la poesía. Os dejo para empezar un fragmento del Padrenuestro latinoamericano de Mario Benedetti:

“…ya que nos quedan pocas esperanzas y deudas,

perdónanos si puedes nuestras deudas

pero no nos perdones la esperanza….”

Compañeros y compañeras que desde hace días solventáis vuestros conflictos en este patio de vecinos llamado España: No nos perdonéis nunca la esperanza. No nos anuléis nunca la esperanza.

* Colectivo Prometeo


Opinión /