Paco Campos •  Opinión •  30/10/2018

Ser solidario no es una contemplación

No es fácil ser solidario. Sí de boquilla, pero poco más. La palabra es imprecisa, a no ser que conceptos tales como ‘nosotros’ y ‘ellos’ sean equivalentes, tengan el mismo valor -sin precisar para qué o en tanto a qué. La solidaridad de la ONU es obligatoriedad sin voluntariedad. Pasa igual con el cristianismo que iguala al género humano en una especie universalismo donde Hitler y Franco, Ana Frank y García Lorca son criaturas de Dios sin incompatibilidades entre sí.

No podemos perdernos en la moralidad porque la moral tiene el marchamo que queramos darle. Kant, por ejemplo, no considera moral la solidaridad, porque no es una buena razón solidarizarse con alguien porque sea judía u homosexual, sino porque son seres racionales. Como veréis es desalentador un panorama en el sólo buscamos algo para decir mirad, esto es solidario.

Opto por identificar de manera práctica, esto es, ejemplarizante, dos nociones aparentemente divergentes, pero que no lo son porque, como acabo de decir, podemos dar ejemplos. Las nociones son la de verdad y la de solidaridad -> tanto monta. Logrando una verdad encontramos un motivo, causa o razón para no excluir, para integrar, para progresar, para poder solidarizarnos con los que con esa verdad remiten. La verdad no un descubrimiento personal, es para compartir. Aquí sí que hay equivalencia entre ‘nosotros’ y ‘ellos’.


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