Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  21/02/2019

¿Democracia o monárquico-papismo totalitario?

«‘Si no votas no tienes derecho a quejarte’, me decían los mismos que ahora me recriminan que no me queje». Diario de K. Karmelo Iribarren, poeta.
 
«Las leyes son como las mujeres, están para violarlas». Lamentable declaración pública de José Manuel Castelao, exdiputado del PP.
 
Quizá pudimos tener una esperanza, pero se vio truncada de inmediato. Cuando por dos veces no se pudo formar gobierno en sendas elecciones consecutivas, hubiese sido el momento de cambiar la Constitución para hacer las elecciones al Poder Ejecutivo independientes del Legislativo y a doble vuelta, como en Francia. De paso impedir que las más elevadas magistraturas judiciales se eligiesen por ‘cuotas de partidos’ e imposibilitar la injerencia de agentes de un Estado extranjero, como el Vaticano, aplicando el delito de Traición en las más elevadas instancias a los que por obediencia sectaria, u otra, pudieran subordinarse entre bambalinas a espurios manejos o codicia, a pesar de pagarles su sueldo todos.
 
No pudo florecer una genuina democracia, elementos neofalangistas ‘de izquierda’ como Nacho Escolar, ejercieron un lobbismo barato con la monserga de que una repetición electoral beneficiaría a ‘la derecha’ – mantra capcioso que todo justifica -, y acto seguido vendrían aquellos vergonzantes episodios del golpe de mano en Ferraz para defenestrar al secretario general, y así desbloquear la orden dada a los barones de la P$OE por el IBEX para aupar a M. Rajoy a Moncloa. La oligarquía partidocrática al menos se quitó las máscaras, dejando su cabildeo elitista al descubierto.
 
Perico ‘Noesnoperosí’ Sánchez y Soraya ‘Chuky’ Santamaría se asemejan en su casposo argumentario. La fiel ‘rottweiler’ de su supremo líder, el exjefe de Bárcenas, pretendía que cuando las manifestaciones catalanófobas que promueven regularmente, hasta con milicos de paisano haciendo el gorila, alcanzaban una menos que exigua participación, o cuando envidiaba las de los catalanistas en seguimiento masivo y entusiasta, ello carecía de relevancia. La ‘mayoría silenciosa’ – siempre ‘de los suyos’, por supuesto – se había quedado en casa. Por parte del belicoso heraldo de los ‘ultimatums’ patéticos a Venezuela (al Caribe los paracas, no ante la Royal Navy o el E. de Israel, permitiendo el asesinato del cabo Soria, entonces les viene a los ‘valientes’ el punto flojo) sin consulta popular ni mandato de las Cortes, el mangina exsubalterno de Trinidad Jiménez, Periquito, dedica un rollo de parecida confección burda a los abstencionistas para demonizarnos.
 
Ahora resulta que los únicos que se abstuvieron en las Autonómicas de Andalucía al parecer eran sólo ‘de izquierdas’, al contrario que los infames politicastros que se abstuvieron para aupar por última vez a Moncloa a M. Rajoy, guardianes de las esencias y centinelas de occidente. Y lo más grave, y propio de fascistas redomados: satanizar el derecho al abstencionismo político conculca el Artículo 50.1 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, pues este derecho inalienable representa una elección tan legítima ¡según sus propias leyes! como la de los que apuestan irreflexivamente por votar, sin concernirles a los compinches del oligopolio partidocrático, con descaro insufrible, la inexistencia de garantías contrastadas e imparciales en los procesos electorales, ni que los pequeños partidos estén invisibilizados en los espacios radio-televisivos… ¡en Andalucía vetaron además las encuestas a pie de urna, uno de los pocos métodos de evidenciar el pucherazo! ¿Sorprende que todas las elecciones estén concentradas ya de una sola tacada para disponer los carguitos de tres primeros años de impunidad sin comicio alguno que pudiera castigar sus desafueros? Ojalá un día no os salga gratis, cínicos y mezquinos totalitaristas sin escrúpulos.
 
Si bien no consigue alcanzar las cotas de demagogia populista nacional-católica de los impresentables bocazas troleros y embaucadores paraopusinos Casado y Falangito Rivera, la trayectoria del temerario lorquino Sánchez, residente vip en el exclusivo Pozuelo de Alarcón, no resulta por ello menos inquietante. Y no lo decimos porque firmase el acuerdo hiperneoliberal CETA con Cánada que precarizará aún más a los trabajadores; tampoco por que se dejase invitar al Club Bildelberg, en plan Almunia, por la Botín y el Ciudadano Cebriánkane (aunque luego ante la irrisión general reculase con discreción). No aludimos tampoco a su bochornosa ignorancia acerca de la misión fundamental del Senado en una verdadera democracia (no este bodrio tardofranquista rojigualdo sin verdadera Separación de Poderes en origen, ejercicio y funciones, ni preceptiva Asamblea Desti-Constituyente conocida).
 
No nos asquea tan sólo porque manifestase querer violar su propia Constitución – y la RAE de paso – para que los conceptos de ‘sedición’ y ‘rebelión’ pudieran aplicarse sin estar delimitados por el ejercicio de la violencia (por eso históricamente han estado circunscritos al ámbito militar). Nos repugna el derechista Sánchez por su falta de respeto, de raíz mussoliniana, a la Libertad de Conciencia. Fumigar a los librepensadores, heterodoxos y disidentes, ¡qué gran seña de identidad del ‘socialismo’ del S. XXI y sus camaradas ‘demócratas’ de militancia antes partidista que por el Bien Común!
 
Basta para corroborarlo con ver a su vicepresidenta Calvo Poyato o a sus ministras Delgado o la Robles… ¿Qué se pasan por el forro el Artículo 14 de su propia Constitución con su sexista supremacismo ‘de género’ mal disimulado? Les resulta indiferente. ¿Qué el artificial enconamiento de las confrontaciones hombre-mujer – no sólo por las impuestas por el patriarcado ‘cuotas de género’ o las ‘discriminaciones positivas’ eternizadas -, provoca que por las redes se extienda, en movimiento pendular, un pajillero machismo jamás contemplado, unido a una hecatombe demográfica sin precedentes…? ¿Y qué?, así se justifican los chiringuitos subvencionados segregadores ‘only for women’ y la aplicación de arbitrariedades legislativas como la justicia penal de autor – varón siempre, claro -, y demás fascistoides prácticas heredadas de la Sección Femenina clerical-franquista.
 
Por si no bastasen los entuertos, el ‘jefe’ – catalogación absolutista copiada de ‘führer’ – del Estado, el hijo del rey de Franco, el Preparao VI, tenemos que aguantar que borbonee de abogadillo de secano. Deifica el Estado de derecho como si fuese Moisés bajando del Sinaí. Pretende que está por encima de la Democracia, porque el ‘derechazo’ dice servir a la Ley. La contradicción es flagrante y vergonzosa. Si la denominada ‘ley de leyes’ se establece para separar los Tres Poderes del Estado, dotándonos de un sistema democrático, y la Ley siempre emana y nace de las necesidades del Pueblo, nos ofende gravemente con sus perogrulladas mendaces o errores inexcusables. El Estado de derecho, ‘su’ derecho, puede establecerse en cualquier dictadura. Stalin o Hitler tenían leyes y jueces, y eso significaba lo mismo que para la monarquía impuesta por Franco: nada, pues podían saltársela cuando quisieran (por eso el rey es inimputable, al igual que un autócrata).
 
Cuando sin pudor se manifiesta que el Estado de derecho se halla por encima de la democracia, simplemente se invoca la grosera ‘razón de la fuerza’. El Pueblo deja de ser soberano para transformarse en rehén de ilegítimos arbitrios estatolátricos. Porque el Estado tampoco debe ser superior a la Sociedad Civil. Esta lo contiene permitiéndole un distanciamiento objetivo temporal en una muy pequeña parte, la administrativa; sin embargo el Estado no alberga a todos sus ‘ciudadanos’-súbditos, como puede comprobarse por impedir el derecho al voto – robado, no ‘rogado’ – a sus emigrantes, o por su falta de interés en procedimientos limpios y contrastados en concursos públicos, racionalización de nuestros recursos y demás. Y si le añadimos que no hay garantías electorales verificables por observadores independientes, y a Doble Llave en el Código Fuente a la hora del recuento electoral, la tomadura de pelo no cesa. No hay control del poder ergo no hay Estado de derecho democrático.
 
Su falta de soberanía y legitimidad ha llegado hasta tal punto insoportable que pasándose la pelota de unos a otros no se atreven a incomodar a un jefe de Estado foráneo, Francisco I de Roma, para sacar los restos de un déspota genocida de un espacio público sufragado con los impuestos de todos en Cuelgamuros. El totalitarismo rojigualdo seguirá ‘atado y bien atado’: con su leal pseudo-oposición genuflexa ‘de izquierda’, con sus serviles ‘periodistas’ jacobinos del régimen haciéndose el progre para visibilizar aún más al abyecto clerical-franquismo y darle cada vez más influencia y representatividad, con unas elecciones no garantistas encomendadas a INDRA sin considerar sus antecedentes y que el ‘árbitro’ es parte, con su característico aborrecimiento por una real democracia de estricta Separación de Poderes por parte de no pocos funcionarios – en especial de Educación, al solapar su primordial importancia a sus alumnos -, saltándose a la torera incluso la imprescindible Separación Estado-Iglesia con escandalazos de pederastia o sin ellos, y esa casi totalidad de políticos del pesebre insultando nuestra inteligencia a diario…
 
¿Quiénes son los que ‘dañan a España’, a su ‘Estado de derecho’… los que defienden posiciones ideológicas que no nos gustan, o los hediondos salvapatrias de siempre?

* Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza. Cuenta de twitter bloqueada por la censura: @lascultura. Nueva: @liberacionan.


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