Arthur González •  Opinión •  21/02/2019

Prepara EE.UU. pretextos para acusar a Cuba

Resulta evidente que Estados Unidos pretende dar un zarpazo contra Venezuela y seguir su curso hacia Cuba, con la trasnochada ilusión de que podrá matar dos pájaros de un tiro.

La primera etapa de su plan es lograr la división del pueblo cubano, para lo cual fabrican campañas a fin de que una masa importante de la sociedad vote No, en el próximo referendo para aprobar la nueva Constitución de la República.

Para ello orientan a sus lacayos a crear noticias falsas, trabajar en montajes de videos a través de teléfonos móviles y grabar determinadas provocaciones en la vía pública con voces de sus actores, gritando consignas contrarrevolucionarias, como su fuese en el lugar de los hechos.

Pretenden utilizar algunos artículos de la Constitución, como el que define el matrimonio, para enfrentar a los religiosos y otros sectores de la sociedad, con vistas a que no voten a favor de la Carta Magna, estimulando criterios negativos para arrastrarlos al voto contrario, lo que les permitiría hacer campañas de que la Revolución pierde apoyo popular.

En ese sentido, algunos artistas que gozan del reconocimiento popular y viajan con frecuencia a Miami, han reiterado criterios contra el proceso de votación, algo que no se puede desvincular de las acciones que en Miami desarrollan connotados elementos anticubanos, con similares intenciones.

La segunda etapa es la construcción de pretextos para fortalecer las sanciones contra Cuba, incluida la amenaza efectuada por Estados Unidos de estudiar la posibilidad de volver a incorporarla en la lista de países patrocinadores del terrorismo y aplicar el capítulo III de la execrable ley Helms-Burton, para atemorizar a los inversionistas extranjeros como fórmula para afectar las finanzas cubanas.

Otras acciones planificadas en el presente plan de acciones encubiertas, están vinculadas a las inventadas violaciones de los derechos humanos que desde Miami y Washington insisten en divulgar, mediante campañas de prensa diseñadas contra la Revolución.

En este aspecto, les orientan a sus asalariados internos ejecutar actos provocativos en calles y plazas de la Isla, para que, al ser detenidos por las autoridades del orden, acusen al gobierno de reprimir la libertad de expresión, igual que hacen en aquellos países con gobernantes que no son de su agrado, actitud muy diferente a la sumida contra sus aliados europeos y latinoamericanos, cuando reprimen salvajemente a los trabajadores que reclaman mejores condiciones de vida.

Lo más relevante han sido las actividades ejecutadas por la organización contrarrevolucionaria Unión Patriótica de Cuba, UNPACU, dirigida por José Daniel Ferrer en la provincia de Santiago de Cuba, personaje que recibe mensualmente miles de dólares para cumplir con las tareas que le asignan en sus frecuentes viajes a Estados Unidos, donde se reúne con representantes y senadores de la mafia terrorista asesina anticubana.

José Daniel Ferrer, como fiel servidor de los yanquis, inició recientemente actos callejeros para incitar al voto por el NO, en el próximo referendo del 24 de febrero, siendo detenido junto a una docena de servidores por sus acciones.

Tal como estaba previsto, desde Miami comenzaron las campañas comunicacionales condenando la actuación policial y sobredimensionando el hecho, a pesar de que la policía cubana no emplea armas largas, no usa escudos, cascos, chalecos antibalas ni gases lacrimógenos y chorros de agua fría, como sucede en Francia contra los llamados Chalecos Amarillos.

Para mayor dramatismo, el propio senador Marco Rubio, principal apoyo de la mafia terrorista anticubana, declaró que “habrá más sanciones contra Cuba”, haciendo referencia a la detención de algunos elementos contrarrevolucionarios pertenecientes a la UNPACU.

Acto seguido José Daniel hizo declaraciones a los medios de Miami, para anunciar una inventada huelga de hambre, al estilo de las que hacia Martha Beatriz Roque Cabello, donde ingerían aguacate, calabazas, caldo de pollo, plátanos y otros vegetales, a la par que se hacía retratar simulando su próxima muerte, lo que fue denunciado en la TV cubana viéndose obligada cesar su show mediático.

El actual plan yanqui está en proceso, por eso el llamado “Observatorio Cubano de Derechos Humanos” (OCDH), con sede en Madrid, se sumó a la condena hecha por Marco Rubio, acusando a Cuba de “reprimir” a los lacayos yanquis, quienes reciben altas sumas de dólares por llevar a cabo sus espectáculos, algo gastado por su reiteración en los últimos 60 años y que Cuba denuncia con argumentos contundentes.

La prueba de que la provocación es parte de un plan de acciones encubiertas diseñado por Estados Unidos, fueron las declaraciones de la ex oficial de la CIA, Kimberly Breier, actual subsecretaria para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado, condenando las detenciones de los contrarrevolucionarios y expresó su apoyo a los pedidos de cambio del sistema socialista en Cuba, prueba de la injerencia de su Gobierno en los asuntos internos de la Isla, ya que anhelan recuperar el poder perdido desde 1959.

En este nuevo plan la embajada yanqui en la Habana tiene tareas asignadas, de ahí sus declaraciones de condena a las detenciones de los contrarrevolucionarios de la UNPACU, por cumplir instrucciones generadas en Washington. Para los diplomáticos yanquis “Cuba hostiga a los cubanos que hacen demandas pacíficas de un cambio hacia la democracia, porque el verdadero motivo del referendo constitucional no es propiciar una reforma sino garantizar la permanencia en el poder”.

La operación contra el referendo que tanto les duele, está en marcha y otra de sus provocaciones fue la ejecutada por la escritora cubana Katherine Bisquet Rodríguez, ganadora de una mención en poesía del premio Calendario 2019, quien se presentó en la actividad oficial de la Asociación de Jóvenes Artistas cubanos, con un letrero impreso en su camiseta que decía “Yo Voto NO”, el que dio a conocer cuando se quitó la blusa que llevaba puesta, prueba de su premeditación.

La desesperación de los yanquis se manifiesta diariamente, pero Cuba acumula una amplia experiencia en el combate a esos actos, iniciados en los años 60 del siglo XX con noticias falsas, como fue la Operación Peter Pan, unidas a las acciones terroristas donde incendiaron centros comerciales, cines, teatros, escuelas y centros industriales, mataron e hirieron a cientos de personas inocentes, sin poder derrocar a la Revolución.

Los cubanos están preparados para la lucha con los yanquis en cualquier escenario, porque como dijera José Martí:

“Es poderosa la voluntad de un pueblo que lucha por su independencia”.

Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.

Fuente: HERMES


Opinión /